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domingo, 9 de abril de 2023

"A un cerezo en flor" y otro poema de Eugénio de Andrade


Cerezos en flor. Foto: Josefina López


A UN CEREZO EN FLOR

Despertar, ser en la mañana de abril
la blancura de este cerezo;
arder de las hojas a la raíz,
florecer de esta manera o dar versos.
Abrir los brazos, acoger en las ramas
al viento, a la luz, a lo que sea;
sentir el tiempo, fibra a fibra,
tejiendo el corazón de una cereza.

De Las manos y los frutos, 1948

DESPEDIDA

Coge 
todo el oro del día
en el tallo más alto
de la melancolía.

De Ostinato Rigore, 1964
Incluidos en Todo el oro del día. Trad. Ángel
Campos Pámpano, Pre-Textos, 2004


Otros poemas del autor en este blog:
-"Memoria de los días" y "Haz una llave, aunque sea pequeña...": AQUÍ
-"Es un lugar al sur" y "Herencia": AQUÍ
-"Último poema": AQUÍ

domingo, 22 de diciembre de 2019

"Último poema", de Eugénio de Andrade

Abbott Fuller Graves, Claveles rojos en un jarrón de plata


ÚLTIMO POEMA

Es Navidad, nunca he estado tan solo.
Ni siquiera nieva como en los versos
de Pessoa o en los bosques
de Nueva Inglaterra.
Dejo correr los ojos
entre el fulgor de los claveles
y los caquis ardiendo en la sombra.
Quien tiene así el verano
dentro de casa
no debería quejarse de estar solo,
no debería.
     
En Renacimiento. Revista de Literatura,
nº 8. Versión de José Luis García Martín

Versión original en portugués:


ÚLTIMO POEMA

É Natal, nunca estive tão só.
Nem sequer neva como nos versos
do Pessoa ou nos bosques
da Nova Inglaterra.
Deixo os olhos correr
entre o fulgor dos cravos
e os dióspiros ardendo na sombra.
Quem assim tem o verão
dentro de casa
não devia queixar-se de estar só,
não devia.

         De Rente ao dizer, 1992

Cuando Eugénio de Andrade (1923-2005) publicó Rente ao dizer se cumplían cincuenta años de la aparición de su primer libro de poemas, Adolescente (1942). Sobre el título del libro explica José L. García Martín que la expresión -calcada de 'rente no ch
ão' (a ras de suelo), denominación del bajo de un edificio en portugués- no tiene fácil equivalencia en castellano:
'Rente ao dizer' viene a significar algo así como grado cero de la escritura, poesía tan directa como sea posible, poesía que pretende la imposible renuncia a los artificios de la literatura. Poesía despojada que enlaza -al otro extremo de la trayectoria vital- con la transparencia de Adolescente. Se cierra de esa manera un círculo. "Yo siempre he sabido -dicen las líneas finales del libro- que la belleza  es lo más frágil que hay sobre la tierra".
Y añade, respecto a los temas y motivos del libro,  que los poemas hablan:
De lo que siempre nos ha hablado Eugénio de Andrade: de las palabras y del silencio, del arte del verso y del arte, todavía más difícil, de sobrevivir; también del suceder  de las estaciones, de anécdotas viajeras, de las plantas y de los animales que acompañan su soledad.

domingo, 13 de agosto de 2017

"Es un lugar al sur..." y "Herencia", de Eugénio de Andrade



Es un lugar al sur, un lugar donde
la cal
amotinada desafía la mirada.
Donde viviste. Donde a veces en sueños

vives aún. El nombre empapado de agua
te escurre de la boca.
Por caminos de cabras bajabas
a la playa, batía el mar

en aquellas piedras, en estas sílabas.
Los ojos se perdían ahogados 
en el fulgor
del último o del primer día.

Era la perfección.

