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domingo, 27 de diciembre de 2020

"Las puertas del año se abren...", de Octavio Paz


Gustave Caillebote, Tejados bajo la nieve, 1878


PRIMERO DE ENERO

Las puertas del año se abren,
como las del lenguaje, 
hacia lo desconocido.
Anoche me dijiste:
mañana
habrá que trazar unos signos,
dibujar un paisaje, tejer una trama
sobre la doble página
del papel y del día.
Mañana habrá que inventar,
de nuevo,
la realidad de este mundo.

Ya tarde abrí los ojos.
Por el segundo de un segundo
sentí lo que el azteca,
acechando
desde el peñón del promontorio,
por las rendijas de los horizontes,
el incierto regreso del tiempo. 

No, el año había regresado.
Llenaba todo el cuarto
y casi lo palpaban mis miradas.
El tiempo, sin nuestra ayuda,
había puesto,
en un orden idéntico al de ayer,
casas en la calle vacía,
nieve sobre las casas,
silencio sobre la nieve.

Tú estabas a mi lado,
aún dormida.
El día te había inventado
pero tú no aceptabas todavía
tu invención en este día.
Quizá tampoco la mía.
Tú estabas en otro día.

Estabas a mi lado
y yo te veía, como la nieve,
dormida entre las apariencias.
El tiempo sin nuestra ayuda, 
inventa casas, calles, árboles,
mujeres dormidas.

Cuando abras los ojos
caminaremos, de nuevo,
entre las horas y sus invenciones
y al demorarnos en las apariencias
daremos fe del tiempo y sus conjugaciones.
Abriremos las puertas de este día,
entraremos en lo desconocido.

De Árbol adentro, 1987


Once años habían transcurrido entre la publicación de Vuelta (1976), el poemario anterior, y la aparición de  Árbol adentro, libro que recoge la producción poética de Octavio Paz entre 1976 y 1987. El escritor tenía entonces setenta y tres años y había sufrido algunos problemas de salud. Aunque vivió once años más, este es su último poemario -prescindiendo de Delta de cinco brazos (1994), que reúne sus poemas largos más sobresalientes- y representa, para algunos críticos, su obra cumbre.  En ella retoma los temas de sus libros anteriores y "los expone a una reflexión matizada por la memoria y la experiencia, pero también por las preocupaciones del poeta maduro" (Meidl). Sintetiza la obra anterior,  pero tiene rasgos propios que lo hacen diferente y único. Entre ellos, señala Anthony Stanton, su sencillez clásica que esconde una poesía de hondura filosófica y el diálogo con autores de diferentes épocas y culturas. Respecto a la métrica, predomina el verso libre y el poema largo, pero también encontramos formas  como el soneto o el haiku.

Dividido en cinco secciones (Gavilla, La mano abierta, Un sol más vivo, Visto y dicho y Árbol adentro, que da título al libro), está concebido como un todo ordenado. En el prólogo a la edición francesa de Árbol adentro, Octavio Paz relaciona la estructura con el emblema del árbol y recurre a una metáfora tomada del poema "Correspondances" de Baudelaire ("La naturaleza es un templo cuyos vivientes pilares..."): 
Este libro tiene la forma de un árbol de cinco ramas. Sus raíces son mentales y sus hojas son sílabas. La primera rama se orienta hacia el tiempo y busca la perfección del instante. La segunda habla con los otros árboles, sus prójimos-lejanos. La tercera se contempla y no se ve: la muerte es transparente. La cuarta es una conversación con imágenes pintadas, bosque de vivientes pilares. La quinta se inclina sobre un manantial y busca las palabras del comienzo.

Como observa  Stanton, el árbol, símbolo arquetípico de la obra de Paz, atraviesa el libro uniendo sus distintas partes y sus ejes temáticos: el tiempo, la amistad y la ciudad, la muerte (a la que nunca antes había dedicado tanta atención), la pintura y el amor. 


