jueves, 31 de octubre de 2024

La muerte de la persona amada



Así como aquella fue la última vez que oí hablar a Dato, a las cinco de la tarde del día siguiente fue la primera vez que vi a Natalia Manur sin su acompañante, quien, en efecto -obediente, venal, desdoblado, pero también sujeto a sus elecciones-, no nos siguió aquella tarde de nubes verdosas y anaranjadas y de mucho viento, cuando Natalia Manur y yo entramos juntos en la habitación alquilada de aquel hotel más bien sórdido porque no teníamos dónde ir en aquella ciudad que una vez había sido la ciudad de ambos. Yo cerré la puerta y, casi sin saberlo, hice llover besos sobre su rostro con callado ardor, como si tuviera prisa por llegarle al alma. Besé sus mejillas pálidas, su dura frente, sus pesados párpados, sus grandes y desvaídos labios. Y, casi sin saberlo, ella se sintió levantada por mi poderoso abrazo, como si yo hubiera lanzado una ola sobre su cabeza que la agotaría con su solo paso.

 

                                                                                              ***

Cuando mueras yo te lloraré de veras. Yo me acercaré hasta tu rostro transfigurado para besarte con desesperación los labios en un último esfuerzo, lleno de presunción y de fe, para devolverte al mundo que te habrá relegado. Yo me sentiré herido en mi propia vida, y consideraré mi historia partida en dos por ese momento tuyo definitivo. Yo cerraré tus reacios y sorprendidos ojos con mano amiga, y velaré tu cadáver emblanquecido y mutante durante toda la noche y la inútil aurora que no te habrá conocido. Yo retiraré tu almohada, yo tus sábanas humedecidas. Yo, incapaz de concebir la existencia sin tu presencia diaria, querré seguir sin dilación tus pasos al contemplarte exánime. Yo iré a visitar tu tumba, y te hablaré sin testigos en lo alto del cementerio tras haber ascendido por la pendiente y haberte mirado con amor y fatiga a través de la piedra inscrita. Yo veré anticipada en la tuya mi propia muerte, yo veré mi retrato y entonces, al reconocerme en tus facciones rígidas, dejaré de creer en la autenticidad de tu expiración por dar ésta cuerpo y verosimilitud a la mía. Pues nadie está capacitado para imaginar la muerte propia.

                                                                                                 ***


Fragmento de la novela  El hombre sentimental, Anagrama, 1986, de Javier Marías

 


 

miércoles, 30 de octubre de 2024

XVI Semana de la literatura de misterio y terror en la biblioteca del IES Goya

 


                                                                                                                
                                                                                                                                     Marily Gómez

domingo, 27 de octubre de 2024

"Yo nunca resistí las despedidas", de Raquel Lanseros


Maria Maria Acha-Kutscher, Wind, walking, waiting


En ocasión de todos los finales

Yo nunca resistí las despedidas
con su mezcla de muerte y precipicio
con el aroma amargo de la finitud
      empalagando el ánimo
con esa luz de hielo matutino
que penetra debajo de los párpados.

Yo nunca resistí las despedidas
pero no sé por qué.
Me lo pregunto porque no ha supuesto
una sorpresa súbita casi ninguna de ellas.
He solido saber
con esa exactitud de los relojes
el lugar, el momento,
la documentación y el escenario
      en que sobrevinieron.

No hay engaño. El jueves diecinueve
era un jueves sin ti. Estaba escrito
mucho antes que las lágrimas
anunciasen el fin
y todo fin es único.

Las despedidas son como el otoño
inevitables pérdidas
vienen puntuales con aviso previo.
Nadie puede acusar de su tristeza
a la pequeña hoja tiritando dormida
en medio del camino.

De repente esa hoja me recuerda
los hoteles pintados de naranja.
Son dos cosas que llegan de otra época
igual que llega la bruma de noviembre.
Traen una carga de nostalgia limpia
sin traición ni sorpresa.
Y sin embargo el alma
no logra acostumbrarse en una vida.

Yo nunca resistí las despedidas
porque en cada una de ellas se marchita la voz
de todas las personas que yo he sido
      y ya no puedo ser.

(En: raquellanseros.com)


Otros poemas de la autora en este blog:
   -"A las órdenes del viento": AQUÍ.
   -"El día que Milú inventó a Tintín": AQUÍ.
   -"Villancico remoto": AQUÍ.

