Ingeborg Bachmann fue una de las más destacadas escritoras en lengua alemana del siglo XX y la primera autora mediática en esa lengua.
Nació en 1926 en Klagenfurt —localidad del estado austriaco de Carintia, región apartada del sudeste de Austria, en la frontera con Italia y Eslovenia—, donde su padre, miembro de la organización nacionalsocialista NSDAP, antecesora del partido nazi alemán, era profesor de italiano. Sus años de infancia y juventud se vieron ensombrecidos por la crisis económica, la propagación del nazismo, la ocupación alemana y la guerra. Estas traumáticas experiencias estarán expresadas de forma implícita en toda su obra. Acabada la Segunda Guerra Mundial, estudió filosofía, psicología, filología alemana y derecho en las universidades de Insbruck, Graz y Viena. En esta última se doctoró en 1949 con una tesis titulada La recepción crítica de la filosofía existencial de Martin Heidegger, en la que expresa su creciente desilusión con el existencialismo heideggeriano.
En Viena entró en contacto con el mundo literario de la ciudad y en 1947 conoció al poeta rumano de origen judío Paul Celan, superviviente del Holocausto, con el que inició una relación amorosa y de afinidad literaria que duró varios años, a pesar de que él estaba casado. El escritor español Andrés Sorel recreó esta historia de amor en su novela ...y todo lo que es misterio (2015), y la cineasta austriaca Ruth Beckermann basó su largometraje Los soñados (Die Geträume, 2016) en la correspondencia entre Bachmann y Celan.
Ingeborg Bachmann y Paul Celan |
Mantuvo vínculos con el célebre Grupo 47, cuyo objetivo era renovar y redimir la lengua alemana manchada tras el Holocausto, para crear un mundo nuevo. Miembros de este grupo fueron, entre otros, Ilse Aichinger, Paul Celan, Heinrich Böll y Günter Grass. Bachmann se convertirá en una celebridad cuando este círculo literario vanguardista premie en 1953 su primer libro de poemas: Die gestundete Zeit (El tiempo postergado o El tiempo aplazado), "lamento por un mundo en ruinas y advertencia contra el nacionalismo militante" (Dreymüller), expresado por medio de "metáforas originales, en una expresión escueta y renovadora" (C. A. Molina), y lleno de referencias intertextuales a la poesía de Paul Celan. El título "recoge el tópico bíblico de lo transitorio de la existencia humana, cuando se refiere a un tiempo solo concedido a plazos" (Dreymüller). Tras este, solo publicará en vida un segundo poemario, Anrufung des Groβen Bären (Invocación a la Osa Mayor, 1956), escrito en Italia y reconocido con el premio literario de Bremen. Como observa Dreymüller, pese a la presencia constante de los paisajes mediterráneos, la visión de Italia no es una imagen idealizada, sino que se centra en el contraste entre el esplendor de su pasado y el caótico presente, entre la belleza natural y la miseria social. Continúa la denuncia por un mundo devastado y sin amor, con poderes amenazantes (la figura de la Osa Mayor), al tiempo que se anima a la resistencia y a la confianza en las fuerzas del amor y de la escritura, personificada por la lechuza del poema "Mi pájaro". La preocupación por la decepción amorosa, presente en el libro anterior, se hace aquí más intensa. Tras la publicación de su segundo poemario, decide abandonar la poesía: "Dejé de escribir poemas cuando sospeché que 'sabía' hacerlos", afirma en una entrevista. No obstante, en la edición de las Obras completas de 1978 se incluyeron dieciocho poemas inéditos compuestos entre 1957 y 1967, agrupados bajo el epígrafe de Últimos poemas. En ellos se acentúa la visión pesimista del amor, una relación marcada por la tiranía del hombre sobre la mujer. Y en 2000 apareció en Múnich No sé de ningún mundo mejor, una colección de textos inconclusos que, en palabras de sus hermanos, expresan el "luto por la poesía perdida y el sufrimiento de los seres y son al mismo tiempo una crítica implacable de la sociedad".
En 1955 realiza un viaje a Estados Unidos para asistir al "Seminario Internacional de Harvard", invitada por su director, Henry Kissinger (1923-2023), entonces profesor y, más tarde, político estadounidense de origen judeo-alemán que llegaría a ser secretario de Estado. Bachmann se siente enormemente desilusionada con Estados Unidos y con Harvard, según se desprende de su correspondencia con familiares y amigos. Pero sin ese viaje resultaría inconcebible, tal como la conocemos, su más famosa pieza de teatro radiofónico, El buen dios de Manhattan, una obra sobre la problemática existencial del ser humano, escrita en 1957 y estrenada el 29 de mayo de 1958. Con ella obtuvo en 1959 el premio más prestigioso de Alemania para este tipo de producciones, el Premio para Obras Radiofónicas de la Asociación de Invidentes de Guerra (Hörspielpreis der Kregsblimden).
