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Mi casa en Pennabilli 
 
Ahora vivo aquí arriba 
en una casa de montaña 
y paso el tiempo con las hojas secas 
y las pongo en fila sobre un escalón; o voy a tocar esos hilos de agua que saltan por una grieta entre las piedras donde las truchas se acurrucan al fresco y Silvestro las coge con las manos como hacen los gatos con las mariposas- También me gusta hacer cuentas con una aritmética elemental: dos y dos cuatro seis y seis doce si compras siete huevos y se caen tres al suelo, ¿cuántos te quedan? 
O si no, trazo rayas en la arena 
del patio, astas una tras otra 
para recordar las piernas esbeltas 
de otros tiempos y el aire 
lleno de luciérnagas y la bicicleta 
y el tirachinas, las cometas 
y allá abajo cada mes de agosto 
el mar que estaba tumbado detrás de las montañas de arena 
como un animal bueno 
bajo las caricias del amo. 
Por las tardes me siento a ver el valle 
y la montaña al fondo 
con los sembrados que parecen trapos 
tendidos al sol y las lindes 
rojas de amapolas y puñados de casas 
como nidos de golondrinas sobre la tierra 
y la gente agachada trabajando 
pequeña como polvo y yo sentado 
con todas estas cosas en los ojos 
y la memoria que se ha vuelto blanca 
y sobre esta sábana de vez en cuando pasa 
la voz de mi pobre madre 
y el olor de los membrillos 
que ella guardaba encima del armario. 
 
La muerte 
 
Yo si pienso en la muerte 
me muero de miedo 
porque al morir se dejan demasiadas cosas 
que después ya no vuelves a ver nunca más: 
los amigos, los parientes, los árboles 
del paseo que tienen ese olor 
y toda la gente que has visto 
aunque sea una sola vez. 
 
Yo quisiera morirme en el invierno 
mientras llueve 
en uno de esos días que se hace de noche pronto 
y por la calle los zapatos se te llenan de barro 
y la gente se encierra en los cafés 
alrededor de la estufa. 
 
 En Poesía completa, versión de Juan Vicente Piqueras, 2001 | 
Tonino Guerra (Santarcangelo di Romagna, 1920-2012) fue un novelista, dramaturgo, guionista y 
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| Tonino Guerra. AFP | 
poeta italiano, hablante del dialecto romañolo. Durante la ocupación nazi trabajó como maestro. Fue detenido en agosto de 1944, cuando le encontraron unos folletos antifascistas. Fue deportado al campo de concentración alemán de Troisdorf, donde empezó a escribir poesía  que recitaba a sus compañeros de la Romaña, para "engañar a la vida dura". Más tarde reunirá estos poemas en 
I Scarabocc (
Los garabatos, 1946). Tras ser liberado en 1945, se licenció en Pedagogía en la Universidad de Urbino con una tesis  sobre poesía en dialecto romañolo. En 1952 se casó con Paola Grotti, con quien tuvo dos hijos. En 1953 se trasladó a Roma y comenzó su trabajo como guionista. Colaboró con grandes directores italianos como Rossi, Antonioni, De Santis, los hermanos Taviani, Fellini o Visconti. También trabajó con el ruso Tarkovski, el griego Theo Angelopulos y el estadounidense Steven Soderbergh. En 1975  
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Una de las intervenciones artísticas de 
Tonino Guerra (lavalmarecchia.it) | 
conoció a la rusa Eleonora  Kreindlina, de quien se enamoró y, tras separarse de Paola, contrajo matrimonio con Eleonora en 1977. En 1989 regresó a Romaña y se instaló en Pennabilli, donde pasó el resto de su vida. Realizó  numerosas intervenciones artísticas en plena naturaleza y retomó la pintura, que se convirtió en su principal actividad durante esta etapa. Murió el 21 de marzo de 2012, coincidiendo con la celebración del Día Mundial de la Poesía.  Sus cenizas se depositaron en un nicho excavado en una pared de roca del jardín  de su casa de Pennabilli, un punto desde donde se puede admirar todo el valle.
 
Como guionista,  obtuvo en tres ocasiones el David de Donatello -por Tres hermanos, Y la nave va y Kaos- y tres nominaciones al Oscar: por Casanova 70 (1965), Blow-Up (1966) y  Amarcord (1974). Ganó el premio al Mejor Guion del Festival de Cine de Cannes por Viaje a Cytherea de Angelopoulos,  recibió un premio honorífico del Festival de Cine de Venecia y en 2011, el Jean Renoir Award. 
Tonino Guerra, igual que Passolini y Zavattini, abandona el italiano para escribir  en el dialecto de su infancia, como un acto de resistencia frente a la uniformidad que nos impone el mundo actual, como una necesidad de recuperar lo que la modernidad le había arrebatado, lo que se ha perdido definitivamente. Entre los libros escritos en romañolo, están 
La miel (1981), 
El libro de las iglesias abandonadas (1988), 
El huerto de Eliseo (1989) y 
Cuarteto de otoño (2001). 
Su Poesía completa (1972-2001) reúne diecisiete títulos. Los poemas escritos entre 1940 y 1972 fueron recogidos en 
Los bueyes (1972).
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| Museo permanente Nel mondo di Tonino Guerra. Foto: Archivio Provincia di Rimini | 
     Tonino Guerra, 2005. © Contrasto. (vogue.it)
    
                        CIAO, TONINO
                                                    En el funeral de Tonino Guerra
     Ha muerto el inventor de las colmenas
     y de los funerales de altamar. 
     Ha muerto el inventor de las iglesias
     abandonadas, del almendro en flor,
     de las hogueras bajo la nevada.
     Ha muerto el inventor del propio viento,
     el viento que nacía de sus pasos,
     el que construyó Rusia con una telaraña,
     el que vio África en un vaso de agua.
     Ha muerto el rey de las hojas secas y de los abejorros,
     el coleccionista de jaulas, el poeta,
     el hombre que llevaba en los ojos un mundo
     que no era éste, el ángel con bigote
     que declaró a la prensa que la muerte
     es una mariposa,
     el niño que cantaba nanas a los ancianos,
     el pastor de las nubes, el zar de las semillas,
     el que tuvo en sus manos un mundo que moría.
     Ha muerto el ángel que inventó la nieve,
     el que plantó un buen día en Pennabilli
     el huerto de los frutos olvidados,
     el que escribió la miel.
                                          Grazie, Tonino!
         (Juan Vicente Piqueras, Qué hago yo aquí (Poemas, 1999-2017), Renacimiento, 2019)
  
[Imagen inicial: Van Gogh, 
Campos de trigo después de la lluvia en Auvers]