Una Navidad en familia
Mi padre me contó esta historia. Sucedió a principios de la década
de 1920 en Seattle, antes de que yo naciera. Él era el mayor de seis hermanos y
una hermana, algunos de los cuales ya no vivían en casa de sus padres.
La economía familiar había recibido un duro golpe. El negocio de
mi padre había quebrado, casi no había trabajo y el país estaba al borde de la
quiebra. Aquel año teníamos un árbol de Navidad, pero no teníamos regalos.
Sencillamente no podíamos permitírnoslos. En Nochebuena todos nos fuimos a la
cama con los ánimos bastante bajos. Pero lo increíble fue que, al despertarnos
la mañana de Navidad, nos encontramos con un montón de regalos bajo el árbol.
Intentamos mantener la calma durante el desayuno, pero acabamos con él en
tiempo récord. Entonces comenzó la diversión. La primera fue mi madre. Todos la
rodeamos llenos de curiosidad y, cuando abrió su paquete, vimos que le habían
regalado un viejo chal que «había perdido» hacía ya muchos meses. A mi padre le
tocó un hacha con el mango roto. A mi hermana, sus viejas zapatillas de andar
por casa. Uno de los chicos recibió unos pantalones remendados y arrugados. A
mí me tocó un sombrero, el que yo creía haberme dejado en un restaurante, allá
por el mes de noviembre. Cada una de aquellas cosas desechadas representó una
total sorpresa. Al poco rato nos entró tal ataque de risa que apenas podíamos
desatar el lazo del siguiente paquete. Pero ¿de dónde procedía tanta
generosidad? Todo había sido obra de mi hermano Morris. Durante muchos meses
había estado escondiendo en secreto cosas viejas que él sabía que no echaríamos
de menos. Entonces, en Nochebuena, después de que todos nos hubiésemos ido a la
cama, había envuelto los regalos y, silenciosamente, los había colocado bajo el
árbol. Recuerdo aquella Navidad como una de las más bonitas de mi vida.
Paul Auster (ed.), Creía que mi
padre era Dios, traducción de Cecilia Ceriani, Anagrama, 2002
Paul Auster (Newark, Nueva Jersey, 1947) es escritor, traductor y cineasta. Estudió literatura francesa, italiana e inglesa en la Universidad de Columbia y, tras un breve periodo como marino en un petrolero, vivió tres años en Francia, donde trabajó como traductor, "negro" literario y cuidador de una finca. Desde 1974 reside en Nueva York. Es miembro de la American Academy of Arts and Letters y Caballero de la Orden de las Artes y las Letras Francesa. En 2006 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras por su carrera literaria.
Empezó escribiendo poesía: Poesía completa (Seix Barral, 2012) recoge por primera vez en castellano toda su poesía en edición bilingüe. Es autor asimismo de los libros Jugada
de presión (1982, publicado bajo el seudónimo Paul Benjamin); La invención de la soledad (1982); La trilogía de Nueva York (1987), compuesta por las novelas Ciudad de cristal (1985), Fantasmas (1986) y La habitación cerrada (1986); El país de las últimas cosas (1987); El Palacio de la Luna (1989); La música del azar (1990); Pista de despegue (1990); Cuento de Navidad (1990); Leviatán (1992, Premio Medicis); El cuaderno rojo (1992); Mr. Vértigo (1994); A salto de mata (1997); Tombuctú (1999); Experimentos con la verdad (2000); El libro de las ilusiones (2002, Premio al mejor libro del año del Gremio de Libreros de Madrid); Historia de mi máquina de
escribir (2002); La noche del oráculo (2003, Premio Qué Leer); Brooklyn Follies (2005);Viajes
por el Scriptorium (2006); Un hombre en la oscuridad (2008); Invisible (2009); Sunset Park (2010) y Winter Journal(2012); de Colección y de
los guiones de las películas Smoke
(1995) y Blue in the Face (1995), en cuya dirección
colaboró con Wayne Wang, y Lulu
on the Bridge (1998) y La
vida interior de Martin Frost (2007),
que dirigió en solitario. Su obra ha sido traducida a más de treinta idiomas.
Paul Auster es el editor de los ciento ochenta relatos incluidos en el libro Creía que mi padre era Dios (Relatos verídicos de la vida americana), 2001. El libro nació de la invitación del escritor a los oyentes de su programa semanal en la Radio Pública Nacional para que escribiesen y le enviasen relatos personales, breves y verídicos, que posteriormente serían leídos por Auster en su programa. Ante la imposibilidad de leer los más de cuatro mil relatos recibidos, optó por publicar una selección de los mismos.
Actualización:
Paul Auster falleció en Nueva York el 30 de abril de 2024. Tenía 77 años.
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