En la primavera de 1958, cuando Bachmann era ya una joven estrella del universo literario, el novelista y dramaturgo suizo Max Frisch, quince años mayor que ella, le escribe una carta porque ha quedado impresionado por El buen dios de Manhattan. El 3 de julio de ese mismo año tiene lugar su primera cita, en París, donde Bachmann visitaba a su antiguo amante Paul Celan. Se inicia entre ellos una tormentosa relación abierta —marcada por el deseo de emancipación de Bachmann— que durará cuatro años, durante los cuales conviven en Zurich y en Roma, adonde se había trasladado la autora en 1953. En 1962, la ruptura, motivada por los celos de Frisch y las convenciones de la época, con las que choca el ideal de independencia femenina de Bachmann (Dreymüller), dejará a la escritora devastada, incapaz de dormir ni de escribir. Para sanar sus heridas emprende un viaje a Egipto y Sudán con el escritor Adolf Opel. Con motivo del cincuenta aniversario de la muerte de la autora, esta historia fue llevada al cine por Margarette von Trotta, directora alemana especializada en biopics de importantes figuras femeninas. Ingebor Bachmann-Journey into the desert (2023), que se acaba de estrenar en España, se presentó en la Berlinale 2023. Muchos de los diálogos se basan en las cartas de sus amigos Hans-Werner Henze, Paul Celan y Hansa Magnus Enzensberger, pues la realizadora no pudo acceder a la correspondencia entre Bachmann y Frisch, entonces inédita, que se publicaría en el otoño de 2022 con el significativo título de No lo hicimos bien.
Max Frisch e Ingeborg Bachmann en 1962, en la única imagen conocida en la que aparecen ambos juntos. MAX FRISCH ARCHIVE; ZURICH; PHOTO: MARIO DONDERO (SUHRKAMP VERLAG) |
Entre sus obras en prosa, se encuentran sus libros de cuentos: A los treinta años (1961) y Tres senderos hacia el lago (Simultan, 1972, es el título original). El primero, concebido en fechas próximas a las conferencias de Frankfurt, reúne siete relatos —algunos de ellos de carácter autobiográfico, como el titulado "Años de juventud en una ciudad de Austria"—, en los que los personajes y situaciones le sirven para ejemplificar ideas. Su protagonista, que experimenta a los treinta años una gran crisis, reflexiona sobre su pasado y sobre el rumbo a tomar (Dreymüller). El segundo pertenece al ciclo de Formas de morir (Todesartenzyclus), junto a la trilogía inacabada formada por Malina, El caso Franza y Réquiem para Fanny Goldmann, pues se concibieron simultáneamente y, tanto las novelas como los cinco relatos, tienen como personajes centrales a mujeres vienesas con un problema común: "unas vidas torcidas o al menos limitadas por no encontrar su lugar (como mujer) en el mundo moderno", explica Dreymüller. Malina (1971), única novela terminada de la trilogía y uno de los best-sellers de la época, "es una autobiografía espiritual donde a través de la ficción la narradora desdobla la voz del 'yo' en otro personaje", observa Serra Pfeninnig, quien añade:
Malina como ser ambiguo, desposeído de toda cualidad humana, cerebral y carente de emociones, se enfrenta a otro personaje, cuya ambigüedad es a la vez su otro yo, que junto con el amante Iván forman una relación triangular, un mundo de relaciones imposibles que les lleva a la aniquilación y al crimen.Malina es una novela compleja, fuera de todo canon tradicional, considerada por la crítica literaria como una de las obras más importantes de la segunda mitad del siglo XX. Es una obra que admite una multiplicidad de lecturas posibles, que van desde la perspectiva del doble, pasando por una novela de amor, un Klunstlenrroman, una novela policíaca, una novela vienesa, un estudio filosófico y finalizando en última instancia a un prototipo de novela "patriarcal".
Ingeborg Bachmann, cuya dependencia del alcohol y de los fármacos la obligó a someterse a una cura de desintoxicación en 1962, tras su ruptura con Max Frisch, murió en Roma en 1973 a los 47 años, como consecuencia de las quemaduras de un incendio en su piso cuyo origen no ha sido bien aclarado. El síndrome de abstinencia por su adición a los barbitúrico pudo contribuir al fatal desenlace. Desde entonces, uno de los premios literarios más prestigiosos en lengua alemana lleva su nombre. En 2021 el estado de Carintia adquirió la casa de su infancia para convertirla en museo.
Referencias:
-Cecilia Dreymüller, Vida y escritura de Ingeborg Bachmann, en Tuerto rey. Consultado el 21/01/2024 en: https://www.tuertorey.com.ar/php/autores.php?idAutor=142
- Cecilia Dreymüller, Ingeborg Bachman: un icono se humaniza, ctxt. Contexto y Acción, Nº 302, nov. 2023. En: https://ctxt.es/es/20231101/Culturas/44715/Cecilia-Dreymuller-Ingeborg-Bachman-poesia-literatura-amor-libre-homenaje.htm. Consultado el 20/01/2024.
- César Antonio Molina, Libido de una vocal, en: https://www.revistadelibros.com/obras-de-ingeborg-bachmann/. Consultado el 20/01/2024.
-Isabel Serra Pfennig, La imagen de Italia en la obra de Ingeborg Bachmann, "Transfer" III: 1 (mayo 2008), pp. 9-17, en: file:///C:/Users/Personal/Downloads/203817-Text%20de%20l'article-272464-1-10-20101018.pdf. Consultada el 22/01/2024.
[Imagen inicial: best-poems.net]