ni el susurro que le arranca el viento. Escribes agua pero siguen secas tus manos y agrietada de sed permanece tu garganta. Escribes sol pero la noche insiste fuera, lenta tortuga, cuánto tarda en resbalar al otro lado del horizonte. Escribes muerte pero sigues sintiendo en las sienes el compás del corazón, rumor de tiempo que avanza o que da vueltas. Para qué escribir más palabras si el idioma se cansó y ya no sabe suscitar la lluvia con la palabra lluvia ni dar calor con la palabra lumbre. Juan Bonilla, de El Belvedere, 2002 [Selección de Miguel Molina, 2º ESO A]
En este blog también puedes encontrar información sobre el autor y leer otro poema suyo, "Niño ciego":
Es una bonita exageración este poema, pero qué cierta es la frustración de no poder transmitir exactamente una sensación al escribirla. Carlos San Miguel
Es una bonita exageración este poema, pero qué cierta es la frustración de no poder transmitir exactamente una sensación al escribirla.
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