***

DESPEDIDA

 

Esta entrada es una despedida. Con ella pongo fin a mis colaboraciones en El hacedor de sueños, que se han prolongado durante más de catorce años. Hoy digo adiós para dedicarme a otras tareas que he ido postergando durante este tiempo. Y aunque hubiera sido mi deseo marcharme discretamente, las relaciones forjadas en esta etapa con algunos lectores fieles me han animado a redactar estas líneas.

En ellas quiero recordar que este blog inició su actividad en enero de 2010, unos meses después de que el entonces director del IES Goya, José Antonio Ruiz Llop, me nombrara profesora encargada de la biblioteca. Casi al mismo tiempo se comenzó la formación de la actual biblioteca escolar, bautizada recientemente con el nombre de una de las alumnas más ilustres del centro: Irene Vallejo. Desde su nacimiento se quiso hacer del blog una publicación  abierta  a la participación de toda la comunidad educativa. De ahí que a lo largo de estos años hayan sido muchas las personas que de una u otra forma —seleccionando poemas, recomendando lecturas, reseñando libros o comentando actividades, aportando fotografías o ilustraciones— han ido alimentando la publicación: no solo alumnado y profesorado, sino también madres y padres de alumnos, personal no docente y miembros del club de lectura. Imposible  nombrarlos a todos aquí, pero sus colaboraciones se encuentran debidamente acreditadas en las correspondientes entradas del blog.

Hay, sin embargo, tres personas a quienes me siento obligada a citar dada la extraordinaria importancia de su labor en esta publicación. Las dos primeras son las profesoras Mercedes Ortiz Ortiz y María Pilar López Pérez. Juntas iniciamos esta aventura que representa el blog,  en la que ellas fueron mis maestras. A Mercedes le debemos el nombre y el diseño del blog, así como numerosas colaboraciones en las que ha dejado constancia del entusiasmo por  su trabajo  y de su amor contagioso por la cultura griega. A Pilar López, mujer de amplios y variados conocimientos, el haberse ocupado durante diez años del diseño y maquetación  de los “Cuadernos de biblioteca” y de numerosos boletines con información sobre novedades o lecturas recomendadas, así como de la solución de frecuentes problemas técnicos. Mercedes cesó su actividad en el blog cuando obtuvo destino en otro centro; con Pilar López hemos podido contar hasta fechas recientes siempre que hemos precisado su ayuda. La tercera persona a quien quería  referirme es al profesor Javier Aznar Aznar, que con su jubilación pone fin a diez años de eficiente administración del blog, si bien  no se desvincula por completo del mismo. En esta etapa se ha ocupado de casi todo, con diligencia y acierto: de la información sobre actividades de la biblioteca, novedades y recomendaciones de departamentos didácticos o sobre el club de lectura, además de la  publicación de reseñas y cuadernos de biblioteca. La colaboración con todos ellos ha sido sencilla y gratificante,  por lo que quiero manifestarles mi afecto y mi reconocimiento.

También deseo dar las gracias a  las tres personas que han ocupado el cargo de director o directora del IES Goya en este periodo: José Antonio Ruiz LLop, la misma María Pilar López Pérez y Ana Ínigo Simal. Gracias por creer en el proyecto y confiar en las personas que lo han desarrollado.

Pero, como cualquier publicación, esta solo adquiere sentido por sus lectores. Por eso hoy quiero expresar  mi gratitud no solo a tantas personas que han colaborado en esta publicación en sus casi quince años de existencia, sino también a todas aquellas que nos han seguido, leído y comentado para animarnos, corregirnos o discrepar. Gracias, a ese grupo de lectoras y lectores procedentes de los cinco continentes, y a ese pequeño pero selecto número de seguidores fieles. Todos ellos son la razón por la que esta publicación se ha mantenido.

Las personas pasamos, pero el blog continúa su andadura.  Convencida de que toda renovación es beneficiosa y con la certeza  de que en esta nueva etapa, que comienza bajo la administración de la profesora Marily Gómez, El hacedor de sueños ofrecerá contenidos interesantes y atractivos para los lectores, grupo del que paso a formar parte desde hoy mismo, me despido de  todos, agradeciéndoles la atención prestada.

