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domingo, 13 de enero de 2019

Dos poemas de Piedad Bonnett


Henri Matisse, La ventana cerrada (1919)



          TAREAS DOMÉSTICAS
  
                       [FRAGMENTO]

                                 II

El sol de enero
corta sus alas sobre tu jardín,
entra por el ventanal azul, se posa
en la madera tersa, rompe el lomo
de los libros en línea, A de Aleixandre,
B de Borges, Zeta
de Zorrilla y de Zweig.
El sol de enero
atraviesa cajones con olor a lavanda,
las camisas de seda a la derecha,
arriba el negro, en la mitad el blanco,
atrás la lana, aquí el peltre, allí el vidrio,
y abajo las miserias,
donde nadie las vea. El sol de enero
recorre el viejo orden, sigiloso,
de mayor a menor, de grande a chico,
por países, por género, por número,
por días y por meses y por años,
y va a morir al centro de tu pecho
entre tu corazón encordelado.



                 EL POEMA

               El mayor enemigo de la poesía
es el poema
VICENTE HUIDOBRO

Anterior al poema el árbol en la arena, iluso
                  faro de las focas marinas.
Anterior al poema, el grito,
el beso de los adolescentes, sus manos que se
                  buscan en el sopor del verano.
Anterior al poema, inútil como un  prendedor
                  sobre el pecho de una muchacha, la luna.
El árbol,
el grito,
el beso,
la luna,
hechos plegaria en medio del poema,
hechos de sal, de sombra, de metal, de hueso,
                  en medio del poema,
desesperadamente, rabiosamente plantados en
                  medio del poema,
árbol de oes,
grito de aes,
beso de ues
luna de papel.
Sobre la arena el árbol persevera.
Dentro del alma el grito persevera.
Y los besos se multiplican en el aire y la luna
                  impasible canta su aria
sobre el cielo de tinta del poema.

 De Nadie en casa, 1994

Piedad Bonnett (WMagazín)
Piedad Bonnett (Amalfi, Colombia, 1951), poeta, narradora y dramaturga colombiana, es Licenciada en Filosofía y Letras por la Universidad de los Andes, donde ha impartido docencia durante tres décadas, y tiene una maestría en Teoría del Arte, la Arquitectura y el Diseño por la Universidad Nacional de Colombia.  

Bonnett es actualmente la poeta colombiana con mayor reconocimiento internacional. Ha publicado los libros de poesía De círculo y ceniza (1989, mención de honor en el Concurso Hispanoamericano Octavio Paz),  Nadie en casa (1994), El hilo de los días (1995, Premio Nacional de Poesía en 1994), Ese animal triste (1996), Todos los amantes son guerreros (1998), Tretas del débil (2004), Las herencias (2008), Explicaciones no pedidas (2011, Premio de poesía americana Casa de  América  de Madrid en 2011 y el José Lezama Lima de Casa de las Américas en 2014) y Los habitados (2017, XIX Premio de poesía Generación del 27), un libro sobre el duelo, escrito  a raíz del suicidio de su hijo Daniel en 2011, del que trata también su última novela.  En 2017 Lumen publicó su Poesía reunida. En 2012 fue galardonada con el Premio Poetas del Mundo Latino, ocasión en la que el español Luis García Montero dijo sobre ella:
Poeta rigurosa, controlada y capaz de unir la claridad y la profundidad, su  obra huye al mismo tiempo de los excesos de la retórica y de los desnudos intrascendentes. El pudor de la palabra lírica de Bonnett consigue unir la intensidad y la inteligencia en una obra que se alimenta de la memoria, de los sentimientos y de la observación de la realidad.
Es autora, además, de cinco novelas -Después de todo (2001), Para otros es el cielo (2004), Siempre fue invierno (2007), El prestigio de la belleza (2010) y Lo que no tiene nombre (2013)- y de cuatro obras de teatro, montadas por el Teatro Libre bajo la dirección de Ricardo Camacho: Gato por liebre, Que muerda el aire afuera, Sanseacabó y Se arrienda pieza.

1 comentario:

  1. Ya se sabe, el sol como Naturaleza que es, indiferente totalmente ante las obras del hombre...
    Qué ordenada: los libros en riguroso orden alfabético según su autor...yo los tengo reunidos por autores pero no en correlativo orden alfabético. Claro que mi biblioteca no es la Alejandría precisamente...
    Jajaja, mi madre los ordenaba por tamaños. Y es que apenas fue a la escuela la pobrecica, y sus preocupaciones eran otras más urgentes, pragmáticas y realistas.
    Muy bueno el segundo, el de la incompetencia del poema para albergar la Poesía. Pues con todo, los hay más valiosos que catedrales.
    Carlos San Miguel

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