                  
                                                      De Blanco en lo blanco


                            Herencia

Ésta es mi herencia: la sonrisa,
el azul de una piedra blanca.
Puedo sumarle, al azar de la memoria,
una rama de madreselva inclinada
hacia las abejas que metódicamente hacen
del otoño el lugar preferido del verano,
un mirlo que abandonó el parque
para anidar en un poema mío,
un barco llamado Cavalinho na Chuva
que espera ser reparado en el muelle de Foz.
Debe de haber algo más,
no puedo ser tan pobre, cometemos siempre
la injusticia de no incluir, por pudor,
cosas más íntimas: un verso de Safo
traducido por Quasimodo, la mano
que por un momento se nos posó en la rodilla
y enseguida voló hacia muy lejos,
los latidos del corazón
obstinado en repetir que no ha envejecido

                         De Los surcos de la sed

               En Materia solar y otros libros. Obra selecta (1980-2002).
Ed. bilingüe de Ángel Campos Pámpano. 
Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores, 2004

VERSIÓN ORIGINAL EN PORTUGUÉS


É um lugar ao sul, um lugar onde/a cal/amotinada desafia o olhar.//Onde viveste. Onde às vezes no sono/vives ainda. O nome prenhe de água/escorre-te da boca.//Por caminhos de cabras descias/à praia, o mar batia/naquelas pedras, naquelas sílabas.//Os olhos perdiam-se afogados/no clarão/do último ou do primeiro dia.//Era a perfeição.

                                                                                                                De Branco no Branco, 1984

Herança.// É a minha herança: o sorriso,/ o azul de uma pedra branca./ Posso juntarlhe, ao acaso da memória,/ um ramo de madressilva inclinado/ para as abelhas que metodicamente fazem/ do outono o lugar preferido do verão/, um melro que deixou o jardim público/ para fazer ninho num poema meu,/ um barco chamado Cavalinho na Chuva/ à espera de reparação no molhe da Foz./ Deve haver mais alguma coisa,/ não serei tão pobre, cometemos sempre/ a injustiça de não referir, por pudor,/ coisas mais íntimas: um verso de Safo/ traduzido por Quasimodo, a mão/ que por instantes nos pousou no joelho/ e logo voou para muito longe,/ as cadências do coração/ teimoso em repetir que não envelheceu.

                                                                                    De  Os sulcos da sede, 2001


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domingo, 31 de enero de 2016

"Memoria de los días" y otro poema de Eugénio de Andrade




              Memoria de los días

Vas y vienes  en la memoria de los días
donde el amor
rodeó la casa de luz matutina.
A veces sabíamos de ti por el aroma
de las glicinas deslizándose por el muro,
otras por el rumor del verano rozando
el oro viejo de los plátanos.
Vas y vienes. Y cuando regresas
tu perro es el primero en saberlo.
Al oírlo ladrar, sabíamos que contigo
también el amor había vuelto a casa.

                      De  Los surcos de la sed, 2001



Haz una llave, aunque sea pequeña,
entra en la casa.
Permite la dulzura, ten piedad
de la materia de los sueños y de las aves.

Invoca el fuego, la claridad, la música
de los flancos.
No digas piedra, di ventana.
No seas como la sombra.

Di hombre, di niño, di estrella.
Repite las sílabas
donde la luz es feliz y se demora.

Vuelve a decir: hombre, mujer, niño.
Donde la belleza es más nueva.

                   De Blanco en lo blanco, 1984

En Materia solar y otros libros. Obra selecta (1980-2002).
Ed. bilingüe de Ángel Campos Pámpano.
Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores, 2004

VERSIÓN ORIGINAL EN PORTUGUÉS: 
Memória dos Dias//Vais e vens na memoria dos dias/one o amor/cercou a casa de luz matutina./Às vezes sabíamos de ti pelo aroma/das glicínias escorrendo no muro,/outras pelo rumor do verão rente/ao oiro velho dos plátanos./Vais e vens. E quando regressas/É o teu cão o primeiro a sabê-lo./Ao ouvi-lo latir, sabíamos que contigo/também o amor chegara a casa.