                                                                                                                                               Josefina López Granada

jueves, 24 de octubre de 2024

"Pez volador", un relato de Eloy Tizón


Henri Matisse, Pez dorado, 1912
Museo de Bellas Artes Pushkin, Moscú



Pez volador


En casa teníamos siempre una pecera con peces de colores, dos o tres, no era gran cosa pero contribuía al ambiente; en mi familia sentíamos debilidad hacia los peces modestos, grises y maltratados del fondo de los escaparates, y así se lo hacíamos saber a todo el mundo y en casa estaban los peces. A veces de los peces procedía una tira sospechosa, como una cinta métrica amarilla interminable que les salía del vientre y ésa era la señal convenida para cambiarles el agua. Algunas mañanas, antes de ir al colegio, mis hermanas o yo notábamos de repente que faltaba un pez, dónde está el pez, cuál pez, cuál va a ser, el pez gordo con las escamas verdosas, y al llegar por la noche nuestro padre del trabajo nos reunía a todos en el salón y nos explicaba muy solícito que esa mañana al levantarse había notado al pez triste y con mala cara, enfermo en una palabra, y que lo había arrojado al río Manzanares camino de la oficina, para que el pez reviviera.

No sabíamos si creerle. A mis hermanas y a mí nos resultaba extraña la historia pero por mi parte preferí por sistema no remover el asunto, lo dejaba correr, nunca quise hacer preguntas y sigo sin querer hacerlas. Había algo lúgubre en la idea de nuestro padre en el tren camino de la oficina, de madrugada, con el pez triste metido en el bolsillo del chaleco o Dios sabía dónde, imaginar que los otros pasajeros le veían levantarse, a nuestro padre, dirigirse hacia el pasillo del vagón con una determinación tremenda, forcejear con la ventanilla cerrada hasta que ésta dejaba entrever una rendija de frío y oscuridad y nieve, y sacar del bolsillo o la cartera al palpitante pescado gordo y triste para arrojarlo desde el puente a las aguas ventosas del Manzanares. 

Dudábamos si creerle. Nos parecía increíble el destino acróbata del pez, y que luego era difícil congeniar la imagen de nuestro padre tan correcto y eficiente en su despacho realizando a escondidas aquella maniobra humillante, indigna de una persona. Sin saber por qué nos dolía pensar en nuestro padre más tarde, ya en la oficina, en pleno caos de trabajo, atareado como un orfebre encima del escritorio con su pipa y sus balances y con su olor a intemperie para sacar la casa adelante, un poco más, un esfuerzo, las mañanas de los días en que arrojaba los peces. Sin ningún motivo concreto nos parecía más solo, sin pez, sin río, sin ocio, en mangas de camisa, y tendíamos a considerarle más vulnerable las veces en que arrojaba los peces que cuando no los tocaba.

Ya no sé cuántos fueron, debieron de ser diez o doce, los peces que volaron, y a la noche siguiente nunca fallaba, aparecía en la pecera un nuevo ejemplar por sorpresa, mira qué aletas, pero qué hermosura de branquias, era casi transparente contra la luz jabonosa y flotaba como música en las paredes convexas, veremos cuánto nos dura.

Era así, un pez borraba a otro pez y una larga cadena de ensayos malogrados unían al primero y al último. Toda una melancólica colección de crías raras y enfermas fue a parar a la corriente rota del Manzanares, durante meses, nosotros solos estamos repoblando el océano, decía entonces mi padre, y luego se echaba a reír con esa risa suya que no era alegre ni triste.

Verle salir tan temprano con el pez defectuoso y verle regresar ya de noche con el pez nuevo en el portafolios, eran mitades de un mismo y único movimiento. A mis hermanas y a mí nos parecía que parte de la responsabilidad de ser padre estribaba en esa búsqueda de peces y en ese examen de peces, son débiles, no resisten, basta un cambio de temperatura para que el pez más prudente se constipe y pase las horas aletargado dando boqueadas de auxilio, es deprimente mirarlo, no hay cosa que parta más el corazón que vivir en el mismo piso con un pez hecho puré.

