"Levad' amigo..." es una composición perteneciente a la lírica medieval gallego-portuguesa, más concretamente, al género denominado "cantiga de amigo", composición de tema amoroso en boca de una mujer. Las cantigas de amigo son poemas creados por poetas cultos sobre moldes populares. La que nos ocupa, recogida en el Cancionero de la Biblioteca Vaticana, es obra de Nuno Fernandes Torneol, un trovador del siglo XIII del que solo se sabe que fue vasallo de un rico hombre castellano y se cree que pudo establecerse en la corte de Alfonso X el Sabio.
La belleza y complejidad del poema han despertado el interés de numerosos especialistas en lírica medieval, que se han ocupado de su estudio y han dado opiniones diversas, tanto respecto al subgénero literario como al sentido del texto. Parte de la crítica relaciona esta composición con las albas tradicionales -tipo anterior y más simple que las albas provenzales, difundido por todo el mundo antiguo y medieval-, en las que dos enamorados, que han pasado la noche juntos, tienen que separarse al amanecer. Toribio Fuente Cornejo considera las albas como una variante de las canciones de mujer que desarrollan el tema del adiós y de la separación, cuyo elemento identificador es el alba, que genera la situación. Observa Fuente Cornejo que los elementos utilizados en el diseño de la composición que nos ocupa, "la exhortación a levantarse, evocación matinal y canto de los pájaros, adquieren un sentido propio".
Para Vicente Beltrán Pepió ("Poética, poesía y sociedad en la lírica medieval"), la cantiga de Torneol -formada por 24 versos agrupados en 8 dísticos (o pareados) de versos de desigual medida, más un verso de estribillo de 4 sílabas- expresa el lamento de una muchacha por un amor roto y "ante el deseo quizá más poético que verosímil de reanudar los lazos que el amigó rompió". Destaca asimismo la utilización de un conjunto de técnicas "frecuentes en la canción románica de mujer, pero ajenas a la canción trovadoresca": asonancia, irregularidad métrica, dístico paralelístico con leixa-pren y expresión simbólica.
En la descripción del escenario amoroso concurren tres elementos esenciales del locus amoenus: el canto de los pájaros, los árboles (representados por los ramos) y las fuentes, que junto a su función descriptiva son portadores de un significado simbólico relacionado con el amor, con la intimidad sexual de los enamorados.
Comienza con la presentación de la protagonista que, al amanecer ("as manhãas frias"), incita al amigo que duerme a levantarse. Observa Beltrán Pepió que las cuatro primeras estrofas forman "un cuadro idílico de amor correspondido" tejido por medio de los elementos simbólicos de la mañana y el canto de las aves. Pero en la segunda parte (las cuatro estrofas finales) se produce una ruptura: el corte de las ramas y la desecación de las fuentes son signos del fin del amor.
El poema nos presenta, pues, a la muchacha en el abandono de su amante, que ha destruido el paisaje simbólico del amor, por lo que la felicidad del estribillo pasa a ser una ironía en la segunda parte, como explica Toribio Fuente Cornejo ("Levad', amigo, que dormides as manhanas frias: Una lectura de la Cantiga de Torneol", OA XLIV-XLV, pág. 305), quien resume muy certeramente, en nuestra opinión, el sentido del texto:
En la descripción del escenario amoroso concurren tres elementos esenciales del locus amoenus: el canto de los pájaros, los árboles (representados por los ramos) y las fuentes, que junto a su función descriptiva son portadores de un significado simbólico relacionado con el amor, con la intimidad sexual de los enamorados.
Comienza con la presentación de la protagonista que, al amanecer ("as manhãas frias"), incita al amigo que duerme a levantarse. Observa Beltrán Pepió que las cuatro primeras estrofas forman "un cuadro idílico de amor correspondido" tejido por medio de los elementos simbólicos de la mañana y el canto de las aves. Pero en la segunda parte (las cuatro estrofas finales) se produce una ruptura: el corte de las ramas y la desecación de las fuentes son signos del fin del amor.
