En 2009 Almudena Guzmán vivió la penosa experiencia de ser incluida en el ERE (Expediente de Regulación de Empleo) del periódico en el que trabajaba, experiencia que está en el origen de su libro Zonas comunes, premio Tiflos 2011.
La escritora recuerda en su "Inventario", incluido en El jazmín y la noche, la pesadilla vivida en la redacción durante el periodo transcurrido desde la publicación de las listas de incluidos en el ERE hasta la consumación de los despidos. Pronto se le vino a la cabeza el Vía Crucis de Jesucristo, los lager alemanes y los gulag soviéticos, que utilizó en los primeros poemas como metáfora de su propia vivencia, pues, a pesar de las innegables diferencias, encontraba "inquietantes semejanzas entre el clima enrarecido y perverso generado" (miedo, traición, atribución de culpa a las víctimas, ajuste de cuentas) y en la terminología: "selección", "depuración", "excedentes". Después pasó a otras épocas, acontecimientos y personajes de la historia (el Neolítico, Sebrenica, la Revolución Francesa o Darwin):
No era un tótum revolútum: apoyándome en el pasado para mostrar el presente, manejé escrupulosamente todas estas referencias, y muchas más, para dibujar un mapa circular -como la Historia- del sufrimiento humano, tanto colectivo como individual, con nombres y apellidos o anónimo. Pero, mientras pintaba este itinerario del dolor, me sorprendí trazando otro paralelo más esperanzador: el mapa de la lucha del hombre por su dignidad.
El libro se articula en dos secciones: "De lo público" (a la que pertenecen los poemas seleccionados) y "De lo privado". Sobre la primera, escribe el profesor Túa Blesa (El Cultural, 8-7-2011) que lo que los poemas muestran es que "salvo para unos pocos, el tiempo de la explotación, de la penuria, etc. es el tiempo todo, el pasado y el presente", y añade:
Este alegato contra la injusticia, la desigualdad, a favor, podría decirse, de un humanismo de verdad se dice de un modo que incluye numerosas referencias culturales, literarias o históricas y es, por tanto, a la vez una reivindicación de la cultura (o humanismo) y van más allá de ser adornos. Gregorio Samsa, Kropotkin, Dreyfus-Zola, Rousseau, son sólo algunas de las que se insertan, pero estos dos versos: "Envíar currículos griegos /a los fenicios", la cultura frente a los mercaderes, resume bien esta mixtura de realismo y culturalismo que se resume en unos poemas tan efectivos en sus asuntos cuanto poéticos por su dicción, por su ironía.La segunda sección, en la que también abundan las referencias culturales (desde Garcilaso de la Vega hasta George Sand, Rubén Darío, Monet y Dersu Uzala, pasando por Demis Rusos o Esther Williams) y no falta la ironía, la atención se centra en el sujeto, que se encuentra en la mitad de la vida, "deshilachada/ raída": la aparición de la primeras canas, el tedio, la tristeza, la infancia perdida, y en el horizonte, el espejismo de la esperanza. Para Xelo Candel Vila (Zonas comunes, en www.cervantes virtual.com), el pasajero transita:
De lo histórico a lo individual pero no al revés porque es precisamente esa línea unidireccional la que marca el ámbito de lo privado, la desestructuración de la identidad propia a partir de la desestabilización del mundo.Candel Vila incluye Zonas comunes dentro de una nueva poesía social, una poesía comprometida en la que la autora abre su intimidad a las preocupaciones colectivas, en la que "la carga histórica no se deslinda del desarraigo individual".
A la sección "De lo privado" pertenece el poema "Hoy he descubierto mi primera cana", que puedes escuchar recitado por la autora:
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[Imagen inicial: Sdelbiombo-Blogia]
Significativo que hasta que ella no lo sufrió, quizás no se había hecho eco de las penurias sino es de esa forma superficial y bienqueda con que tratamos esas cuestiones los que estamos cómodos. Y enfrenta a los "comerciantes" con el arte...¿acaso no somos todos como esos comerciantes que pretendemos el beneficio, en este caso un sueldo,lo más fácilmente posible y luego despreocuparnos una vez concluida la jornada laboral? ¡Ay, los predicadores que no se ponen en lugar del otro...
ResponderEliminarCarlos San Miguel