EL BLOG DE LA BIBLIOTECA DEL IES "GOYA" DE ZARAGOZA


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domingo, 14 de abril de 2024

"La pregunta" y "Undécima elegía", de Marisa Martínez Pérsico




La pregunta

Cuando crezcas,
¿qué te gustaría ser?
pregunto mientras por la ventanilla
se ven los faros rojos del mundo que se aleja,
como si un despegue brusco
nos lanzara
a un futuro más próximo
que el real.

"Ser maestra de baile"
"Cuidadora de cisnes"
"Jardinera de parques con columpio"

Si no fueras mi madre, ¿qué serías?
"No quiero ser un pájaro", te digo.
"Ni una lluvia con pez en un arroyo"

Quisiera ser,
María,
una pregunta.

Una duda sin bordes más allá de mi voz.
Vivir de labio en labio de quien sufre un misterio,
de quien peina ilusiones con cuidado,
del que ignora.

Ser una boca abierta a la sorpresa.

¿Dónde oculta
el escombro su guarida?
¿Quién desnuda las ruinas que se amaron
sin grieta, con verdad?

Yo quiero esa pregunta
en donde quepan todas las mentiras
que nunca se respondan, 
como este vuelo apenas suspendido
entre las nubes, sin luces
a la vista, se propulsa, en sordina,
hasta el final.

Quisiera ser pregunta pero voy en silencio.
Lo más dulce es callar,
volando juntas.

(De Principios y continuaciones, Pre-Textos, 2021)

Panorámica de los acantilados de Duino, desde el sendero de
Rilke, con las ruinas del viejo castillo medieval.
Foto: Lisbeth Salas (La Vanguardia)


Undécima elegía

Frente a la torre
del castillo de Duino dos turistas
hablan en alemán
mientras la hiedra antigua cubre
la piedra estremecida de calor y silencio.
Van con visera de tela y las mejillas
mojadas y encendidas.

Miro el paisaje
y pienso en los ángeles de Rilke.
Las almenas que miran al Adriático
son reptiles atribulados por un dios inclemente.
Cada gaviota tiene su cetro en una cúpula
de asientos previsibles (pero no numerados)
y el agave,
que tarda una vida en florecer,
parece una criatura lunar.

A lo lejos, las islas
son damas que quieren estar solas.

Las piedras y los árboles
irradian una sabiduría secular
pero no han oído nada 
de nosotros:
las instrucciones que inventamos para domesticar un caracol,
las migas que arrojamos de los barcos para alimentar a las sirenas,
una hija que se llamaría Svetlana,
las cosas que dijimos mientras caminábamos juntos
como esos alemanes que comparten
la botella de agua mineral.

Por entonces, mis viajes 
solían coincidir con el presente
y los mirlos cantaban como oráculos
mostrándonos la única
dirección del suceder.

¿Sabías que los mirlos
desarrollan su propia melodía
y cuando acaban la canción
repiten —esa misma— hasta morir?

Quizás un día vuelva a creer en lo que dura.
Pero aún me distrae
la belleza.

(De Las cosas que compramos en los viajes, Esdrújula, 2022)


Marisa Martínez Pérsico es una poeta, investigadora y profesora universitaria nacida en Lomas de Zamora, Buenos Aires, y residente en Italia desde 2010. Licenciada en Letras por la Universidad de Buenos Aires y doctora en Literatura española e hispanoamericana por la de Salamanca, es también traductora de poesía italiana contemporánea e investigadora de la Universidad de Údine, en el norte de Italia, en las áreas de traducción español-italiano y de literatura contemporánea en español.

Su abuela materna emigró de Galicia a la Argentina en 1938 y, gracias a la Ley de Memoria Histórica, que reconoce el derecho a solicitar la ciudadanía a los hijos y nietos de los españoles que la perdieron como consecuencia del exilio, en 2009 optó por adquirir la nacionalidad española, que actualmente posee junto a la argentina.

Ha publicado los poemarios Las voces de las hojas (1998), Poética ambulante (2003), Los pliegos obtusos (2004), La única puerta era la tuya (2015), El cielo entre paréntesis (2017), Finlandia (2020) y Principios y continuaciones (2021). En octubre de 2021 obtuvo en Colombia el XXIV Premio Internacional de Poesía Ciro Mendía por su libro Un cielo para los gatos, publicado en 2022 con el título Las cosas que compramos en los viajes. La antología Peces de ojos tristes. Poesía escogida 2023-1998 (2023) incluye textos de Los parques interiores, libro inédito con el que ganó en 2022 el 48º Premio de Poesía Rafael Morales.

La autora reconoce dos grandes influencias en su escritura: la poesía de indagación ontológica argentina (Roberto Juarroz, Hugo Mujica y Alejandra Pizarnik, entre otros) y la poesía de la experiencia española, bautizada por sus fundadores como "la otra sentimentalidad", en especial, Javier Egea, Ángeles Mora y, sobre todo, Luis García Montero, a quien considera su maestro. Daniel Gigena señala, como motivos constantes de la poesía de Martínez Pérsico, "el viaje, la tradición literaria, la observación como método, los semblantes del amor y el doble tránsito de lo particular a lo universal". En el prólogo a Peces de ojos tristes, la profesora Laura Scarabano añade un "hispanismo trasatlántico" y una imaginería "desbordante y onírica" que en algunos textos decanta en reflexiones sobre la fragilidad. En sus poemas conviven el español rioplatense con el ibérico, mezcla que la autora denomina "panhispánico", una lengua mestiza  que surge como necesidad expresiva y reflejo de su periplo vital.

