El poema, considerado la cima de la poesía
de Leopardi, fue compuesto, probablemente, en el invierno de 1819 y apareció
por primera vez en la edición de Versi (1826), encabezando una
serie de cinco composiciones que el poeta denominó "Idilli"
(Idilios). En el poema, formado por quince endecasílabos blancos, el poeta, en
su paraje predilecto -una colina próxima a su ciudad, Recanati-, deja a su pensamiento
hundirse en la meditación sobre la infinitud, complaciéndose en su propio
vértigo: "y naufrago dulcemente en este mar".
La colina se llama
actualmente "del Infinito" para recordar que desde allí, mirando el
horizonte semioculto por un matorral, Leopardi tuvo su intuición de la
infinitud.
Del mismo autor en este blog:
http://elhacedordesuenos.blogspot.com.es/2011/04/poema-de-la-semana.html
Recomendado por un lector:
Puedes escucharlo recitado en italiano por Vittorio Gassman:
Leopardi es uno de mis poetas favoritos. Un saludo grande.
ResponderEliminarY este poema es muy hermoso en su sencillez. Nos alegra compartirlo contigo. Un saludo.
ResponderEliminarhermoso
ResponderEliminarDe acuerdo contigo, Carla.
EliminarCual es el tema principal
ResponderEliminarA veces, para sentir esas sensaciones no es necesario subir a las montañas más altas, las más pretendidas y frecuentadas. Esos sentimientos se sienten muy bien en los humildes cabezos de nuestro sistema Ibérico, no ya en el Moncayo, sino en los montes anónimos pardos y resecos, esteparios, que recorren la cordillera en su longitud. En ellos, la soledad, el silencio o el viento y la humildad de sus peñas rotas y de sus tomillos, aliagas y espinos son mucho más sugestivos que los cinematográficos paisajes alpinos de la alta montaña húmeda y verde.
ResponderEliminarCarlos San Miguel
La version declamada excellente mas coherente y transparente del mensaje del poeta enfermo.
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