domingo, 13 de septiembre de 2015

Dos poemas de William Ospina

Foto: Camilla Akrans



                           TELÉFONO

A medianoche, en Nueva York,
ella, emergiendo de los mares del sueño,
escucha esa palabra cargada de agua azul
como otro sueño: Adriático,
y sobre un ajedrez de hierro y luna
acaso ve las naves.


                             GATO

Lejos del verbo y lejos de la idea,
fatal en los designios de su especie,
sin nada en él que ame o que desprecie
por el mundo de Euclides se pasea
el gato, lenta, sigilosamente,
simulando pensar; o salta a un lado,
por súbitos impulsos acosado,
a mi dicha o mi pena indiferente.
¿Cómo verá este trágico teatro
que es para mí temor, ventura, enojos,
él, que ni sabe que son dos sus ojos,
dos sus colores y sus patas cuatro?
                  Bajo resurrecciones y agonías,
                  él es la eternidad, yo soy los días.


             En Una sonrisa en la oscuridad, 2007


El escritor colombiano William Ospina nació en Padua, Tolima, en 1954. Hijo del cantante de folclore colombiano Luis Ospina, tras una infancia itinerante por diversas poblaciones de la cordillera, cursó estudios de derecho  y ciencias políticas en la Universidad Santiago de Cali, ciudad en la que trabajó como periodista y publicista antes de hacerlo en Bogotá. Vivió en Europa de 1979 a 1981, y viajó por Alemania, Bélgica, Italia, Grecia y España. Fue redactor del diario 'La Prensa' de Bogotá (1988-1989), colaborador en 'El Espectador',  es socio fundador de la revista literaria 'Número', y columnista de la revista 'Cromos'.  
   Poeta, novelista, ensayista y traductor, su trabajo ha sido reconocido con importantes galardones, y está considerado uno de los escritores colombianos más notables de las últimas generaciones. Ha escrito ensayos sobre Lord Byron, E. Allan Poe, Tolstoi, Dickens, Emily Dickinson o Las mil y una noches, entre otros. Como novelista, ha publicado una trilogía sobre la conquista de América formada por Ursúa (2005), El país de la canela (2008, Premio Rómulo Gallegos 2009) y La serpiente sin ojos (2012), además de la novela El año del verano que nunca llegó (2015), sobre el nacimiento de los mitos de Frankenstein y el vampiro.
   Su producción poética se recoge en Hilo  de arena (1986), La luna del dragón (1992), El país del viento (1992, Premio Nacional de Poesía), ¿Con quién habla Virginia caminando hacia el agua? (1995), las antologías En la gótica noche de Praga (2001) y Una sonrisa en la oscuridad (2007), y la recopilación  Poesía 1974-2004 (2007).

Otros poemas del autor en este blog: 

1 comentario:

  1. Eso me preguntaba yo de crío cuando mi padre se enfadaba porque los gorriones y los tordos picoteaban lechugas y robaban las cerezas: que si para ellos no había propiedad privada ni sentido de la honradez o del derecho al fruto del trabajo... ¡En qué cosas tan artificiales nos basamos los humanos jajaja
    Carlos San Miguel

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