El castillo de Duino, al que alude el segundo poema, se alza sobre un acantilado del mar Adriático, cercano a Trieste. El viejo castillo medieval, que albergó a Dante, se encuentra en ruinas. En el siglo XIV se edificó una nueva fortaleza  en la cual se alojó entre octubre de 1911 y mayo de 1912 el poeta de Praga Rainer Maria Rilke. Allí comenzó a escribir sus Elegías de Duino (1923), uno de los libros de poesía más relevantes y enigmáticos de todo el siglo XX. Un día en que el poeta paseaba por los acantilados de Duino, entre el viento y el ruido del mar, sintió que un verso brotaba de su interior: "¿Quién, si yo gritara, me oiría de entre los ángeles?", que pasó a ser el comienzo de la primera elegía. Escritas en un momento de crisis espiritual,  las diez elegías que componen el libro desarrollan la reflexión del poeta sobre el papel, el sufrimiento y la angustia del ser humano y las posibilidades del arte, postulando la creación de un espacio interior y considerando al poeta como mediador entre la naturaleza y la forma pura. En palabras del poeta Antonio Lucas,  "van de los humano, a lo invisible, del espíritu a la caída (...). Una lucha del hombre contra sus demonios que es un canto de integridad y una forma de regresar a la pureza después del desplazamiento por las habitaciones del daño". En ellas otorga un importante papel a ciertos ángeles nada cristianos, de los que escribe en 1922: "El ángel de las Elegías es la criatura en la que aparece completa esa transformación de lo visible en lo invisible que realizamos nosotros..., testimonia el reconocimiento de un grado más alto de realidad en lo invisible. Por tanto, es 'terrible' para nosotros, porque nosotros, sus amantes y transformadores, aún dependemos de lo visible". Sería, pues, lo que perturba y a la vez fascina al poeta en cuanto tal: lo alto, puro e ideal, destructor de lo humano, como señala José María Valverde. En recuerdo y homenaje a Rilke, Marisa Martínez Pérsico titula  este poema, en el que evoca una visita al castillo de Duino, "Undécima elegía".

Marisa Martínez Pérsico. (sivuvalo.com)

Referencias:

-Daniel Gigena, La lengua mestiza de la poeta Marisa Martínez Pérsico. Consultado en: https://www.pagina12.com.ar/560166-la-lengua-mestiza-de-la-poeta-marisa-martinez-persico

[Imagen inicial: Freepik]

domingo, 7 de abril de 2024

"Los ríos" (I fiumi), de Mario Luzi






                        Los ríos

Van hacia el corazón de los tiernos abriles
las azules fusiones de los ríos
henchidas de designio natural
y vosotros en nubes semiextintas
memoria, amor primero, afortunados campos
para los ojos que se apagan
sobre las almohadas envueltas en incierta
quietud y duda.

Con amargas sonrisas las bellezas
pasan turbando el sol, los rostros.
Incrédula la madre encanecida
toca el cabello de su hija
olorosa de lluvia, su pasado 
esplendor y la sombra y el vacío
de sí misma la oprime como infértil
abril a los arroyos.

Tan dulces y tan dóciles, los cuerpos
arden en el amor que los prendió,
la sangre da a la orilla
del río apresador.

VERSIÓN ORIGINAL EN ITALIANO:

       I fiumi

Nel cuore dei teneri aprili
vanno le azzurre fusioni dei fiumi
gonfie di naturale volontà
e voi in nuvole semispente
memoria, primo amore, campi lieti
dagli occhi che si spengono
sui capezzali avvolti d'incompresa
quiete e di dubbio.

Con amare sorrisi trascorrono
le beltà conturbando i volti, il sole.
Incredula la madre incanutita
tocca i capelli della figlia
odorosi di pioggia, il suo passato
splendore, l'ombra, il vuoto
di sé lópprime come un'infeconda
primavera i ruscelli.

Sì dolci e remissivi i corpi
ardono della carità che li accese,
il sangue ha una sponda
sul fiume ghermitore.

De La barca. En Vida fiel a la vida. Antología poética.
Edición bilingüe de Jesús Díaz Armas, Galaxia Gutenberg /
Círculo de Lectores, Barcelona, 2009

 La barca (1935), el primer poemario publicado por Mario Luzi, expresa, en opinión de Pedro Luis  Ladrón de Guevara, la visión que el poeta tiene sobre la vida como un fluir, de ahí que se repita el tema del río, del fluir o de la barca. Díaz Armas señala, por su parte, que en este libro aparecen ya muchos de los temas fundamentales de la poesía de Luzi (algunos de los cuales están presentes también en el poema seleccionado): el paisaje, la presencia de lo femenino, la caducidad de la belleza y de la juventud, el paso del tiempo o un cristianismo esencial.

[Imagen: Río Guadalaviar a su paso por Alfambra (Teruel), en Sapos y Princesas]

domingo, 31 de marzo de 2024

"A Francisco Salinas", de Fray Luis de León

 
Catedral vieja de Salamanca. En primer plano, a la izquierda, el órgano de Salinas
Foto: Miguel Ángel Victoria


        A FRANCISCO SALINAS

        El aire se serena
        y viste de hermosura y luz no usada,
        Salinas, cuando suena
        la música extremada,
 5     por vuestra sabia mano gobernada.

        A cuyo son divino
        el alma, que en olvido está sumida,
        torna a cobrar el tino
        y memoria perdida
10    de su origen primera esclarecida.

        Y, como se conoce,
        en suerte y pensamiento se mejora;
        el oro desconoce
        que el vulgo vil adora,
15    la belleza caduca engañadora.

        Traspasa el aire todo
        hasta llegar a la más alta esfera
        y  oye allí otro modo
        de no perecedera
20    música, que es la fuente y la primera.

        Ve cómo el gran Maestro,
        aquesta inmensa cítara aplicado,
        con movimiento diestro
        produce el son sagrado,
25    con que este eterno templo es sustentado.

        Y, como está compuesta
        de números concordes, luego envía
        consonante respuesta,
        y entre ambos a porfía
30    se mezcla una dulcísima armonía.   

        Aquí el alma navega
        por un mar de dulzura, y finalmente,
        en él ansí se anega,
        que ningún accidente
35    extraño y peregrino oye o siente.

        ¡Oh desmayo dichoso!,
        ¡oh muerte que das vida!, ¡oh dulce olvido!:
        ¡durase en tu reposo
        sin ser restituido
40    jamás aqueste bajo y vil sentido!

