Carmen Romeo, Gloria Álvarez, Cristina Baselga, Concha Gaudó, Callejero. La Zaragoza de las mujeres, Zaragoza, Edición Ayuntamiento de Zaragoza, Área de Servicios Públicos y Acción Social, 2010, 182 páginas.
La Zaragoza de las mujeres es una obra acometida por cuatro profesoras de Instituto que promete en su antetítulo ser un Callejero. Si seguimos al Diccionario de la Real Academia “callejero” es “una lista de las calles de una ciudad populosa que traen las guías descriptivas de ella”, es decir, es un mero apéndice a obras de mayor magnitud. Pero desde el comienzo de su lectura se advierte que estamos ante un libro de auténtica investigación histórica. La Zaragoza de las mujeres es una obra de notable envergadura y no sólo por su extensión, sino porque a lo largo de sus 182 páginas las autoras seleccionan las calles que llevan nombre de mujer e investigan su exacta ubicación y las circunstancias de su adscripción.
Cuatro profesoras en busca de topónimos urbanos que recuerden a las mujeres que han vivido en todas la épocas y han dejado una huella en la ciudad de Zaragoza.... Y las han encontrado y estudiado el porqué de su aparición. Han descubierto una amplia variedad de motivaciones para su incorporación al callejero: las hay que figuran en virtud de la profesión que desempeñaron (la aguadora, la camisera, etc.); otras son denominadas colectivamente por ser miembros de las múltiples órdenes religiosas femeninas (Beatas, Las Descalzas, las Fecetas, etc.); hubo conocidas propietarias de terrenos que legaron a estos sus apellidos (Las Velillanas de Juslibol, Las Urreas, etc.); y, finalmente, el grupo más nutrido lo constituyen las mujeres de la nobleza, las heroínas de los Sitios napoleónicos, escritoras reconocidas, maestras, actrices, etc.
Averiguar cuándo y por qué se da un nombre de mujer a una calle de la ciudad es un trabajo que exige gran laboriosidad y método de investigación, que han llevado a cabo estas autoras de forma exhaustiva. El resultado es un libro en el que el lector puede adentrarse en una parte desconocida de la ciudad y acceder a interesantes biografías de mujeres de nuestro pasado, de cuya existencia se tenía escasas o nulas noticias. Pero no termina ahí su interés. La Zaragoza de las mujeres ofrece también unos Apéndices de gran utilidad. El primero de ellos contiene la lista completa de las calles por la fecha de entrada en el callejero de Zaragoza y el segundo -con una atractiva presentación en color- está formado por doce mapas del plano de la ciudad en donde localizar las calles, de modo que el lector pueda orientarse en su búsqueda.
La presencia de la mujer en el espacio urbano no es de hoy. A lo largo de los siglos mujeres notables han visto destacado su nombre en las placas de las calles y plazas de esta ciudad. Pero es en los últimos tiempos cuando una clara conciencia de que la “mitad femenina” de la sociedad no ha ocupado el espacio que le correspondía, cuando se ha incentivado la aparición de esta obra que, aparte sus indudables méritos de índole científica e histórica, tiene el valor añadido de la visión femenina de la realidad.
Francisca Soria, catedrática de Lengua y Literatura del IES Goya
La Zaragoza de las mujeres es una obra acometida por cuatro profesoras de Instituto que promete en su antetítulo ser un Callejero. Si seguimos al Diccionario de la Real Academia “callejero” es “una lista de las calles de una ciudad populosa que traen las guías descriptivas de ella”, es decir, es un mero apéndice a obras de mayor magnitud. Pero desde el comienzo de su lectura se advierte que estamos ante un libro de auténtica investigación histórica. La Zaragoza de las mujeres es una obra de notable envergadura y no sólo por su extensión, sino porque a lo largo de sus 182 páginas las autoras seleccionan las calles que llevan nombre de mujer e investigan su exacta ubicación y las circunstancias de su adscripción.
Cuatro profesoras en busca de topónimos urbanos que recuerden a las mujeres que han vivido en todas la épocas y han dejado una huella en la ciudad de Zaragoza.... Y las han encontrado y estudiado el porqué de su aparición. Han descubierto una amplia variedad de motivaciones para su incorporación al callejero: las hay que figuran en virtud de la profesión que desempeñaron (la aguadora, la camisera, etc.); otras son denominadas colectivamente por ser miembros de las múltiples órdenes religiosas femeninas (Beatas, Las Descalzas, las Fecetas, etc.); hubo conocidas propietarias de terrenos que legaron a estos sus apellidos (Las Velillanas de Juslibol, Las Urreas, etc.); y, finalmente, el grupo más nutrido lo constituyen las mujeres de la nobleza, las heroínas de los Sitios napoleónicos, escritoras reconocidas, maestras, actrices, etc.
Averiguar cuándo y por qué se da un nombre de mujer a una calle de la ciudad es un trabajo que exige gran laboriosidad y método de investigación, que han llevado a cabo estas autoras de forma exhaustiva. El resultado es un libro en el que el lector puede adentrarse en una parte desconocida de la ciudad y acceder a interesantes biografías de mujeres de nuestro pasado, de cuya existencia se tenía escasas o nulas noticias. Pero no termina ahí su interés. La Zaragoza de las mujeres ofrece también unos Apéndices de gran utilidad. El primero de ellos contiene la lista completa de las calles por la fecha de entrada en el callejero de Zaragoza y el segundo -con una atractiva presentación en color- está formado por doce mapas del plano de la ciudad en donde localizar las calles, de modo que el lector pueda orientarse en su búsqueda.
La presencia de la mujer en el espacio urbano no es de hoy. A lo largo de los siglos mujeres notables han visto destacado su nombre en las placas de las calles y plazas de esta ciudad. Pero es en los últimos tiempos cuando una clara conciencia de que la “mitad femenina” de la sociedad no ha ocupado el espacio que le correspondía, cuando se ha incentivado la aparición de esta obra que, aparte sus indudables méritos de índole científica e histórica, tiene el valor añadido de la visión femenina de la realidad.
Francisca Soria, catedrática de Lengua y Literatura del IES Goya
Qué interesante (y no lo digo por bienquedar ni por corrección política, que conste).
ResponderEliminarCarlos San Miguel