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martes, 27 de mayo de 2025

'El invencible verano de Liliana', de Cristina Rivera Garza






Grupo de lectura "Leer juntos" del IES Goya
Sesión del 5 de mayo de 2025
Autora: Cristina Rivera Garza
Obra comentada: El invencible verano de Liliana, Penguin Random House, México /Barcelona, 2021



1 1. Sobre Cristina Rivera Garza

Cristina Rivera Garza, escritora, traductora y crítica  mexicana, está considerada una de las voces más relevantes de la literatura latinoamericana actual.

Cristina Rivera Garza. Foto: Marta Calvo
Nació el 1 de octubre de 1964 en Matamoros, ciudad  de Taumalipas, estado mexicano situado en el noreste del país y separado de Estados Unidos por el río Bravo. Los abuelos paternos de la autora emigraron a esta antigua región algodonera  en 1938, cuando el gobierno de Lázaro Cárdenas puso en marcha la reforma agraria y  les entregó tierras en Poblado Anáhuac. Su abuelo materno, que había emigrado a Houston siendo un niño, regresó a México con su esposa en los años 30, a causa de la depresión económica iniciada en Estados Unidos. Tras un tiempo en las proximidades de Estación Camarón, dedicados al cultivo del algodón, en 1943 recibieron la documentación que los confirmaba como usufructuarios de 10 hectáreas en el ejido[1] Urbano de la Rosa, próximo a Poblado Anáhuac. Así es como sucesivas migraciones acercaron a las familias Garza y Rivera  e hicieron posible que los  padres de la escritora se conocieran. Rivera Garza bien podría decir como “Clarín” que la “nacieron” en Matamoros pues su madre se desplazó hasta esta población para dar a luz cuando residía en Poblado Anáhuac, de ahí que la autora haya manifestado en ocasiones la extrañeza que le produce su asociación con  Matamoros. Cuando tenía año y medio o dos años,  su padre, primer universitario de la familia, recibió una beca para estudiar Ingeniería en Agronomía en el Instituto Tecnológico de Monterrey, lo que los obligó a trasladarse. Al acabar los estudios, Antonio Ribera trabajó un par de años en una empresa de semillas en Delicias, Chihuahua, y después  cursó un posgrado de fito-mejorador de plantas en la Universidad de Chapingo.  En 1974, cuando  Liliana, su única hermana, tenía cuatro años, contrataron al padre como investigador en Toluca, adonde lo siguió la familia. Durante la preparatoria en Toluca, Liliana inició una relación  con el compañero de estudios que le arrebataría la vida años más tarde en Ciudad de México.

En 1985 Cristina se graduó en Sociología Urbana por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y en 1995 se doctoró en Historia Latinoamericana por la Universidad de Houston, ciudad donde los Garza tenían familia.  Fue profesora asociada de Historia Mexicana en la Universidad Estatal de San Diego (1997-2002) y profesora del departamento de Comunicación y Humanidades, además de codirectora de la cátedra de Humanidades del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), campus Tolima, (2004-2008). Entre 2008 y 2016 fue profesora  y dirigió el Programa de Bellas Artes en Escritura Creativa, en inglés,  que ha impartido la Universidad de California, San Diego, a partir de 2009. Desde 2017 dirige un doctorado en Escritura Creativa en español —el primero existente en Estados Unidos—  en la Universidad de Houston, en cuyo  departamento de Estudios Hispánicos es profesora distinguida M. D. Anderson. Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte (SNCA) entre 2010 y 2013 y doctora honoris causa por la Universidad de Houston (2012), en julio de 2023 ingresó en El Colegio Nacional de México con un discurso titulado “Escribir sobre el presente: archivos, fronteras, cuerpos”.

Suelen señalarse como características de su obra la experimentación y el hibridismo,  así como  la mezcla de lo literario con las ciencias sociales y el aliento poético de su escritura, lo que la convierte en una de las voces más singulares de  las letras mexicanas del siglo XXI. Ha publicado novelas, cuentos, poesía, crónicas y ensayos, en los que se ha ocupado de temas como la salud mental, la emigración,  la identidad, los feminicidios, la necropolítica o las condiciones en que surge la obra literaria y ha dado voz a las personas sin voz de Hispanoamérica.

De su novela  Nadie me verá llorar (1999) —galardonada con el Premio Nacional de Novela José Rubén Romero 1997 (por el manuscrito inédito), el Premio Internacional IMPAC /CONARTE / TESM 1999 y el Premio Sor Juana Inés de la Cruz 2001—  Carlos fuentes dijo que era “Una de las novelas más perturbadoras y hermosas jamás escritas en México”. Otras novelas suyas son La cresta de Ilión (2002), finalista del Premio Hispanoamericano Rómulo Gallegos 2023; Lo anterior (2004); La muerte me da (2007), Premio Sor Juana Inés de la Cruz 2009; Verde Shanghai (2011); El mal de la taiga (2012) y Autobiografía del algodón (2020). Es autora también de libros de cuentos como La guerra no importa (1991), Premio Nacional de cuento San Juan de Potosí 1987; Ningún reloj cuenta esto (2002), Premio Nacional de cuento Juan Vicente Melo 2021, y  Terrestre (2025), su último libro. Entre sus ensayos destacan Los muertos indóciles. Necroescritura y desapropiación (2013) y Escrituras geológicas (2022). Su obra poética se encuentra reunida en La fractura exacta. Poesía completa (2020). Algunos de sus libros han sido traducidos al inglés, italiano, alemán, coreano y francés.