        A este bien os llamo,
        gloria del apolíneo sacro coro,
        amigos, a quien amo
        sobre todo tesoro,
45    que todo lo visible es triste lloro.

        ¡Oh, suene de contino,
        Salinas, vuestro son en mis oídos,
        por quien al bien divino
        despiertan los sentidos,
50    quedando a lo demás adormecidos!

(Fray Luis de León, Poesía. Edición, estudio y notas de
Antonio Ramajo Caño, Real Academia Española, 2012)

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       1    Este aire no debe entenderse simplemente como "viento", sino más 
             bien como "atmósfera, cielo" (Micó). Se inspira en l'aura de Petrarca.
       2    no usada, acaso "infrecuente", o acaso, "no gastada, intacta". Es una 
             luz  matinal, profunda, que lleva al alma a su origen, Dios. (Ramajo Caño)
      3    extremada, acaso signifique "perfecta por su técnica y proporción mate-
             mática. (RC)
 6-10     Esta estrofa, de inspiración platónica, expresa que el alma, que se había
             olvidado de lo espiritual, vuelve a cobrar conciencia de su origen divino
             (origen era entonces sustantivo de género femenino, y esclarecida significa
             "excelsa"). (Micó)
11-15    conocer es recordar, volver con la memoria a la conciencia de cuál es el 
             origen del alma, Dios (RC).  Por efecto de la música, el alma recuerda su
             origen divino y desprecia los bienes perecederos (oro, belleza caduca). 
             Idea de origen platónico.
16-20    Esta estrofa refleja la concepción pitagórica del universo, formado por nueve 
              esferas u órbitas, en cada una de las cuales se movían determinados 
              astros. Estos emitían una música armoniosa; su concordancia determinaba el
              mutuo equilibrio. La "más alta esfera" era la de Dios. El alma, liberada por
              la música, asciende hasta la última esfera, retornando así a su lugar de origen,
              donde escucha la música divina, "la fuente" de todas las demás.
21-25     En la última esfera, el alma se encuentra con Dios, "el gran Maestro" que con
              su "cítara" (instrumento de cuerda) emite "el son sagrado" que sostiene el 
              universo ("este eterno templo"). Esta estrofa se considera una interpolación 
              tardía que interrumpe la secuencia sintáctica formada por las estrofas 4 y 6.
26-30     Esta estrofa es continuación sintáctica de la cuarta, como indica la conjunción
               copulativa y con que comienza, así como la concordancia entre las palabras 
               música (v. 20) y compuesta (v. 26). (Gutiérrez Ordóñez) "El alma concuerda 
               con las esferas, pues es armonía, como armonía hay en los astros: al fin todos
               proceden de la suprema armonía, Dios". (RC)
31-40      "El alma se sumerge en un arrobamiento de serena felicidad (ataraxía estoica)
               que, por ser inefable, el poeta canta con expresiones propias de la mística". En 
               los tres últimos versos, el poeta, que ya se encuentra de nuevo en la tierra, expresa
               su deseo de que "ese estado de comunión y reposo" sea eterno. (Gutiérrez O.)
41-45     La estrofa es una invitación a sus amigos poetas, que son la gloria del coro de las
               musas, a disfrutar de la música de las esferas. (Gutiérrez O.)
46-50     Termina con el ruego de que la música de Salinas suene ininterrumpidamente 
              ("de contino").
               

Fray Luis de León, descrito y dibujado
hacia 1598 por Fco. Pacheco (1564-1644)
en su Libro de descripción de verdaderos
retratos de ilustres y memorables varones
Fray Luis de León nació en Belmonte (Cuenca) probablemente en 1528. Era el hijo primogénito de una distinguida familia de ascendencia judía. Su padre, un renombrado jurista, obtuvo un cargo en la corte, por lo que la familia se trasladó primero a Madrid y luego a Valladolid. Sin duda con la intención de que continuase la saga familiar de juristas, a los catorce años el joven Luis es enviado a estudiar a Salamanca, en cuya universidad su tío Francisco de León era catedrático de Leyes. Pero en 1542 ingresa en el convento de los agustinos y profesa en la orden en enero de 1544, con diecisiete años. Tras sucesivas estancias en Alcalá, Soria y Toledo, alcanzó los grados de licenciado y maestro (doctor) en Teología por Salamanca en 1560 y obtuvo la cátedra de Santo Tomás, de carácter teológico, en 1561. En esa época, las disputas entre agustinos y dominicos por controlar las cátedras de Salamanca regían la vida de la universidad. 

Denunciado por supuestas irregularidades, entre ellas haber expresado algunas críticas al texto bíblico de la versión latina de la Vulgata  y haber traducido al castellano, directamente del hebreo,  el Cantar de los Cantares, a petición de su prima Isabel de Osorio, monja en el convento salmantino de Sancti Spiritus, pues no podía leerlo en latín. Aunque la traducción tenía una única destinataria, las copias se multiplicaron y sus enemigos vieron en ello una transgresión de la norma del concilio de Trento que prohibía la traducción de los libros de la Biblia al castellano, y aceptaba como única versión autorizada la latina de la Vulgata. Fue encerrado en la cárcel inquisitorial  de Valladolid el 27 de marzo de 1572, donde permaneció durante cuatro años y nueve meses, tiempo durante el que se prolongó el proceso. La afirmación de que  allí escribió De los Nombres de Cristo y comenzó su Exposición del libro de Job  se ha puesto en duda, dadas las duras condiciones de su encierro. Sí compuso algunos de sus poemas, entre otros, el que comienza: "Aquí la envidia y mentira / me tuvieron encerrado...". 

Tras reconocerse su inocencia, quedó libre a finales de 1576 y se incorporó a la cátedra extraordinaria de Teología creada expresamente para él, puesto que la suya estaba ocupada en propiedad. Se cuenta que comenzó sus explicaciones así: "Decíamos ayer...", como si el largo paréntesis de los casi cinco años de cárcel no hubiera existido. En 1578 gana la cátedra de Filosofía moral, en la facultad de Artes, y en 1579, la de Sagrada Escritura, que había sido siempre su auténtica aspiración. El 14 agosto de 1591 es elegido provincial de los agustinos de Castilla, pero el 23 de ese mismo mes muere en el convento de san Agustín de Madrigal de las Altas Torres, donde presidía el capítulo de la Orden. 