Cuánto debió de odiar nuestro padre aquellos amaneceres de invierno, crujientes de tanto frío, la casa a oscuras, la cocina aterida, cuando no le quedaba más remedio que ser padre y hundir la mano en el agua y palpar con insistencia hasta encontrar la silueta escurridiza y viscosa, los dedos de mi padre en la pecera, la sombra lenta y tibia de las algas artificiales rozándole los nudillos, y de qué modo debió odiar la irracionalidad del instante en que debía continuar siendo padre sin descanso todos los días y todas las horas del día, del año, a golpes de escritorio, de alga, de agalla.

Grises. Las aguas del Manzanares son grises. Y en los meses de enero y febrero de sus orillas asciende, cuando amanece, una pálida humedad como un incienso de escarcha. Las aguas del río son turbias y las ventanas de los trenes son difíciles de abrir, está prohibido abrirlas, y nuestro padre tuvo que hacer todo eso e ir en contra de la ley sólo para ser consecuente con su familia y devolver la salud al pescado y el pescado al río, convertido en un pescador al revés.

Un día quise animarle. Me levanté aún más temprano que tú, te coloqué el maletín junto al abrigo, me escuchas, papá, me caía de sueño, de amor, para hacer tiempo entré en el lavabo.

Fui a tirar de la cadena y entonces di un sobresalto: el fondo del inodoro yacía el último pez indispuesto, plano y arqueado y muerto, con una sonrisa siniestra. En un segundo se resolvió por sí mismo el misterio del Manzanares. Preferí no decir nada, la catarata arrastró el cuerpo malogrado hacia un laberinto terroso de cloacas y desagües al término del cual quizá desembocaría un fragantes caladero, vi el cuerpo muerto del pez y me despedí de mis años, un niño al borde de un váter.

Ese día por la noche nuestro padre volvió a casa de buen humor, oliendo a intemperie, con una pareja increíble, nada menos que dos capturas del trópico, no seas tonto, ven a ver qué maravilla, pero yo ya no quise ver peces, cogí manía a los peces, me desquiciaban los nervios, y cada vez que se acercaba una fiesta y alguien me preguntaba qué clase de mascota prefería esta vez de regalo, desde entonces contesté que gracias, que mejor un tiralíneas.

(VV. AA., Pequeñas resistencias. Antología del nuevo cuento español. Prólogo de José María Merino, edición y selección de Andrés Neuman, Páginas de Espuma, 2002, págs. 452-454)


Otra información sobre el autor en este blog: 
-"¿Quién no quiere ser Tizón? Algunos apuntes bio-bibliográficos sobre un pirómano de las letras", por Carlos Salvador: AQUÍ.
-"Plegaria para pirómanos y la transgresión literaria", por Carmen Romeo Pemán: AQUÍ.
 

[Imagen inicial: sigulart.com/es/blog]

domingo, 20 de octubre de 2024

"Mujer leyendo" y otro poema de Andrés Neuman




MUJER LEYENDO

Admirar es el verbo
que dice en su doblez
lo que despierta en mí tu quieta pose.
Esa misma doblez está en tus pechos
porque elevas el libro y lo sostienes
juntando bien los brazos, plegando la atención.
Me tienta imaginar el personaje 
al que estás abrazando, en qué adjetivos
prefieres detenerte. Me entretengo 
calculando la pausa, la cadencia
con que pasas las páginas: sonrío
al comprobar que eres una lectora lenta,
con rodeos de asombro o de pregunta.
Quién pudiera de ti recibir esos ojos
con el mismo deseo, con idéntica hondura.
Eres lo que hace falta. Belleza meditando.
Carne con su temblor y su sintaxis.
Ese lugar en que la inteligencia
y la sensualidad se hacen un nudo.

(De Mística abajo, Acantilado, 2008)

EL JARDINERO

Aprendí con mi abuelo a plantar árboles.

"Los sauces necesitan
más agua, Andrés, que vos,
y sus raíces
al principio no son
demasiado profundas.
A veces crecen rápido
y otras veces se estancan en la tierra,
asustados del aire."

Hoy no existe ni abuelo ni país
ni tampoco ese niño, pero queda
aquel sauce encorvado al que me digo—,
Andrés, hay que cuidar,
estas raíces frágiles,
este miedo a la altura de la vida.