                                                       De  Os sulcos da sede, 2001 
Faz una chave, mesmo pequena,/entra na casa./Consente na doçura, tem dó/da matéria dos sonhos e das aves.//Invoca o fogo, a claridade, a música/dos flancos./Não digas pedra, diz janela./Não sejas como a sombra.//Diz homem, diz criança, diz estrela./Repete as sílabas/onde a luz é feliz e se demora.//Volta a dizer: homem, mulher, criança./Onde a beleza é mais nova.

                        De Branco no Branco, 1984


Eugénio de Andrade es el seudónimo de José Fontinhas,  una de las voces más relevantes de la poesía portuguesa del siglo XX y uno de los autores que consolidó la modernidad de la poesía lusa. 
   De familia campesina, que le enseñó a despreciar el lujo, nació en 1923 en Póvoa de Atalaia, en la Beira Baixa portuguesa, próxima a la frontera con Cáceres. Creció entre dos idiomas, el portugués y el castellano, pues su abuela materna era natural de Valverde del Fresno. El entorno de su infancia, formado por grandes espacios abiertos llenos de sol y de agua, marcará siempre su poesía. Hijo no reconocido por su progenitor, la figura del padre estuvo siempre ausente en su vida.  
   En 1931 su madre lo lleva a Lisboa para continuar estudios secundarios. Allí dedicará gran parte de su tiempo a la lectura de los grandes novelistas rusos y de  escritores portugueses, entre ellos António Botto, que lo ayudará a publicar su primer poema. Más adelante leerá a Lorca, Rimbaud, Verlaine, a Whitman, la poesía medieval y al portugués Miguel Torga, a quien conoció cuando se trasladó  a Coimbra en 1943. 
  En 1947 ingresó en la administración pública, donde fue inspector administrativo de los servicios médico-sociales del Ministerio de Sanidad hasta 1982. Por este motivo, en 1950 se trasladó a Oporto, ciudad en la que fijó su residencia. En 1953 muere su madre, figura central en su obra literaria y en su vida,  a la que debe su temprano despertar a la poesía y a cuya muerte dedica su libro Corazón del día (1958). 
   Eugénio de Andrade fue una persona a quien no le interesaba el dinero ni la fama, que llevó una vida sencilla y apartada. No obstante, a partir de los años ochenta empieza a ser reconocido tanto en su país como fuera de él. En 1983 fue elegido miembro de la Académie Mallarmé  de París, en 1991 se creó en Oporto una fundación que lleva su nombre, y en 1995 fue nombrado miembro fundador de la Academia Internacional Mihai Eminescu de Rumania. En 2000 recibió el Premio Vida Literaria, de la Asociación Portuguesa de Escritores; en 2000 el I Premio a la Trayectoria Literaria, de la Junta de Extremadura, y en 2001, el Celso Emilio Ferreiro y el Camões, el más importante galardón que se concede a autores en lengua portuguesa. Falleció en Oporto el 13 de junio de 2005.
   
Es autor de una obra poética muy depurada, de aparente sencillez; una poesía de celebración del mundo  que canta las cosas más elementales  de la vida y busca la exactitud en el lenguaje. Traducida a más de veinte idiomas, suma un total de veintisiete libros, entre los que se cuentan Las manos y los frutos (1948), libro emblemático que supone la aceptación de su obra por parte de lectores y crítica; Los amantes sin dinero (1950), Las palabras prohibidas (1951), Mar de septiembre (1961), Oscuro dominio (1972), Materia solar (1980), El peso de la sombra (1982), Blanco en lo blanco (1984), El otro nombre de la tierra (1988), La sal de la lengua (1995), Pequeño formato (1997), Los lugares de la lumbre (1998) y Los surcos de la sed (2001).

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[La imagen inicial procede de www.amigosdoparque.com]