Cinco partes, cinco poemas largos y unitarios, conforman el Libro de los trazados, una obra en la que confluyen el romanticismo, el simbolismo y la mística para dibujar magistralmente el trayecto de un aprendizaje y una aceptación. El libro se inicia con "La subida", un ascenso por el bosque persiguiendo aprehender la celebración que es la primavera, en una reinterpretación de la misma como estación última, como conquista final. Se trata de una escalada real, pero también de una progresión simbólica, espiritual. La segunda parte, "Taller de paisajistas", esconde bajo sus lecciones de pintura toda una poética: cómo el arte consigue acceder a los secretos de la naturaleza. La tercera composición, "Curva en el camino del bosque" es una elegía por la hermana muerta y una reflexión sobre el dolor, en ella el recorrido por la naturaleza es también una forma de consuelo. En "Voces para una danza infinita" se produce una identificación panteísta entre el alma y la naturaleza, representada por la noche y la lluvia. "El río", la última parte, le descubre al sujeto una aceptación y la sabiduría, entre la desolación y la promesa.
De "La subida", un poema de casi 400 versos, ha escrito Francisco Díaz de Castro en El Cultural (16/06/2005):
"La subida", mi preferido, es uno de esos raros poemas alcanzados por la gracia poética, que no necesitan raras invenciones ni hermetismos para decirnos la grandeza de nuestra limitación y transmitirnos, al tiempo, la grandeza de seguir, aquí y ahora. La grandeza de ese ascenso hasta la cumbre de los acantilados por el camino del bosque, constelado de aromas, sonidos, colores y presencias, presenta al paseante solitario en pos de su decir mejor la primavera como culminación, como estación última, si no total -el mejor Juan Ramón Jiménez no anda lejos de estos versos-, de un diálogo interminable con el árbol, el pájaro, la flor, el mar, el cielo, la altura y el abismo, símbolos sencillos de una materialidad que, para el poeta, exige perseguir la trascendencia, "lo que existe después de lo que existe", "el lugar de la palabra sí" y de su secreto sacrificio, "la salida transparente". Poema memorable, que vale, casi, por toda una trayectoria.
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[Imagen inicial: taringa.net]
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Y, sin embargo, la que perdura eternamente es la bajada hasta el invierno de la vejez y la Muerte...
ResponderEliminarCarlos San Miguel