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miércoles, 9 de marzo de 2016

Leer juntos Hoy: 'La colina del mal consejo', de Amos Oz



Grupo de lectura I "Leer juntos Hoy" del IES “Goya”
Sesión del 15 de febrero de 2016
Obra comentada: La colina del mal consejo, Barcelona, Ediciones Siruela, Colección “Debolsillo”, 2012
Autor: Amos Oz
Traducción: Raquel García Lozano

¿QUIÉN ES AMOS OZ?
Nacido en Jerusalén en 1939 con el nombre de Amos Klauser, era hijo de emigrantes judíos procedentes de Lituania y Polonia. Quedó tempranamente huérfano por el suicidio de su madre, tras el cual, pasó a vivir en un Kibutz hasta cumplir los 47 años. Actualmente vive con su familia en Tel Aviv.

Fundó en los años 70 el movimiento pacifista Shalom Ajshav ("Paz Ahora") y se ha declarado partidario de la división del territorio de Israel en dos Estados, judío y palestino. Actualmente es miembro del partido socialdemócrata pacifista Meretz.

foto: en.wikipedia.org
Profesor universitario de profesión, comenzó a escribir novela en la década de los 60: Otro lugar (1966); Mi Michael (1968); Tocar el agua, tocar el viento (1973); Las mujeres de Joel (1985); La caja negra (1987); Versos de vida y muerte (2007); Entre amigos (2013); Judas (2014), entre otras muchas de gran éxito. Es autor, además, de una autobiografía novelada, Una historia de amor y oscuridad (2003) y de varios libros de relatos, Donde aúllan los chacales y otros cuentos (1965) y La colina del mal consejo (1976), entre otros.

Escritor traducido a más de 30 lenguas, ha sido reconocido con numerosos galardones, entre los que destacan: Premio Goethe de Literatura, 2005; Premio Príncipe de Asturias de Las Letras, 2007; Premio Franz Kafka, 2013.

LA COLINA DEL MAL CONSEJO es un libro integrado por tres relatos que, aunque están íntimamente relacionados, se desarrollan en tres partes de título diferenciado: “La colina del mal consejo”, “El señor Levi” y “Nostalgia”. Los tres transcurren en Jerusalén durante los últimos tiempos de Palestina como colonia británica.

A lo largo de esas tres historias, Amos Oz va descubriendo al lector sucesivamente: los sueños de los recién llegados desde Europa en los años 30 a la Palestina colonizada por los ingleses; la disposición a la lucha de los más jóvenes para lograrla emancipación de la Metrópoli y la vida cotidiana de los judíos en el clima prebélico en los últimos días de septiembre de 1947.

Los tres relatos aparecen poblados básicamente por dos tipos de personajes: los adultos emigrados a Palestina desde Centroeuropa, que no perderán nunca sus raíces, frente a aquellos que llegados de niños o  nacidos ya en Israel, han pasado de judíos a hebreos.

Los personajes femeninos más relevantes constituyen un mundo especial de mujeres mal implantadas en Israel. Han llegado adultas a la tierra prometida para emprender una nueva vida y, a pesar de que dos de ellas han estudiado en la universidad de Israel, no se acomodan, no logran aclimatarse. 

En “La colina del mal consejo”, Rut Kipnis termina por fugarse con un británico y durante los años previos de estancia en Jerusalén ha sofocado la nostalgia por su amada Polonia, recitando una y otra vez al famoso poeta Mickiewitz. En el segundo relato­­ –“El señor Levi”–, la señora Colodnis, ajena al ambiente de compromiso y agitación política que la rodean, prepara ceremoniosa el té y toca constantemente el piano tras los cristales de una ventana, que ella mantiene siempre cerrada para aislarse del entorno. Por su parte, la protagonista de “Nostalgia”, Hermina Oswald, profesional de la medicina, ha emprendido un viaje a los Estados Unidos para impartir unas conferencias. Dará a conocer allí su estudio en los Kibut de las “Formas de comportamiento y conceptos normativos entre los niños de la educación colectiva”. Antes de partir, ha roto su relación sentimental con Enmanuel Nosbaun y nada hace presumir que desee regresar.

Frente a esta actitud vital de los personajes femeninos, los hombres aparecen  arraigados, deseosos de permanecer en esta tierra, aunque los de mayor edad no pueden evitar una permanente nostalgia del mundo del que proceden, de sus antiguos hábitos sociales, de sus lecturas y, sobre todo, de sus inolvidadas lenguas europeas: el alemán, el ruso, el polaco…

Mención especial merecen los niños, Hillel y Uri, que constituyen el nexo de unión más íntimo de estos tres relatos, y viven esa tierra como única y propia, porque en ellos fructifica, al fin, la mentalidad israelí, antes inexistente.

Todos ellos –mujeres, hombres y niños– viven un momento político de peligro de guerra inminente, pero aparecen ante el lector sumergidos en su tranquila rutina cotidiana.

Desde el punto de vista de la técnica narrativa, la obra ofrece una construcción compleja, porque el autor ha dotado a cada una de las tres partes de una estructura narrativa diferente. “La colina del mal consejo” es un potente relato de ecos bíblicos, concretamente del Antiguo Testamento. El doctor Hans Kipnis y el profesor Mitya observan y crean la realidad con la pasión del pueblo elegido. Acompaña al tono del relato, una cuidada y muy poética lengua especialmente en las descripciones del paisaje de Israel.

“El señor Levi” arranca como un cuento folclórico tradicional –Había una vez en Jerusalén, hace muchos años, un anciano poeta llamado Nejamkin– y continúa como una moderna narración lineal, con momentos de gran brillantez como el capítulo dedicado al Shabbat, donde se permite al lector ver con mayor claridad el problema colonial, a través de las redadas y el registro de las viviendas del vecindario. 

Por último, en “Nostalgia”, el autor ha construido la narración en forma epistolar. Utilizando la lengua oral y con magníficas y muy rápidas descripciones de Jerusalén, el lector se adentra en el mundo del doctor Emmanuel Nosbaun. Enfermo terminal, escribe ocho cartas a su amada Hermina entre los días 2 y 10 de septiembre de 1947. Su casa se ha convertido en el centro de reunión de los activistas del barrio. Conviene recordar que el mandato británico expiró el 25 de mayo de 1948 y ese mismo año se desencadenó la primera guerra árabe-israelí, que Amos Oz vivió como niño. Pasados los años, le tocó participar en la Guerra de los Seis Días (1967) y en la Guerra de Yom Kipur (1973), en las cuales se fue forjando la mentalidad pacifista, por la que es hoy reconocido.

Domina todo el libro una lengua muy elaborada y poética de evidentes ecos bíblicos, de extraordinaria riqueza léxica, que se manifiesta especialmente en las descripciones de la ciudad de Jerusalén y de los jardines que, con una paciencia que recuerda a la de Job, plantan esperanzados los protagonistas.

El título, La colina del mal consejo, corresponde en la realidad a una colina al sur de Jerusalén en la que, según el evangelio, el sumo sacerdote Caifás decidió arrestar a Jesús. Desde ese monte se avistan numerosos lugares históricos que, sin duda, han hecho a Amos Oz reflexionar profundamente sobre el pasado y el futuro de su tierra y le han impulsado a compartirlas con los lectores de todo el mundo.

Francisca Soria

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