SU OBRA

Fray Luis, excelente prosista y poeta,  es una de las principales figuras del segundo Renacimiento español, llamado también Renacimiento cristiano. Escribió cuatro obras en prosa: dos obras originales (De los nombres de Cristo y La perfecta casada), publicadas en 1583, y sus traducciones y comentarios al Cantar de los Cantares y Exposición del Libro de Job. En estas últimas  traduce literalmente los textos bíblicos  y acompaña la traducción de interesantes comentarios. Ambas permanecieron inéditas hasta el siglo XVIII.

De los nombres de Cristo, donde muestra un extraordinario dominio del lenguaje, está considerada su obra maestra en prosa. Formalmente, es  un diálogo, género muy cultivado en el siglo XVI. En él da voz a tres frailes en la finca que los agustinos poseían en La Flecha para debatir sobre los nombres que se da a Jesús en las Escrituras (Cordero, Pastor, Pimpollo, Amado...), hasta el número de trece, en día y medio de conversaciones.

La perfecta casada es un tratado en el que, a partir del comentario del último capítulo del Libro de los Proverbios bíblico, referido a la mujer fuerte, expone su ideal de esposa, un tipo de literatura frecuente entre los humanistas. La obra tiene un destinatario concreto, la recién casada doña María Varela Osorio, y la finalidad de aleccionarla sobre los deberes de su nuevo estado.

Órgano de Salinas. Catedral vieja de
Salamanca. (verpueblos.com)
Como ocurre con otros escritores de nuestro Siglo de Oro, fray Luis no vio impresa su obra poética, que no sería llevada a la imprenta hasta 1631, cuarenta años después de su muerte,  gracias a Francisco de  Quevedo. Sin embargo,  en vida del autor era ya conocida porque circulaban numerosas copias manuscritas. Parece ser que hacia 1584 pensó en su publicación y, a tal fin, preparó una Dedicatoria a su amigo Portocarrero en la que afirma que  sus poemas fueron para el autor obrecillas  de mocedad "que se me cayeron  como de las manos", lo que debe entenderse como un tópico literario (lo encontramos también en el soneto prólogo del Cancionero de Petrarca), pues escribió poesía a lo largo de toda su vida y su afán de perfección le llevó a  una constante labor de corrección. Como recuerda Ricardo Senabre, fray Luis es, junto con Herrera, uno de los poetas más "técnicos" y reflexivos del Renacimiento, y su poesía "extraordinariamente compleja, en la que nada parece producto del azar y sí de un tenaz estudio, de una profunda labor de lima y retoque en busca de la perfección absoluta". El autor agrupó su obra poética en tres partes: las poesías originales, las traducciones profanas y las versiones de textos sagrados. 

Su obra poética original es bastante breve (cincuenta y siete composiciones en la edición de la RAE). La mayor parte pertenece al género clásico de la oda, composición en estrofas cortas, con número indeterminado de versos  y temas serios y graves. La estrofa utilizada en sus odas es casi siempre la lira, sobre la que apunta Dámaso Alonso que, por su brevedad, es "una constante advertencia al refreno, a la poda de todo lo eliminable" y sirve exactamente al poeta para el logro de sus fines estéticos. Su poesía sintetiza tres tradiciones: la literatura bíblica, el influjo italianista (sobre todo, en el uso de la lira y los metros italianos) y la cultura grecolatina, en especial, el neoplatonismo y la poesía de Virgilio y Horacio. De este aprende la sobriedad y la elegancia, además del anhelo de paz, el goce de la soledad en el retiro de la naturaleza, su amor a la "dorada medianía" y su desprecio por los honores públicos. 

Aunque no es segura la datación de los textos, las poesías de fray Luis suelen agruparse en tres periodos. Al primero pertenecen las escritas antes de la prisión (1572), en las que nos encontramos composiciones moralistas dentro de la tradición clásica (desprecio de los placeres mundanos, deseo de soledad...) junto a eventuales inclusiones histórico-nacionales. Pertenecen a esta etapa la "Oda a la vida retirada",  la "Profecía del Tajo" o la oda II, "Virtud, hija del cielo". Al segundo, la compuestas durante su estancia en la cárcel (1572-1577), en las que da cabida a los contenidos religiosos y a las quejas por la injusticia cometida con él. "Noche serena", "En la Ascensión" y "A la salida de la cárcel", son algunos ejemplos. En el tercer periodo se incluyen las compuestas tras salir de prisión (después de 1577), como las dedicadas a Francisco Salinas, a Felipe Ruiz o a Pedro Portocarrero, en las que expresa su anhelo de armonía e infinitud, la nostalgia del paraíso evocado y cierto misticismo intelectual.

Dámaso Alonso ve la poesía de fray Luis como la expresión de un ansia de misticismo que no llega a realizarse, lo que impregna muchos de sus poemas de la "desgarradora nostalgia del desterrado". Muchas de sus odas están dirigidas a una segunda persona. En ellas comenta un tema moral y exhorta de algún modo al receptor. El tono discursivo da lugar a abundantes enumeraciones,  exclamaciones e interrogaciones retóricas. La tensión entre la inspiración del poeta y las constricciones del verso hacen que, con frecuencia, la unidad sintáctica no coincida con el verso, dando lugar a numerosos encabalgamientos. 

Oda "A Francisco Salinas"

El poema seleccionado es la oda III de fray Luis, una exaltación poética del poder de la música en el alma, siguiendo la tradición platónica (García Castillo). Está  formada por diez liras,  estrofa introducida en la lírica española por Garcilaso de la Vega en su "Oda a la flor de Gnido". La lira es una estrofa de cinco versos,  tres heptasílabos y dos endecasílabos, con la siguiente disposición: 7a  11B 7a 7b 11B. En la primera edición de la poesía de fray Luis, realizada por Quevedo en 1631, no se incluye la estrofa 5 de esta oda, que algunos críticos consideran apócrifa.

