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domingo, 2 de octubre de 2022

"Vitral de mujer sola" y otro poema de Yolanda Pantín


©Edward Hopper


VITRAL DE MUJER SOLA

Se sabe de una mujer que está sola
porque camina como una mujer que está sola
Se sabe que no espera a nadie
porque camina como una mujer que no espera a nadie
Esto es 
se mueve irregularmente y de vez en cuando se mira los zapatos
Se sabe de las mujeres que están solas
cuando tocan un botón por largo tiempo
Las mujeres solas no inspiran piedad
ni dan miedo
si alguien se cruza con ellas en mitad de la vereda
se aparta por miedo a ser contagiado
Las mujeres solas miran el paisaje
y se diría que son amantes
de las aceras / de los  entresuelos / de las alcantarillas / del subsuelo
de los subterfugios
Las mujeres solas están sobre la tierra al igual que sobre los árboles
les da igual porque para ellas es lo mismo
Las mujeres solas recitan parlamentos
estoy sola
y esto quiere decir que está con ella
para no decir que está con nadie
tanto se considera una mujer sola
Las mujeres solas hacen el amor amorosamente
algo les duele
y luego todo es más bien triste o colérico o simplemente amor
Estas mujeres se alumbran con linternas
van al detalle
saben dónde se encuentra cada cosa
porque temen seguir perdiendo
y ya han perdido o ganado demasiado
Ellas no lo saben
porque van del llanto a la alegría
y a veces piensan en la muerte
También planean un largo viaje e imaginan encuentros / posibles
Administran el dinero
compran legumbres
trabajan de 8 a 8
Si tienen hijos hacen de madres
son tiernas y delicadas
aunque muchas veces se alteren
un pensamiento recurrente es
ya no puedo ni un minuto más
Las mujeres solas tienen infinidad de miedos
terrores francamente nocturnos
los sueños de tales mujeres son 
terremotos catástrofes sociales
Una mujer sola reconoce a una mujer sola de forma inmediata
llevan el mismo cuello airado
lo cual no quiere decir que no quieran a nadie más que a sí
mismas
esto es completamente falso
Lo cierto  es que la casa de una mujer sola
está abierta a su antojo
Una mujer sola
no puede curar su soledad
porque nada está enfermo
se remedia lo curable
una gripe o un dolor de estómago
La mujer que piense que su soledad es curable
no es una mujer sola
es un estado transitivo entre dos soledades
infinitamente más peligrosas
Una mujer sola es una mujer acompañada
aunque de este hecho no se percate más que el zapato
al que mira con detenimiento
o el botón
que parece representar algo verdaderamente importante
como de hecho lo es
como los árboles o el cielo
sólo que el privilegio que deriva de semejante atención
es más propio de las almas temperadas al siguiente / fuego:
id contigo
para estar con vosotros

De Correo del corazón, 1985

LOBOS

El mundo estaría en sus comienzos
cuando éramos una manada y no
nos habíamos acercado todavía
al círculo del fuego para calentarnos.
Eso fue más tarde.

Mi pelo brillaba, gris y blanco, fino.
Era otro entre las fieras
tras el alfa dominante. Lo seguíamos
a donde fuera por sobre
capas de nieve, adentrándonos
en las marañas como sombras,
o escalando montañas, sibilinos.

No había cuento para niños,
ni leyenda donde no apareciéramos
a la zaga de los recolectores, cazando.
Terror y desprecio sembrábamos.
Todo lo hacíamos en grupo.
No nos cansábamos.

Era un llamamiento.

Primero fueron los dragones.
Luego nosotros. O al revés.
De todo lo ocurrido quedó un trauma
que intentaron los pueblos exorcizar
con historias moralizantes.

¡Cuántas de ellas,
cuánta fría venganza!

Algunos de nosotros nos acomodamos
luego con las bestias cubiertas de pelos
que se dicen humanos
a lamer los huesos que nos tiraban.
Y nosotros, hechizados,
nos hicimos presas de sus desafectos.

Canis lupus familiaris.

¡Perro! Dicen los palurdos
como un insulto a cualquiera.
¡Perros! Si supieran...

Ocurriría en cualquier momento. Una mirada.
¡Zaz! Y el lobo hambriento.

