Las primeras explicaciones nos
las dieron en el Centro de Documentación del Agua y del Medio Ambiente
(Biblioteca del Agua), porque allí estaba el Convento de Santo Domingo, que se
hubieran encontrado don Quijote y su escudero si hubieran entrado a Zaragoza
por la antigua Puerta de Sancho (Zaragoza estaba rodeada entonces por una
muralla). Después de escuchar la introducción en el patio exterior (¡qué mañana
tan fría la del 9 de enero!), entramos en la actual biblioteca donde antes
estaba el refectorio (comedor) de los monjes. Bajamos luego a las antiguas
bodegas y nos hablaron de la imaginación de don Quijote que le hacía ver cosas
que los demás no veían. Nos enseñaron unas imágenes de cosas que veía el
hidalgo y debíamos relacionarlas con las imágenes de lo que veía Sancho. A don
Quijote se le tomaba por loco y en muchos episodios lo parecía, pero muchas
otras veces demostraba gran sabiduría. Algunos personajes le seguían la
corriente para evitar problemas, pero otros se burlaban o se enfrentaban con
él. En la charla, lo compararon con personajes de películas que también habían
tenido problemas por “chocar” su visión personal con la realidad; por ejemplo, Torrente, Forrest Gump o Paco Martínez Soria.
A continuación fuimos al Palacio
de los Duques de Villahermosa, en la calle de los Predicadores, y allí nos
contaron más cosas de la Zaragoza del siglo XVII y de las aventuras de don
Quijote y Sancho con los duques que aparecen en el libro.
Por el callejón del Sacramento,
llegamos al Espacio Las Armas, donde antiguamente estaba la picota, es decir,
donde se ejecutaba a los delincuentes. Allí leímos algunos fragmentos del
famoso libro de Cervantes.
Finalmente fuimos a una casa
palacio de la época, donde se ubica la Escuela Municipal de Música y Danza. En
su patio hicimos la actividad que más nos gustó. Nos contaron cómo los duques
de Villahermosa querían burlarse de Sancho Panza y para ello le hicieron creer
que lo nombraban gobernador de la ínsula Barataria y que tenía que impartir
justicia. Pues bien, nos dividieron en dos grupos y nos plantearon un caso a
cada grupo de los que tenía que resolver Sancho. Y la verdad, que no era nada
fácil. Hubo debate entre nosotros y después de dar nuestra respuesta, nos
dijeron cuál había sido la de Sancho, y comprobamos que, a pesar de no tener
estudios, tenía un gran sentido común.
La excursión fue muy interesante
y entretenida. Cristina, la guía, nos contó muchas anécdotas y fue muy
simpática con nosotros. Nos dio una buena introducción al tema que aún tenemos
que estudiar en clase y nos explicó un barrio histórico de Zaragoza que pocos
de nosotros conocíamos.
Alumnos de 3º A de ESO
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