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domingo, 15 de diciembre de 2013

"Nochebuena con Rosa", de José Agustín Goytisolo




Nochebuena con Rosa


No no fue aquella noche
una noche cualquiera en Barcelona.
El aliento dolía  las campanas
repicaron alegres al dar la medianoche,
todo estaba
lleno de flores y papeles rojos.
Las voces  el sonido
de la zambomba oscura,
el agrio golpe de la pandereta
y mil ruidos distintos desbordando
todas las calles. ¿Lo recuerdas Rosa?
Anduvimos perdidos
entre el humo y la luz del barrio viejo
nos metimos alegres
en los bares de plástico y cañizo
bebiendo aquí y allí. Mi mujer
parecía una niña
asustada. Carlos e Ivonne
estaban con nosotros.

No recuerdo la hora pero sé
que alta la noche ya 
en la calle San Pablo  cerca
de la explanada en ruinas
en donde venden churros
y hay tiro al blanco y puestos de castañas
vimos llegar a un grupo
de gente que cantaba aquella copla 
de mira cómo beben 
los peces en el río  y entonces,
coreando la canción fuimos con ellos
hasta una tabernucha. Había pocas
mesas vacías y las viejas putas
que tenían parada en aquel sitio
bebían y bailaban.
                                  Se escuchaba 
detrás de nuestras voces 
el tumulto en la calle.
Una extraña alegría
con deje de amargura
se me pegó a la lengua. Tú mirabas
despeinada y absorta  por todos
los rincones  preguntabas
y entre copa y canción  eran tus ojos
dos llamas diminutas
brillando con fulgor apasionado.
¿Cuánto tiempo duró, quién invitaba,
qué hicimos al salir? Sólo os recuerdo
a ti  y a las mujeres
temblando en los abrigos  caminando
delante de nosotros
hacia las Ramblas, que eran
ya con la luz del alba
un río humano de bullicio y fiesta.
Sí fue distinta aquella noche,
pero no por lo que otros celebraban
al acudir a misa.
Era una noche libre
con canciones y viento alborotado
removiendo la oscura
conciencia de los hombres y mujeres
enmudecidos casi siempre anónimos
esos que no están nunca
en las calles hipócritas
de esta ciudad de anuncios y fachadas
que esconde entre sus muros la impotencia
de casi dos millones de personas
que todavía ríen tú lo viste
que cantan todavía.

                          José Agustín Goytisolo, de Algo sucede (1968/1996)

[Selección: Carlos Castán]

José Agustín Goytisolo (Barcelona, 1928-1999), hermano mayor de los escritores Juan y Luis Goytisolo, fue, además de traductor y  crítico literario, el  poeta más conocido de la generación del medio siglo pues su obra formó parte del repertorio de cantautores como Paco Ibáñez, Rosa León, Joan Manuel Serrat, Amancio Prada, Mercedes Sosa o Soledad Bravo. 

De familia burguesa castellano-hablante, su vida y su obra se vieron marcadas por la prematura muerte de su madre, Julia Gay, en 1938, durante un  bombardeo de la aviación italiana sobre la ciudad. En 1945 comenzó en  Barcelona los estudios de Derecho, que acabaría en Madrid pues fue expedientado por motivos políticos. En la capital  se relacionó con poetas como Valente* o Caballero Bonald*, y en el Colegio Mayor  Nuestra Señora de Guadalupe, donde se alojaba, convivió con un grupo de estudiantes hispanoamericanos, entre ellos el nicaragüense Ernesto Cardenal*, que despiertan su interés por Latinoamérica. A su regreso a Barcelona comienza a frecuentar las tertulias del grupo catalán de los cincuenta (Gil de Biedma*, Barral, Costafreda...) y publica su primer poemario, El retorno, accésit al premio Adonáis en 1953. Su disconformidad con la realidad social y política del país conducen a su vinculación con el Partido Comunista y al compromiso político en los textos recogidos en  Claridad (1961). En 1959 participa con otros miembros de su generación en el homenaje a Machado celebrado en Collioure para conmemorar el XX aniversario de su muerte. Junto a sus amigos barceloneses, comienza a publicar en la colección "Colliure" de la editorial Barral (dirigida por José María Castellet), participa en diversas actividades de promoción (Conversaciones Poéticas de Formentor y Jueves Poéticos del Ateneo) y en otras de carácter político. Casado con Asunción Carandell, tuvieron una única hija, llamada Julia en memoria de la madre muerta y a quien Goytisolo dedicó el conocido poema "Palabras para Julia". José Agustín Goytisolo falleció el 19 de marzo de 1999 al precipitarse al vacío desde una ventana de su casa, sin que se haya podido aclarar si fue un hecho fortuito o el suicido de un hombre que se confesaba cansado vivir.

Es autor de una vasta obra integrada por los siguientes poemarios: El retorno, Salmos al viento (1956, premio Boscán) y Claridad (1961, premio Ausiàs March), que agrupó en el volumen Años decisivos (1961); Algo sucede (1968), Bajo tolerancia (1973), Taller de arquitectura  y Del tiempo y del olvido (1977), Palabras para Julia y otras canciones (1979), Los pasos del cazador (1980), A veces gran amor (1981, recopilación de poemas amorosos), Sobre las circunstancias (1983), Final de un adiós (1984), El rey mendigo (1988), La noche le es propicia (1992, premio de la Crítica), Novísima oda a Barcelona (1993), Elegías a Julia Gay (1993), Como los trenes de la noche (1994), Cuaderno de El Escorial (1995) y Las horas quemadas (1996). En su poesía, de tono conversacional, conjuga la vena lírica y elegíaca con la ironía, y el sentimiento amoroso con una visión crítica del mundo.  La experiencia urbana y de la vida cotidiana, así como la presencia constante de la mujer, son otras notas características. La mujer a la que se dirige el poema elegido ha sido identificada como la hispanista italiana Rosa Rossi, cuya presencia en Barcelona debió de animar al grupo de amigos (entre ellos Carlos Barral  y su esposa Ivonne) a salir a la calle y participar del ambiente festivo.

*Ver entradas relacionadas en este blog.




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1 comentario:

  1. Una noche casi de la Dulce vita jejeje. Muy distinta, desde luego, a la tradicional manera de celebrar la Nochebuena que, cuando se es niño, es la más mágica del año...y no sólo por los juguetes; sobre todo porque suelen estar todos que de verdad te han querido en esta vida de la manera más generosa. Andando el tiempo, suele convertirse en un infierno...y no sólo por los compromisos sociales; sobre todo, porque ya faltan los que tanto te quisieron.
    Me ha gustado ese relato canallesco de una noche de farra en la Barcelona de los años setenta.
    Carlos San Miguel

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