 22. El invencible verano de Liliana

El invencible verano de Liliana es un texto híbrido  sobre el feminicidio aún impune de su hermana, ocurrido en 1990, cuando Liliana, una estudiante de Arquitectura de veinte años, cortó definitivamente la relación con su exnovio de la preparatoria. Solo veintinueve años más tarde Rivera Garza pudo 

Liliana Rivera Garza. Detalle de la 
portada del libro
escribir  su historia  y lo hizo alternando en la redacción el inglés y el español, porque el inglés (un idioma en el que no había vivido la tragedia) le proporcionaba una distancia protectora, un atenuador emocional que le permitía “transitar por las partes más lóbregas sin partirme de miedo o caer de rodillas”. La edición en español, aparecida en mayo de 2021, fue galardonada con el Premio Iberoamericano de Letras José Donoso, el Nuevo León Alfonso Reyes y el Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores, todos ellos en la edición de 2021, y con el Premio Rodolfo Walsh y el Mazatlán de Literatura  correspondientes a 2022. La versión en inglés (Liliana’s Invincible Summer: A Sister’s Search for Justice), de febrero de 1923, recibió el Premio Pulitzer 2024  en la categoría de memorias o autobiografía.  El jurado destacó “la apuesta de Rivera por la combinación de géneros en su obra uniendo la memoria, el periodismo de investigación de perspectiva feminista y la biografía poética en torno al sentimiento de pérdida”.

Si bien el jurado del Premio Pulitzer incluye el libro entre las memorias o la autobiografía, con frecuencia,  tanto  críticos  como periodistas, se refieran a él como novela, lo cual nos lleva a plantearnos una primera cuestión sobre la obra: la relativa al género.  La autora es muy clara al respecto, incluyéndola en la no-ficción creativa (creative non fiction). Trabajo de no-ficción porque existe una relación directa con el referente, se pone el énfasis en la investigación y en la relación directa con los documentos, pero a la vez es un artefacto literario  en el que ha utilizado las estrategias y herramientas de la ficción y el cuidado del lenguaje que requiere una obra literaria, por lo que entiende que pueda ser considerada novela. Admite, por tanto, que hay una “colindancia” de formas, una combinación que se resiste a llamar “híbrida”.  Para Roberto Cruz Arzabal  la obra  no responde a la clasificación tradicional que distingue entre ficción y no ficción, sino que se sitúa entre la invención y el archivo.

Toda la obra de Rivera Garza guarda una especial relación con los archivos y este libro no es una excepción. La autora confiesa  que  otros intentos anteriores de escribir el libro como  ficción no habían funcionado. Pero cuando abrió el archivo  creado por su hermana (varias cajas con cartas, notas, dibujos y diversos materiales sobre su vida), su voz “atravesó el tiempo y, como la de tantas mujeres desaparecidas y ultrajadas en México, demandó justicia”. Solo entonces  fue  capaz de contar su historia, pero esta vez dejando que fuera Liliana quien hablara por medio de los archivos, escribiendo “con ella, no sobre ella”, convirtiéndola así en coautora del libro. Para Cristina Rivera, los treinta años transcurridos entre el asesinato de Liliana y la redacción del libro le permitieron prepararse para enfrentarse a los materiales de la investigación y tener listas las herramientas necesarias para abordar la tarea. Fue un tiempo necesario para  superar el sentimiento de culpa y de vergüenza que les había impedido hablar  y pedir justicia para Liliana. Pero además, la lucha de las mujeres en este tiempo le proporcionó  el lenguaje necesario para no revictimizar a la víctima y disculpar al asesino, para  hablar de feminicidio y no de crimen pasional, para afirmar con rotundidad que la única culpa de Liliana fue encontrarse con un depredador en su camino.