De Bellas ficciones, 2016

Yolanda Pantín. (circulodeescritoresvenezuela.org)

Yolanda Pantín es una poeta, dramaturga, ensayista, editora y autora de libros para niños nacida en Caracas (Venezuela) en 1954. Pasó su infancia y adolescencia en Turmero, una población próxima a la capital. Estudió Artes en la Escuela de Artes Plásticas de Aragua y Letras en la Universidad Católica Andrés Bello. En la década de los ochenta formó parte de dos importantes grupos de poesía, Calicanto y Tráfico, de enorme influencia en el desarrollo de las letras venezolanas. Trabajó como periodista cultural en el semanario Número. Fue coeditora de Qué pasa, en 1989 fue una de la fundadoras de la editorial de poesía Pequeña Venecia y en 1990 creó con Santos López la Fundación Casa de la Poesía. Su libro Ratón y vampiro se conocen (1991) forma parte de la lista de mejores libros para niños 1993 y de la Lista de Honor IBBY, la Organización Internacional del Libro Infantil y Juvenil, en 1994.

En su poesía reconoce influencias de César Vallejo, Luis Cernuda, Blanca Varela y Elizabeth Bishop. Ha publicado los poemarios Casa o lobo (1981), Correo del corazón (1985), La canción fría (1989), Poemas del escritor (1989), El cielo de París (1989), Los bajos sentimientos (1993), La quietud (1998), El hueso pélvico (2002), Poemas huérfanos (2002), La épica del padre (2002), País (2007),  21 caballos (2011), País, poesía reunida 1981-2011 (2014), Bellas ficciones (2016), Lo que hace el tiempo (2017) y la antología El ciervo (2019). En 1989 recibió en Caracas el Premio Fundarte de Poesía. Fue Becaria de la Fundación Rockefeller en Balagio Study Center. Recibió la Beca Guggenheim en 2004; en 2015, en Aguascalientes (México), el Premio de Poesía del Mundo Latino Víctor Sandoval por su trayectoria literaria; en 2017, el XVII Premio Casa de América de Poesía Americana por Lo que hace el tiempo, y en 2020, el Premio García Lorca al conjunto de su obra.

Sobre el primer poema -el más popular de los compuestos por Pantín, convertido casi en himno en su país,  al mismo nivel que "Derrota" de Rafael Cadenas- ha explicado la autora que surgió de forma espontánea a partir de la imagen de una mujer que vio en su mente caminando por una calle de Berlín. "Eran los años 80' y la capital alemana era una encrucijada difícil". Alejandra Alba* comenta sobre el mismo:
Dicho poema plantea una individualidad desgarrada que anuncia, si se quiere, la actualización del comportamiento de la mujer en la contemporaneidad, es una suerte de oda a la independencia, independencia que parece consumarse únicamente en la aceptación de la soledad como forma de vida y no como un hecho pasajero o modificable.

*Alba, Alejandra (2018). Yolanda Pantín: La poética de lo imposible en "Correo del corazón" (1985). Fundación cultural Bordes, 24 de enero de 2018, s/p. En: https://www.bordes.com.ve/yolanda-pantin-la-poetica-de-lo-imposible-en-correo-del-corazon-1985/

2 comentarios:

  1. Yo no entiendo del tema pero me ha gustado el largo poema sobre la mujer sola. No sé si sólo será empatía o es que la autora se identifica con ella; supongo que algo habrá de esto...
    Pero parece que las trata como víctimas, o al menos da una impresión triste...¿es que no las hay por convicción y orgullo, amantes de la libertad de movimientos? Ahora ya no, pero en las generaciones pasadas, si alguien podía sobrevivir sólo eran ellas.
    Y el de los lobos y perros también mola. Aunque ya no se le puede pedir a un chihuahua de ésos que inspire un miedo lobuno, de tal manera los hemos pervertido.
    Carlos San Miguel

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  2. Y las pinturas del tal Hooper son estupendas. Parece extraño que esa América que vemos en las pelis de los años de la posguerra mundial y los de la Guerra Fría, la de los años del Cine, permitiera a los pintores ganarse la vida....
    Precisamente el otro día, en el programa Classics, comentando el color de "Vértigo", salió a relucir el nombre de este artista, ilustrando el comentario con un fotograma detenido !y parecía un cuadro de este señor
    Carlos

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