La oda está dedicada a su amigo Francisco Salinas, músico ciego,  catedrático de la Universidad de Salamanca y organista de la catedral. Parece que fray Luis la escribió después de salir de la cárcel, probablemente entre 1577 (año en que Salinas publicó su obra De musica libri septem, Siete libros sobre la música) y 1583. En ella, Salinas es el interlocutor a quien se dirige el yo poético, de ahí que todo el poema esté impregnado de conceptos musicales que reflejan las frecuentes conversaciones de los dos amigos sobre teoría musical, recordadas por Salinas en su declaración ante la Inquisición (Gutiérrez Ordóñez). 

Como en toda la poesía de fray Luis, existe en esta oda una  preeminencia de lo sonoro sobre lo visual, que se manifiesta en la cantidad de términos referidos al mundo sonoro y en la adjetivación aplicada a los mismos. En este caso, según Ramajo Caño, se omite todo lo visual ("que todo lo visible es triste lloro", v. 45) y se pondera lo acústico en un afán de compenetrarse con el amigo privado de la vista. 

El poeta comienza ensalzando la música de Salinas que, como un nuevo Orfeo, consigue serenar y vestir de hermosura la naturaleza. Sin embargo, como observa E. Valdés (citado por Gutiérrez O.) hay una inversión del mito de Orfeo, pues el descenso al Hades es ahora ascenso a las esferas celestiales. La dedicatoria y referencia a Salinas en las estrofas primera y última conforman una estructura circular, cuyo centro -según explica Ramajo Caño- lo ocupa la descripción de los efectos de la música en el alma: "la elevación a la contemplación de la música divina, como si el arte fuese un recordatorio del origen primero, según las tesis platónicas, e invitara a la representación del mundo celeste perdido ("el alma... / torna a cobrar el tino / y memoria perdida / de su origen primera esclarecida", vv. 7-10), librándola de los engaños de la apariencia -los bienes mundanos- y apartando a los bienes reales del cielo ("belleza caduca engañadora", v.15)". Ramajo Caño  destaca la cuidada arquitectura de la oda, que ya había señalado Wilson al observar las relaciones de paralelismo que se establecen entre las estrofas 1ª y 10ª, 2ª y 9ª, 3ª y 8ª, y 4ª y 7ª. 

Como Dámaso Alonso, Gutiérrez Ordóñez distingue dos partes en el texto. Una primera parte (de la estrofa primera a la quinta)  en que se narra el ascenso del alma que termina con la contemplación divina ("ve cómo el gran Maestro"), donde el paralelismo entre las estrofas 1 y 5 cohesiona fuertemente esta primera parte.  La segunda, que se inicia con la descripción del estadio contemplativo y marca su descenso con la intervención del yo del poeta para realizar exclamaciones líricas ("¡Oh desmayo dichoso!"), llamada a los amigos ("a este bien os llamo") y una petición a Salinas ("suene de contino").  Para Dámaso Alonso, sin embargo, la primera parte abarca las estrofas 1-7, mientras que la segunda comprende las tres últimas.

Referencias:

-CUEVAS GARCÍA, Cristóbal: La poesía en el siglo XVI (II), en J. Mª Díez Borque (coord.), Historia de la Literatura española, II, Renacimiento y Barroco, Taurus, 1980.
-GARCÍA CASTILLO, P. (2013). La armonía en Fray Luis de León. Azafea: Revista de Filosofía, 15, 65-82. https://doi.org/10.14201/12252
-GUTIÉRREZ ORDÓÑEZ, Salvador: Música en la oda "A Francisco Salinas", BILRAE Nº 20, 2022, págs. 2-33. ISSN 2792-6036. Consultado el 14/03/2024 en: file:///C:/Users/Personal/Downloads/estrella,+1.+Guti%C3%A9rrez+Ord%C3%B3%C3%B1ez%20(1).pdf
-LEÓN, Luis de: Poesía. Edición, estudio y notas de Antonio Ramajo Caño, Real Academia Española, 2012.
-MICÓ, José María: El oro de los siglos. Antología, Austral, 2017.
-PRIETO, Antonio: La prosa en el siglo XVI,  en J. Mª Díez Borque (coord.), Historia de la Literatura española, II, Renacimiento y Barroco, Taurus, 1980.
-RODRÍGUEZ PUÉRTOLAS, Julio  (ed.): Lengua castellana y Literatura 1º Bachillerato, Akal, 5ª ed., 2011.
-SENABRE, Ricardo, Introducción a la poesía de fray Luis de León. Consultado en: https://biblioteca.org.ar/libros/134560.pdf

domingo, 24 de marzo de 2024

"Tras el almuerzo" (After The Lunch) y "Flores" (Flowers), de Wendy Cope

Claude Monet, Puente de Waterloo, Londres, 1903


Tras el almuerzo

En el puente de Waterloo, donde nos dijimos adiós,
las condiciones meteorológicas me hacen llorar.
Me las seco con uno de mis negros guantes de lana
y trato de no darme cuenta de que me he enamorado.

En el puente de Waterloo intento pensar:
No es nada. Estás colocada de carisma y alcohol.
Pero en la gramola que llevo dentro suena una canción
que dice otra cosa. ¿Cuándo no ha acertado?

En el puente de Waterloo con el viento en el pelo
estoy tentada de saltar. Estás idiota. Me da igual.
La cabeza hace lo que puede pero manda el corazón:
lo reconozco antes de cruzar al otro lado.

(Traducción de Andrés Catalán)

Flores

Algunos hombres nunca  piensan en ello.
Tú lo hiciste. Viniste junto a mí
y dijiste que casi me habías comprado flores
pero que algo había salido mal.

La tienda estaba cerrada. O tenías dudas
el tipo de dudas que mentes como las nuestras 
no se cansan de inventar. Pensaste 
que yo podría no querer tus flores

Eso me hizo sonreír,  abrazarte después.
Ahora solo puedo sonreír.
Fíjate: las flores que casi me  compraste
han sobrevivido todo este tiempo.

