domingo, 1 de mayo de 2022

Dos poemas de Olvido García Valdés

 
Acacia blanca


¿quién vive en ese árbol? ¿qué dios o qué ninfa le habría
dado su presencia? acacia es y así diría
el poema si antiguo fuese, de verde intenso y frondas
densas y redondas, no pesa y todo en él
es luz, diría, un suspendido estar de la presencia, si
fuera antiguo ese decir y un dios o ninfa le hubiera
dado aliento
                    acacia es saliendo de
la A4 a la altura de Jaén, un abril que
ya acaba y llega mayo alargando
para la estrella tardes y mañanas.

(De Confía en la gracia, Tusquets, 2020)


En este lugar es sobrio el color
de los pájaros
—tordos, gorriones y alondras—,
excepto a veces
el de la abubilla y el jilguero
o algunas lavanderas
a la orilla del río.
Bosques de cardos invaden las cunetas
este verano, enormes,
de infinitas variedades y formas.
Me gustan
los que al final del tallo
—sólo una varilla delgada
abren su botón de luz
y hacen ese ruido al secarse,
cuando al atardecer los mueve
el viento. Esa luz
y esa música. Crepitan.
En casa, en la pared,
hay dos mujeres, una se llama
Elena, tiene un lazo
en la blusa y los ojos más tristes
que conozco. La otra
se sienta al borde
de la cama en una habitación
de hotel. Ha leído
una carta que conserva en las manos,
sobre las rodillas.
Son tan distintos
el gorrión y la alondra,
pero yo amo la pureza
del silbido del tordo,
sobre todo en invierno;
están en las antenas
un poco alicaídos o barbudos
y silban en el aire
transparente. La tierra
entonces es marrón
y ni sauces ni almendros
tienen hojas.

(De ella, los pájaros, Diputación de Soria, 1994)


Como ocurre en los dos poemas seleccionados, animales y plantas recorren toda la poesía de Olvido García Valdés, galardonada en 2021 con el Premio Pablo Neruda. El primer poema pertenece a Confía en la gracia, el último poemario publicado por la autora, que recoge composiciones escritas entre 2012 y 2019, un libro que, según García Valdés, desde el mismo título, "está adscrito a ese deseo de levedad, de ligereza, de luz, de sentido". El término 'gracia' del título es para la autora difícil de definir, algo así "como lo que deseamos que ocurriera cuando estamos cayendo a un pozo". "La belleza del mundo está ahí y se percibe mucho más desde abajo", reflexiona la autora al hablar de este libro.

El segundo poema forma parte de ella, los pájaros -Premio Leonor 1993-, un poemario que se hace eco de la muerte de la madre. El primer elemento del título nos sitúa ante un sujeto femenino, y el segundo, nos remite a la naturaleza, de la que se seleccionan los pájaros, como ha señalado Marta Plaza Velasco. 

Puedes leer el poema de Olvido García Valdés "El rey Cophetua y la muchacha mendiga": AQUÍ

[Imagen inicial: arbolesymedioambiente.es]

3 comentarios:

  1. No acierto a comprender la relación entre las dos mujeres de las fotos de la pared y la naturaleza - cardos y pájaros- descritos en el segundo poema. ¡Caray! es que los poetas de la actualidad piensan que lo que ellos ven es tan evidente para el resto de los mortales...
    carlos san miguel

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    1. Está describiendo un espacio rural, en el que, además de la naturaleza, está la casa familiar, la casa de la infancia, donde hay dos retratos de mujer.

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    2. Ah, entonces, es que he querido ver más allá de lo meramente descriptivo...¡Gracias
      carlos

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