Liliana y Cristina Rivera Garza

Si el hallazgo del archivo de Liliana fue determinante en la escritura del libro, este comienza con la búsqueda de otro archivo: el expediente sobre el asesinato de su hermana. Una búsqueda que la autora compara con el descenso al Mictlán, el inframundo o reino de los muertos en la mitología azteca. Ambos archivos se complementan en la reconstrucción de los hechos y se oponen en la visión de los mismos. El primero, al que la autora llama “el archivo de los afectos” da cuenta de la vida de Liliana, su autora, y de su manera de ver el mundo; el segundo, certifica su muerte y la convierte en “material de archivo”. En esta indagación, o “excavación”, sobre los últimos meses  de  la vida de Liliana, el archivo creado por ella será una fuente de información fundamental que la autora  no interpreta, sino que  reproduce. Al trascribir sus notas, utilizando una tipografía que imita la letra de Liliana, el yo de la autora-narradora da paso al yo de Liliana, que se convierte así en narradora de su propia vida porque la autora no quería acallar la voz de su hermana como sí había hecho su asesino. Esta estrategia de “desapropiación”, que evidencia lo que el libro debe a materiales ajenos,  se aplica también a otros documentos incorporados al texto:   los testimonios de los amigos de Liliana, la información sobre el crimen publicada en la prensa de la época o los recuerdos de los padres, que lejos de integrarse en el discurso de la autora-narradora se yuxtaponen a él. La autora ha creado  una narración polífónica, en que los numerosos narradores relatan, desde distintos puntos de vista, diferentes  aspectos de la vida de   Liliana y  componen  un retrato complejo y poliédrico. Un retrato que para la autora tiene algo de epifanía ya que le revela facetas de su personalidad  desconocidas para ella.

Hay también en el libro una reflexión sobre la violencia de género pues la autora se pregunta cómo una muchacha inteligente como Liliana pudo ser víctima de un feminicidio. Para responder a esta pregunta recurre al libro de Snyder, No Visible Bruises, un lúcido análisis del comportamiento de las mujeres en el seno de las relaciones tóxicas o violentas. Así comprende que Liliana amó a ese hombre (lo que distingue la violencia doméstica es el amor, según Snyder). Liliana llevaba mucho tiempo intentando romper la relación, librando una batalla en solitario frente al chantaje y la amenaza constante, pero vivía en la negación del peligro y se creía capaz de controlar la situación sin ayuda de nadie porque carecía del lenguaje preciso para identificar el peligro: llamaba “vehemencia” a lo que era violencia física o psicológica. Finalmente, en los momentos más duros de esa lucha, supo encontrar la fuerza interior necesaria para poner punto final a la relación y proyectar su  futuro como mujer libre. La autora lo cuenta recurriendo a las imágenes tomadas de la cita de Camus encontrada en el archivo de Liliana,  que abre el libro y que, con variantes, lo atraviesa convertida en leitmotiv del mismo:

“Unas cuantas semanas antes de la tragedia, Liliana por fin tomó una decisión definitiva: en lo más profundo del invierno había descubierto que en ella, como bien había dicho Albert Camus, había un invencible verano. Lo dejaría atrás. Empezaría una nueva vida”.

El trabajo de Snyder demuestra que este es el momento crítico, el más peligroso para la víctima, cuando el depredador siente que la ha perdido definitivamente. De modo que Liliana, como el pajarillo de la anécdota que recuerda su amiga Ana, murió cuando estaba a punto de ser libre.

Pero el libro  se propone, sobre todo, dar cuenta de la vida de Liliana y celebrar su paso por el mundo, como ya anuncia el título en el que el nombre de Liliana queda unido al término  “verano”,  para representar  la luz, la alegría, la calidez y la fuerza de Liliana, que el libro, pese a su asesino, ha convertido en “invencible”.

                                                                                                                                           Josefina López Granada 


Cristina Rivera Garza, en el centro, con su madre, Ilda Garza, y Liliana. Undated photo.
Cristina Rivera Garza Papers, Benson Latin American Collection

[1] ejido: terreno colectivo, indiviso y sin posibilidad de venderse o heredarse.


BIBLIOGRAFÍA:

-CRUZ ARZABAL, Roberto: “Figuraciones sesgadas: teatralidad, intermedialidad y yo autoral en Cristina Rivera Garza”, Visitas al Patio (1), enero-junio/2022, págs. 44-66. https://revistas.unicartagena.edu.co/index.php/visitasalpatio/article/view/3789.

-RIVERA GARZA, Cristina: “Hija del algodón: Cristina Rivera Garza”/ Entrevistada por Sergio Rodríguez Blanco, Semanario Gatopardo, 24 de marzo de 2021. En https://www.gatopardo.com/articulos/hija-del-algodon-cristina-rivera-garza.

-RIVERA GARZA, Cristina: “La esperanza de un duelo creador. Entrevista con Cristina Rivera Garza”/Entrevistada por Alberto González, Nexos, Junio 9, 2021. En: https://cultura.nexos.com.mx/la-esperanza-de-un-duelo-creador-entrevista-con-cristina-rivera-garza/

-RIVERA GARZA, Cristina: “Cuando son verdaderos los viajes: reflexiones sobre la escritura”. /Entrevistada por Armando Esteban Gómez, Artelogie, 21/24. En https://journals.openedition.org/artelogie/14153.

-RIVERA GARZA, Cristina: “Duelo en lengua extraña”, conferencia del Ciclo Táctil impartida en El Colegio Nacional de México el 11 de marzo de 2025. En https://www.youtube.com/watch?reload=9&v=G6d-5zAnAXU.

 

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