(Traducción de Adrián Viéitez)
(Ambos publicados en zendalibros.com)

Originales en inglés:

After The Lunch

On Waterloo Bridge, where we said our goodbyes,
The weather conditions bring tears to my eyes.
I wipe them away with a black woolly glove
And try not to notice I've fallen in love.

On Waterloo Bridge I am trying to think:
This is nothing. You're high on the charm and the drink.
But the juke-box inside me is playing a song
That says something different. And when was it wrong?

On Waterloo Bridge with the wind in my hair
I am tempted to skip. You're a fool. I don't care.
The head does its best but the heart is the boss.
I admit it before I am halfway across.

Flowers

Some men never think of it.
You did. You'd come along
And say you'd nearly brought me flowers
But something had gone wrong.

The shop was closed or you had doubts —
sort that minds like ours
Dream up incessantly. You thought
I might not want your flowers
It made me smile and hug you then.
Now I can only smile.
But, look, the flowers you nearly brought
Have lasted all this vhile.



Wendy Cope (best-poems.net)
La poeta británica Wendy Cope nació en Erith, Kent, Inglaterra,  en 1945. Estudió Historia en el St Hilda's College de Oxford. Actualmente vive en Ely, Cambridgeshire, con su marido, el poeta Lachlan Mackinnon. Trabajó durante catorce años como profesora de primaria. En 1981 fue nombrada editora de arte y crítica de la revista Contat, de la Inner London Education Authority. Cinco años más tarde se convirtió en escritora independiente y fue crítica de televisión para la revista The Spectator, hasta 1990. Se han publicado cinco colecciones de su poesía adulta, Making Cocoa for Kingsley Amis (1986), Serious Concerns (1992), If I Don't Know (2001), Family Values (2011) y Anecdotal Evidence (2018). Ha editado también varias antologías de versos cómicos y fue jurado del premio Man Booker Prize 2007. Fue nombrada Oficial de la Orden del Imperio Británico en 2010, y en 2011 la Biblioteca Británica compró su archivo.

miércoles, 20 de marzo de 2024

Día Mundial de la Poesía 2024




El oficio de poeta

Contemplar las palabras
sobre el papel escritas,
medirlas, sopesar
su cuerpo en el conjunto
del poema, y después,
igual que un artesano,
separarse a mirar
cómo la luz emerge
de la sutil textura.

Así es el viejo oficio
del poeta, que comienza
en la idea, en el soplo
sobre el polvo infinito
de la memoria, sobre
la experiencia vivida,
la historia, los deseos,
las pasiones del hombre.

La materia del canto
nos la ha ofrecido el pueblo
con su voz. Devolvamos
las palabras reunidas
a su auténtico dueño.

(José Agustín Goytisolo, 
Algo sucede, 1968)

Desde el año 2001, el 21 de marzo, coincidiendo con el equinoccio de primavera, se celebra el Día Mundial de la Poesía, una conmemoración propuesta por la UNESCO en su 30ª Conferencia General, celebrada en París en 1999. La celebración es una "invitación a reflexionar sobre el poder del lenguaje y el florecimiento de las capacidades creadoras de cada persona, y, sobre todo, el valor de la pregunta y de lo próximo". Bajo diferentes denominaciones (Fiesta de la Poesía, Poetry day, Le Printemps des Poêtes...), se organizan en diferentes países  múltiples actividades en las que participan poetas y lectores. 

El hacedor de sueños se suma a esta celebración con una composición de José Agustín Goytisolo (1928-1999), que es una reflexión metapoética sobre la labor del poeta.


Mensaje de la Sra. Audrey Azoulay,
Directora General de la UNESCO,
con motivo del Día Mundial de la Poesía
 
21 de marzo de 2024

 

Ya sea en prosa o en verso, simbolista, comprometida u objetivista, la poesía tiene una propensión única a hacernos ver de manera diferente el mundo que nos rodea.

En  este  Día  Mundial  de  la  Poesía,  la  UNESCO  celebra  el  poder  de  cuestionar  las  certezas  para  permanecer  abiertos  a  los  demás,  para  acoger  el  mundo  en  toda  su  diversidad –que son fundamentos esenciales para construir sociedades pacíficas.

Por ello,  nuestra  Organización  brinda  su  respaldo  a  los  poetas,  en  particular  a  las  generaciones  más  jóvenes,  para  permitirles que  aprovechen al  máximo  esta  forma  literaria  y  apoyar  la  publicación  de  sus  obras.  Por  ejemplo,  hemos  facilitado  la  participación  de  diez  jóvenes  autores  del  Caribe  en la  40ª  edición  del  Marché  de  la  Poésie, en París en junio de 2023. En este festival de poesía pudieron difundir sus obras, hablar sobre ellas y conocer a editores para que les ayudaran en la publicación de sus poemas.

En  el  marco  de  los  esfuerzos  encaminados  a  salvaguardar  las  tradiciones  vivas,  la  UNESCO  incluyó  igualmente  varias  formas  poéticas  en  la  Lista  Representativa  del  Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, como los cantos Hudhud de Filipinas en 2008, la tradición oral Mapoyo de Venezuela en 2014, la Eshuva, rezos cantados en lengua harákmbut del Perú, en 2011, y la tradición oral Koogere de Uganda en 2015.

Además de ser una forma de arte poderosamente viva, la poesía también ha sido, a lo largo de los siglos y en todos los continentes, el medio fundamental que han utilizado las sociedades para escribir su historia y preservar la memoria de su cultura, así como para registrar los conocimientos ancestrales. Como bien dice el poeta de Côte d’Ivoire Bernard Binlin Dadié en su poema “Tu dors” (“Tú duermes”), de la colección Hommes de  tous  les  continents  (“Hombres  de  todos  los  continentes”),  el  poeta  es  “el  viejo  vigilante /que  monta  guardia  en  las  murallas”  y  tiene  “en  sus  ojos,  las  auroras  de  los  tiempos  antiguos /Y  en  su  cabeza,  la  canción  de  los  tiempos  futuros”.  Es  esa  figura  intermedia  que  se  encuentra  en  la  encrucijada  de  un  pasado  antiguo  y  un  futuro  que  está por construir.