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

MEIDL, Martina, Poesía, pensamiento y percepción. Una lectura de Árbol adentro de Octavio Paz, Iberoamericana, 2015

STANTON, Anthony, "Árbol adentro, cima de una obra poética", en: https://www.jstor.org/stable/pdf/j.ctvhn08x7.8.pdf

[Imagen: Wikioo.org]

domingo, 13 de julio de 2014

"Tengo que hablaros de ella", de Octavio Paz



Tengo que hablaros de ella.
Suscita fuentes en el día,
puebla de mármoles la noche.
La huella de su pie
es el centro visible de la tierra,
la frontera del mundo,
sitio sutil, encadenado y libre;
discípula de pájaros y nubes
hace girar al cielo;
su voz, alba terrestre,
nos anuncia el rescate de las aguas,
el regreso del fuego,
la vuelta de la espiga,
las primeras palabras de los árboles,
la blanca monarquía de las alas.

No vio nacer al mundo,
mas se enciende su sangre cada noche
con la sangre nocturna de las cosas
y en su latir reanuda
el son de las mareas
que alzan las orillas del planeta,
un pasado de agua y de silencio
y las primeras formas de la materia fértil.

Tengo que hablaros de ella,
de su fresca costumbre
de ser simple tormenta, rama tierna.

(Octavio Paz, de Bajo tu clara sombra [1935-1938],
 en Libertad bajo palabra)


Publicado en 1941 y reescrito en 1960, 1968 y 1979, Bajo tu clara sombra es un libro en el que coexisten características correspondientes a cuatro etapas creativas distintas. Su primera versión, formada por 416 versos divididos en diez cantos, está relacionada con la poesía neorromántica. En ella se encuentran temas esenciales en la obra poética de Octavio Paz, como el amor, la pareja adánica como mito, lo sagrado y la libertad, y narra un viaje hacia los orígenes del ser, de donde el hablante busca renacer reconciliado con el mundo y con su propia creación, el poema.

En 2014 se celebra el centenario del nacimiento de Octavio Paz (1914-1998).

Entrada relacionada:

domingo, 17 de noviembre de 2013

"Otoño", de Octavio Paz

'Autumn in Vermont', de Sarah Grangier



Otoño

El viento despierta,
barre los pensamientos de mi frente
y me suspende
en la luz que sonríe para nadie:
¡cuánta belleza suelta!
Otoño: entre tus manos frías
el mundo llamea.

            (Octavio Paz,  en Libertad bajo palabra)



Libertad bajo palabra reúne  la obra poética compuesta por  Octavio Paz (1914-1998) desde 1935 hasta 1957, e incluso algunos poemas anteriores. Dividida en cinco partes (Bajo tu clara sombra, Calamidades y milagros, Semillas para un himno, ¿Águila o sol? y La estación violenta), es una obra capital en su producción y recoge algunos de sus poemas más representativos. El libro va cambiando a lo largo de las sucesivas ediciones realizadas en vida del autor (1949, 1960, 1968, 1979 y 1990), en las que se van incorporando nuevos poemas, pero sobre todo se realiza una labor de supresión y depuración, que con frecuencia lleva no solo a la consecución de una mayor precisión poética, sino a la creación de otro poema distinto que resulte coherente con la visión del mundo del autor en esos momentos. El poema elegido pertenece al libro Puerta condenada (1938-1946), incluido en Calamidades y milagros (1937-1947). Esta es la versión definitiva de Obra poética (1935-1988), pero existe una anterior (el poema es de 1933), recogida en la edición de 1960:

"En llamas, en otoños incendiados, / arde a veces mi corazón, / puro y solo. El viento lo despierta, / toca su centro y lo suspende / en luz que sonríe para nadie: / ¡cuánta belleza suelta! // Busco unas manos, una presencia, un cuerpo, / lo que rompe los muros / y hace nacer las formas embriagadas, / un roce, un son, un giro, un ala apenas; / busco dentro de mí, / huesos, violines intocados, / vértebras delicadas y sombrías,/ labios que sueñan labios, / manos que sueñan pájaros... // Y algo que no se sabe y dice "nunca" / cae del cielo, / de ti, mi Dios y mi adversario."

Entradas relacionadas:


domingo, 14 de octubre de 2012

"Dos cuerpos", de Octavio Paz



DOS CUERPOS

Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos olas
y la noche es océano.

