Constantino Molina Monteagudo (Albacete, 1985) es un poeta español que con tan solo dos libros publicados se ha convertido en una de las figuras destacadas de la joven poesía española.
Abandonó los estudios de Humanidades en 2006 y ha desempeñado muy diversos oficios no relacionados con la literatura. Desde 2015 colabora en el diario ABC Castilla-La Mancha.
Ha publicado los poemarios Las ramas del azar (2015) y Silbando un eco extraño (2016). El primero ha sido reconocido con dos prestigiosos galardones: el Premio Adonáis 2014 y el Premio de Literatura para Jóvenes "Miguel Hernández" 2015, cuyo jurado valoró que es "un libro sereno en el que la naturaleza permite el descubrimiento de un sujeto contemplador del misterio de la vida, expresado de forma contenida y musical". El segundo, con el Premio Valencia 2016 de la Institució Alfons el Magnànim, en la modalidad de poesía en castellano. Anteriormente había recibido el Premio Jóvenes Artistas de Castilla-La Mancha (2011) y el Premio de Poesía Joven Ciudad de Albacete (2012). Algunos de sus poemas han sido recogidos en las antologías El llano en llamas (2011) y Tenían veinte años y estaban locos (2011), así como en las revistas Barcarola y La Galla Ciencia.
Ha publicado los poemarios Las ramas del azar (2015) y Silbando un eco extraño (2016). El primero ha sido reconocido con dos prestigiosos galardones: el Premio Adonáis 2014 y el Premio de Literatura para Jóvenes "Miguel Hernández" 2015, cuyo jurado valoró que es "un libro sereno en el que la naturaleza permite el descubrimiento de un sujeto contemplador del misterio de la vida, expresado de forma contenida y musical". El segundo, con el Premio Valencia 2016 de la Institució Alfons el Magnànim, en la modalidad de poesía en castellano. Anteriormente había recibido el Premio Jóvenes Artistas de Castilla-La Mancha (2011) y el Premio de Poesía Joven Ciudad de Albacete (2012). Algunos de sus poemas han sido recogidos en las antologías El llano en llamas (2011) y Tenían veinte años y estaban locos (2011), así como en las revistas Barcarola y La Galla Ciencia.
En verdad, me resulta un gran poeta inspirador. ¡felicidades!
ResponderEliminarMe alegra conocer tu opinión. Muchas gracias.
EliminarQué profundidad en tus palabras sencillas, llenas de inquietante brillo.
ResponderEliminarMuchas gracias por su comentario.
EliminarAy,ay ay...con lo cruel y despiadado que es la Naturaleza, a ese pobre lugano ( que supongo que es lo que aquí llamamos tarín o verderol) se lo zampará el milano que esparce libertad...y muerte entre sus presas. Éste, a su vez, sin duda tendrá un parásito en su interior que le ocasione la muerte tras largo sufrimiento; y la primavera no será dulce como en los poemas, que vendrá seca y calurosa o glacial a destiempo, cargándose la flor nueva de las plantas...
ResponderEliminarCarlos San Miguel
Siempre hay un iluminado que viene a aguar la fiesta... Precioso poema, menos mirar el móvil y más ver la naturaleza.
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