El poema nos presenta, pues, a la muchacha en el abandono de su amante, que ha destruido el paisaje simbólico del amor, por lo que la felicidad del estribillo pasa a ser una ironía en la segunda parte, como explica Toribio Fuente Cornejo ("Levad', amigo, que dormides as manhanas frias: Una lectura de la Cantiga de Torneol", OA XLIV-XLV, pág. 305), quien resume muy certeramente, en nuestra opinión, el sentido del texto:
La presencia del alba es el elemento desencadenante de la separación de los enamorados. El primer verso refleja el instante en que la muchacha, conocedora de la proximidad del día, a través del canto de los pájaros, despierta al amigo para que se marche [...]. La transformación del escenario simboliza la separación de los amantes. El contraste entre los escenarios traduce la tensión emocional, "la mudanza íntima", que se origina en el interior de la muchacha en el momento mismo de la separación. El estribillo colabora activamente, a través del contraste, a configurar este nivel significativo. En los cuatro primeros dísticos expresa la alegría de la muchacha por el amor correspondido; en los cuatro últimos, un sentido irónico [...], que surge de la antítesis, del contraste con el significado de los dísticos: la alegría del estribillo vs la tristeza de un escenario donde ya no existen fuentes en las que beber, ni ramos en los que posar, ni pájaros que canten el amor de los enamorados.[Imagen inicial: Pinterest]
Como aragonés, me acompleja que el Reino de Aragón no diera troveros a la Literatura ni compositores a la Música; sólo conozco a dos troveros, uno que era de Monzón y otro del siglo XIV cuyo nombre tampoco recuerdo...ah, se me olvidaba, y el rey Alfonso II si no me equivoco, que a ése si llamaban "El trovador". Músicos ni uno. Así que me da envidia la lírica galaico portuguesa y la catalana y, sobre todo, la de Aquitania, la Provenza o esos reinos del sur de la actual Francia.
ResponderEliminarY digo yo que no puede ser, que debe de haber por fuerza, manuscritos y partituras profanas o religiosas, compuestos por poetas y músicos aragoneses en navarro-aragonés a lo largo de toda nuestra extensa geografía en la que se habló nuestro olvidado idioma...Deben de, no; deben estar.
Carlos San Miguel
Pedro de Monzón y Tomás Périz de Foces, como sabes. No hay que perder la esperanza de que algún día se descubran nuevas composiciones, pero no hay que acomplejarse si no es así.
ResponderEliminarJo, es que da la sensación de que éramos unos paletos...
ResponderEliminarTengo una pregunta: en la Corona de Aragón, en Catalán ya que el Navarroaragonés parece que no daba para ello por lo visto, si las hubo, ¿cuáles fueron las composiciones equivalentes al Cantar de Gesta y al Romance? Hablo de alguna forma poética propia como sí fueron esas dos mencionadas del Castellano.
Carlos San Miguel
Menéndez Pidal dice que los romances se empezaron a escuchar en la corte de Alfonso V de Aragón desde 1445 y, a partir de 1462, en la castellana de Enrique IV. No hay noticia de cantares de gesta aragoneses, salvo el Cantar de la Campana de Huesca, lo que no quiere decir que no existieran.
EliminarHay que tener en cuenta también que en la Corona de Aragón se hablaban varias lenguas y que, tras el Compromiso de Caspe, comienza a reinar en Aragón la dinastía castellana de los Trastámara.
Pero yo estudié en la escuela y el Insti que los romances provenían de los Cantares de Gesta, partiendo el verso de este en dos, o algo así creo recordar... ¿no?
EliminarO sea que en la corte palaciega de Alfonso V se hablaría Castellano y ya no Catalán...
Jo, es que yo no sé si hay artículos publicados sobre las relaciones lingüísticas entre los reinos de la Corona... ¿en qué idioma se entenderían un mercader barcelonés y un señor, pongamos de Trasmoz, que le vendiera ovejas, por ejemplo?
¡Qué apasionante y qué misterioso es todo esto para mí
carlos
Sí, muy interesante. Respecto al origen de los romances, hay dos teorías: son fragmentos de cantares de gesta o surgen como género independiente. Busca el Romance de la doncella guerrera, en este blog. Allí se explica.
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