Dos cuerpos frente a frente 
son a veces dos piedras
y la noche desierto.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces raíces
en la noche enlazadas.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces navajas
y la noche relámpago.

Dos cuerpos frente a frente
son dos astros que caen
en un cielo vacío.

(Octavio Paz, de Libertad bajo palabra, 1960)

[Selección: Paula Blasco Cerqueira, 2º ESO A]



Otros poemas del autor en este blog:
http://elhacedordesuenos.blogspot.com.es/2011/10/poema-de-la-semana_9452.html

http://elhacedordesuenos.blogspot.com.es/2012/08/mar-por-la-tarde-de-octavio-paz.html

domingo, 12 de agosto de 2012

"Mar por la tarde", de Octavio Paz

                                            Foto: Josefina López



MAR POR LA TARDE


                                                             A Juan José Arreola


Altos muros del agua, torres altas, 
aguas de pronto negras contra nada, 
impenetrables, verdes, grises aguas, 
aguas de pronto blancas, deslumbradas.


Aguas como el principio de las aguas, 
como el principio mismo antes del agua, 
las aguas inundadas por el agua, 
aniquilando lo que finge el agua.


El resonante tigre de las aguas, 
las uñas resonantes de cien tigres, 
las cien manos del agua, los cien tigres 
con una sola mano contra nada.


Desnudo mar, sediento mar de mares, 
hondo de estrellas si de espumas alto, 
prófugo blanco de prisión marina 
que en estelares límites revienta,


¿qué memorias, qué rocas, yelos, islas, 
informe confusión de aguas y nada, 
qué mares, encendidos prisioneros, 
dentro de ti, bajo tu pecho, cantan?


¿Qué violencias recónditas, qué labios, 
conmueven a tu piel de verdes llamas?, 
¿qué desoladas aguas, costas solas, 
qué mares invisibles, mar, alías?,


¿dónde principias, mar, dónde te viertes?, 
¿dónde principias, tiempo, vida mía, 
ejército de humo y de mentira, 
adónde vas, latido, carne, sueño?


¿Dónde te viertes, avidez de nada? 
No soy la piedra que se precipita, 
soy su caída, y más, soy el abismo, 
el círculo de sombra en que se ahonda.


Tiempo que se congela, mar y témpano, 
vampiro de la luna —o se despeña: 
madre furiosa, inmensa res hendida, 
mar que te comes vivas las entrañas.


(Octavio Paz, de Calamidades y milagros [1937-1948])


Más sobre el autor en este blog:

domingo, 16 de octubre de 2011

"Piedra de sol", de Octavio Paz





[Selección: Victoria Aurell y Elena Pérez Gimeno, 2º de Bachillerato B]


Octavio Paz (Méjico, 1914-1998), poeta y ensayista. Considerado uno de los intelectuales más influyentes del mundo hispanoamericano. Colaboró en numerosas publicaciones y fue el fundador de las revistas literarias Plural y Vuelta (galardonada en 1993 con el premio Príncipe de Asturias de la Comunicación), de la que también fue director. Desde 1962 desempeñó el cargo de embajador de Méjico en diferentes países, pero dimitió en 1968 en protesta por las actuaciones de su gobierno contra el movimiento estudiantil. Posteriormente fue profesor en Cambridge y Harward. Su poesía es una reflexión sobre los problemas más hondos de la existencia humana: la angustia de la temporalidad y la dificultad de la comunicación. Entre sus obras poéticas, destacan: Piedra de sol (1957), obra fundamental de la poesía hispanoamericana del siglo XX; Libertad bajo palabra (1960), recopilación de lo escrito entre 1935 y 1958, y Poesía (1979). Ha sido galardonado con el premio Ollin Yolitztli (1980), el Cervantes (1981), el Neustadt (EE. UU., 1982) y el de la Paz, otorgado por los libreros alemanes por el conjunto de su obra (1984); el premio Internacional Menéndez Pelayo (1987) y el Nobel de Literatura (1990).

Otro poema del autor en este blog:
http://elhacedordesuenos.blogspot.com.es/2012/08/mar-por-la-tarde-de-octavio-paz.html