La   UNESCO   contribuye   así   a   preservar   algunos   de   los   textos   poéticos   más   emblemáticos  de  su  época.  En  2023,  el  Codex  Manesse,  una  colección  de  poemas  líricos medievales alemanes, la colección de manuscritos turcomanos de Magtymguly Pyragy y las inscripciones en piedra del príncipe de Khalkha, Tsogtu Khung-Taiji, que figuran  entre  los  ejemplos  más  bellos  de  poesía  mongola,  se  incorporaron  a  nuestro  Registro  de  la  Memoria  del  Mundo,  cuyo  objetivo  es  salvaguardar  el  patrimonio  documental y hacerlo más accesible al público en general.

El Día Mundial de la Poesía es, pues, una oportunidad para que cada uno de nosotros se  traslade  al  corazón  vivo  de  sí  mismo  y  del  mundo,  parafraseando  al  gran  poeta  y  político martiniqués Aimé Césaire, en un gesto de paz a la vez interior y universal.

 


Tu dors

La nuit est bien silencieuse.
Tu dors
Et je veille.

Tu rêves sans doute
Et moi j’égrène nos souvenirs
Et t’écoutant respirer.

La nuit est bien silencieuse.
Tu dors
Et je veille sur notre amour.

Je remue nos songes qu’ensevelissent les jours
Je les tire de l’oubli pour les hisser sur le pavois,
J’ai retrouvé nos larmes d’enfants
La nuit est bien silencieuse.
Je suis le vieux guetteur
Qui monte la garde sur les remparts.
Je sais comment on prend une ville,
Je sais comment on perd un cœur.
Tu dors
Et je veille

Je suis le ciseleur des nuits étoilées,
L’orfèvre des Jours.
J’ai pour messagers les aurores,
Et l’arc-en-ciel des heures calmes.
Du temple de mon Dieu,
N’approche aucune odeur de sang
Nul sanglot de femme.

Je suis le vieux guetteur
Qui monte la garde sur les remparts.
La nuit est bien calme
Et tu dors…

Les hommes ont effeuillé mes songes
Je n’avais pas, pour paraître devant eux
Ma robe de lin,
Ils me demandaient un parchemin.
Je n’avais qu’un bouclier de guetteur.
Le jour point
Et, nous retrouverons demain dans le jardin
En poussières d’argent sur le rosier
Nos rêves d’enfants.

Je suis le vieux guetteur
Qui monte la garde sur les remparts,
J’ai dans les yeux, les aurores des temps anciens
Et dans la tête, la chanson des temps futurs

(Bernard B. Dadié, Hommes de  tous  les  continents )

 

domingo, 17 de marzo de 2024

"Fósforos" y otros dos poemas de Alejandro López Andrada



FÓSFOROS

Hemos aceptado nuestra levedad,
lo que en esencia somos: diminutos fósforos ardiendo
en medio del vacío
que siembra en una ermita la penumbra.
La vida cruza rauda
ante nosotros. Nuestros recuerdos ruedan como uvas
sobre un mantel de hule. Nada somos. Hemos aceptado
nuestra levedad
para acercarnos hoy, bajo la lluvia,
a conectar con nuestra raíz, lo que ayer fuimos,
y a ofrendar amor, ternura e incertidumbre
a los ausentes, dejando crisantemos en una tumba.

(De Va oscureciendo, Hiperión, 2023)

HERENCIA

Medimos la estructura del silencio
que cae sobre la tierra.
No ha llovido, y hoy repartimos nuestra soledad,
la parte azul de nuestros antepasados,
lo que nos liga aún a su memoria.
Serena y reconforta
percibir la paz que arrastra el aire. En las colinas,
debajo de las nubes,
se cimbrean siluetas y alambradas. Como  ardillas,
igual que hicieron antaño nuestros padres, sorteando la pobreza
y la fatiga,
salimos al campo a recolectar las flores del orégano
silvestre, la avena loca, el trigo, las gramíneas
segadas por el viento,
y compartimos, entre las malvas, la fraternidad,
la límpida textura del amor que envuelve este lugar lleno de ruinas.

(De Parte de ausencias, Hiperión, 2022)

LA PEDRERA

(Abuelo Alejandro)

Al frente, veo la hilera de los álamos
sumergidos en la lluvia,
como músicos
vagando por la inmóvil majestad
del campo abandonado.
Es todo oscuro
y, sin embargo, toco las arrugas
de tu alma siempre alegre. En el dibujo
trazado por el agua en mi memoria,
está tu risa abierta,
el cielo puro,
la misma soledad llena de amor,
la misma lejanía hecha de lutos.
Aún rozo tu silueta
si regreso
desnudo hacia aquel tiempo. En lo profundo,
contemplo el azul limpio
de tus ojos cruzando la vereda,
el bosque húmedo,
el viento
y la cantera de granito
como un palacio muerto, entre los juncos.

(De Los árboles dormidos, Algaida, 2002)

Alejandro López Andrada./ÁLEX GALLEGOS
(cordopolis.eldiario.es)

Alejandro López Andrada nació en 1957 en Villanueva del Duque, localidad de la comarca cordobesa de Los Pedroches, de la que es Hijo Predilecto. Estudió Ciencias de la Educación y trabajó como técnico de cultura en la Mancomunidad de Municipios de Los Pedroches. Ha publicado una veintena de poemarios,  entre los que destacan títulos como La tumba del arco iris (1994, Premio San Juan de la Cruz), El rumor de los chopos (1995, Premio José Hierro), El cazador de luciérnagas (1996, Accésit del Premio Jaime Gil de Biedma), El humo de las viñas (1999, Premio Cáceres, Patrimonio de la Humanidad), Los pájaros del frío (2000, premios Rafael Alberti y Andalucía de la Crítica), Los árboles dormidos (2002, Premio Ciudad de Badajoz), El vuelo de la bruma (2005, Premio Ciudad de Salamanca), La tierra en sombra (2007, Premio Fray Luis de León), Las voces derrotadas (2010, Premio Ciudad de Córdoba), Parte de ausencias (2022) y Va oscureciendo (2023, Premio Claudio Rodríguez). Ha publicado, además,  catorce novelas. Una de ellas, El libro de las aguas (2007), fue llevada al cine por Antonio Giménez-Rico, y con la última, Los perros de la eternidad (2016), obtuvo el Premio Jaén de Novela.

