Ilustración de Sara Morante, detalle |
PRIMERAS MAESTRAS
Supimos de la perfección por nuestras muñecas. Aprendimos de ellas los rizos inmóviles, las rodillas juntas si se usa falda, una sonrisa discretamente tintada de geranio y la mirada de vidrio limpio que debe mostrarse a los adultos con traje. Aprendimos también que ellas iban a sobrevivirnos, que vigilarían nuestra ausencia desde el mismo estante imperturbable, como gárgolas de habitación infantil. Nos enseñaron la muerte y ese día decidimos cambiar las reglas del juego, sonriendo, amables mientras tirábamos hacia atrás un poco más de la cuenta, al cepillar sus lustrosas cabelleras de niñas sombrías.
LA TRAIDORA
Cuando por fin junté el valor para despedirme le conté a mi muñeca que nos quedaban pocas tardes de juego. Por primera vez desde que la conocía guardó silencio. Esperé un tiempo prudencial. No reaccionó y entonces le susurré muy trágica que había escuchado al doctor decirles a mis padres que me estaba muriendo de tuberculosis. Tuberculosis, silabeé. Me quedaré muy flaca y escupiré sangre en el pañuelo sin parar. Ni siquiera cumpliré once años. La muñeca asintió, negligente, y volvió los ojos helados hacia algo que estaba situado a mi espalda, quizá en dirección a la estantería de mi hermana pequeña. Aquella misma noche, mientras me acostaba, le confesé a mi madre con una extraña voz de adulta que había decidido con cuál de mis juguetes quería ser amortajada.
De Casa de muñecas, ilustrado por Sara Morante, Páginas de Espuma, 2012
Patricia Esteban Erlés (Zaragoza, 1972), licenciada en Filología Hispánica, trabaja como profesora de secundaria. Ha publicado tres libros de cuentos. El primero, Manderley en venta (2008), obtuvo en 2007 el premio de Narración Breve de la universidad de Zaragoza y fue seleccionado en el V Premio Setenil como uno de los diez mejores libros de relatos publicados en España en 2008. El segundo, Abierto para fantoches (2008), ganó el XXII Premio de Narrativa Santa Isabel de Aragón, Reina de Portugal. El tercero, Azul ruso (2010), también estuvo seleccionado como uno de los candidatos al premio Setenil. En Casa de Muñecas (2012), su primer libro de microrrelatos, ha logrado una extraordinaria colección de género fantástico en la que, a lo largo de diez habitaciones y cien textos, se pasean miedos infantiles, ecos literarios, cinematográficos y fotográficos.
Otra versión más del de Monterroso. "Cuando se despertó, ella seguía sin estar allí"
ResponderEliminarYo ya había oído que durante la Revolución Francesa, cuando guillotinaban a alguién, la cabeza, ya segada del cuerpo, aún decía algunas palabras. Pero, en mi caso, me parece que quizás he hablado demasiado.
ResponderEliminarCreo que podremos perdonarte. :)
ResponderEliminarGracias por leernos y por tus comentarios, Luis.
Ja,ja, gracias por perdonarme.Ahí va otro, con perdón."Lo podéis ver por ahí, al hombre ese, por la ciudad y su comarca, dandoles conversación, no solicitada, hablandoles de quién sabe que a gente que va quién sabe donde".Un salúdo.
ResponderEliminar¡Estupendos. Sobre todo La traidora, que es escalofriante...
ResponderEliminarA mí me parece que había muñecas y muñecas...la más "perversa", la Barbie; la más simpática, La Nancy; la más inocua, la Barriguitas. Jajaja
Carlos San Miguel