Según Julio Llamazares, López Andrada ha construido un edificio poético y narrativo que lo convierte en el escritor rural del siglo XXI en este país. Y Antonio Colinas añade que su obra, ceñida a la magia de la Naturaleza, es, sin duda, un hito en la poesía española de las últimas décadas. 

[Imagen inicial: El Eco de Tandil]

domingo, 10 de marzo de 2024

Un poema de Reiniel Pérez Ventura

 

Balthus, Muchacha dormida, 1943


III

Mujer, texto, eternamente acostada.
Todas las palabras afuera languidecen
pero en ti saltan despacio al borde,
en ti el tiempo se oculta jugando.
Fluyes comenzando otro cuerpo con solo verte.
Cuerpo del poema, eres y después soy;
nunca comulgamos en un solo espacio.
Mujer, asma del aire, rama destrozada;
árbol que baja con su semilla jadeante hasta el hombre.
Mujer despierta en la noche del cuerpo; día del cuerpo;
planicie de ojos; secreta estación de la vida.
Yo te llamo y con tus ojos y labios te respondo.
Verso separado del fruto eterno de la noche.
Cuando todo tiembla,
se dobla y quiebra;
cuando el mundo curvo es una boca amenazante,
tú eres llegada, transcurrir,
caída de la caída, recién llegada de todas partes.
Línea para siempre.

 (De Las sílabas y el cuerpo, Visor, 2023)

Reiniel Pérez Ventura. Foto: Fundación Loewe

Reiniel Pérez Ventura (Santa Clara, Cuba, 1999) es poeta y estudiante de Lengua inglesa y francesa en la Universidad Central "Marta Abreu" de las Villas. En 2022, su obra Elegías del inocente y el maldito recibió el Premio Extraordinario de Poesía Centenario de Clarilda Oliver Labra. Las sílabas y el cuerpo, ganador del XXXV Premio Loewe, es su primer libro publicado. Con él se convirtió en el poeta más joven hasta la fecha en ganar este prestigioso galardón, con 23 años. El jurado del premio describió la obra como "un libro unitario y rítmico, un poema en partes, con gran soltura expresiva y voluntad de innovación". 

Sergio García Zamora,  poeta cubano y paisano de Reinel Pérez Ventura, señala en la contraportada del libro sus dos fuentes de inspiración:

"Dos grandes obsesiones mueven estas páginas: la escritura y el erotismo. A Reiniel Pérez Ventura la palabra y la mujer lo inspiran por igual; con él las sílabas y el cuerpo se vuelven lo mismo. El poeta se encuentra ante una doble seducción, pero ha renunciado a lo meramente anecdótico, a los lugares comunes del arte de amar contemporáneo; el poeta se sumerge en el desentrañamiento de la naturaleza propia del amor como de la poesía y su encarnación en el idioma. Todo ello gracias a un tono laudatorio, de alabanza perenne, de oda transida por lo filosófico, aunque es la sola inocencia del cantor frente a la amada lo que nos deja ver la belleza y la verdad".

En efecto,  en el libro se produce una correspondencia entre ambos, pues la mujer es  el poema: "Mujer, texto" y el poema, cuerpo. Un planteamiento decisivo, en opinión del profesor y crítico  Túa Blesa:

"no es que cuerpo y poesía intercambien o compartan sus esencias, sino que cuerpo y poesía conforman una única identidad, se trata de dos nombres que son variantes de lo mismo. De ahí que el yo que habla se dirija, a lo largo de todo el libro, a un tú que es tanto lo uno como lo otro y 'poesía' y 'cuerpo' y todo su campo semántico están fundidos y no por una relación alegórica, sino por una metáfora extendida que ha hecho de la semejanza la unidad real.
    [...] Esa identidad vendría a ser un desarrollo de la que estableció Juan Ramón Jiménez en su famoso poema V de Eternidades, donde la poesía al fin 'apareció desnuda toda [...] poesía /desnuda mía para siempre'.
   [...] Así, los poemas son tanto palabras de amor o de expresión del deseo, ya en la ausencia, ya en el encuentro, como un discurso metapoético, una reflexión sobre lo que la poesía es para quien habla".

En consecuencia, una posible lectura del libro afirmaría, para Túa Blesa, que el presupuesto que lo inspiraría  "es la idea de lo poético del goce erótico y al mismo tiempo el erotismo de la palabra poética".

Sobre la presentación de la amada como sujeto pasivo, foco de admiración contemplativa y en total sintonía con el universo orgánico, reflexiona el poeta relacionándolo con la tradición hispanoamericana:

"Quiero imprimirle esa naturaleza vegetal, esa naturaleza en movimiento, que asciende, que eleva a la mujer. Rilke decía que lo que uno está amando es la sangre que uno tiene detrás. Todas sus generaciones anteriores. Y creo que hay una suerte de tradición latinoamericana muy grande en esa misma línea, de La amada inmóvil, de Amado Nervo, a Piedra de Sol, de Octavio Paz. Puede ser, en cierto sentido, una limitación del libro. Pero no entiendo otra forma de protagonizar el poema y compartir mi punto de vista. Hay una necesidad de buscarse uno mismo en la amada".
Referencias:
-Túa Blesa, Reinel Pérez Ventura, un poeta de verdad: el Premio Loewe más erótico del ganador más joven, El Español, 21 de abril, 2023.

-Reinel Pérez Ventura, entrevista concedida a Eva Blanco Medina, Vogue España, 28 de abril de 2023.