(En Casa fugaz (Poesía 1998-2018)
La Bella Varsovia, 2020)


Andrés Neuman Galán (Buenos Aires, 1977) es un escritor hijo de músicos argentinos exiliados, que
Andrés Neuman (Wikipedia)
posee doble nacionalidad, argentina y española. A los catorce años se trasladó con su familia a Granada, donde realizó estudios de secundaria y desempeñó diversos oficios. Más tarde se licenció en Filología Hispánica en la universidad de esta ciudad, en la que impartió clases de literatura hispanoamericana.

Dedicado a la poesía desde sus inicios, es autor de los poemarios Métodos de la noche (1998, Premio de Poesía Joven Antonio Carvajal), Alfileres de luz (1999, Premio Federico García Lorca de poesía), El jugador de billar (2000), El tobogán (2002, XVII Premio Hiperión de poesía), La canción del antílope (2003), Mística abajo (2008), No sé por qué y Patio de locos (2013), Vivir de oído (2018), Casa fugaz (Poesía 1998-2018) (2020) e Isla con madre (2023).  

Ha publicado también las novelas Bariloche (1999), finalista del XVII Premio Herralde de novela; La vida en las ventanas (2002), finalista del Premio Primavera de novela; Una vez Argentina (2003), historia novelada de sus ancestros familiares, sus exilios y migraciones, su infancia en Argentina y el secuestro de su tía paterna durante la dictadura; El viajero del siglo (2009), XII Premio Alfaguara de Novela y Premio de la Crítica, que supuso su consagración definitiva; Hablar solos (2012) y Fractura (2018), nominada al Premio Dulce Chacón.

Es autor, así mismo, de libros de cuentos como Alumbramiento (2006) o Hacerse el muerto (2011); los aforismos de El equilibrista (2014); el diccionario satírico Barbarismos (2014); el diario de viaje por Latinoamérica Cómo viajar sin ver (2010); el tratado heterodoxo sobre el cuerpo Anatomía sensible (2019), un elogio de los cuerpos no canónicos, y los libros sobre la paternidad Umbilical (2022) y Pequeño hablante (2024).

Mención Especial del Jurado del Independent Foreing Fiction Prize 2013 y Finalista del Premio Literario Internacional IMPAC de Dublín  2014 por El viajero del siglo; Firecracker Award, concedido por la Community of Literary  Magazines and Presses y la American Booksellers Association, por la antología de relatos The Tings We Don't Do (2016). En 2007 fue incluido en la selección Bogotá-39 (los 39 escritores latinoamericanos más prometedores), y en 2010 fue seleccionado por la revista británica Granta entre Los 22 mejores narradores jóvenes en español. Su obra ha sido incluida en numerosas antologías y traducida a más de veinte idiomas.

***
En este blog puedes leer también una reseña de El viajero del siglo, escrita por la profesora Nuria Alfonso Matute: AQUÍ.

[Imagen inicial: Pinterest]

jueves, 17 de octubre de 2024

"Juegos de niñas", un microrrelato de Paz Monserrat Revillo

 

Niña jugando al escondite

Juegos de niñas

Un día, después del recreo, no la vimos más.

Cuatro décadas después, cada vez que nos juntamos, mis compañeras proponen jugar a imaginarle vidas. Como si no pudieran soportar que, mientras ellas acumulaban decepciones y kilos, Violeta siga siendo aquella niña flacucha e indomable.

Una opina que saltó el muro del patio y se fue con los feriantes. Otra recuerda que era adoptada, y describe un emotivo rapto por parte de su madre verdadera. La más novelera  dice haber reconocido su mirada desafiante en una actriz muy conocida.

Una simple mudanza, enfermedades, adicciones... distintas versiones que van hilvanando su destino sin nosotras. Historias manejables, cortadas a la medida de nuestro aburrimiento. A veces se conforman con una existencia vulgar, lejos del pueblo. Yo aparento seguirles la corriente. Alterno escenarios realistas con otros más bohemios.

Un día lo haré, pero aún soy incapaz de contar lo que ocurrió aquella mañana. El desafío. Mi culpa por gritarle, mientras me tapaba los ojos para contar hasta veinte, que la iba a pillar enseguida. Mi asombro al comprobar su inusitada destreza jugando al escondite.

Y ese buscar desesperado, insomne, atroz... que todavía continúa.

(En: estanochetecuento.com)


Paz Monserrat Revillo
Paz Monserrat Revillo (Tortosa, 1962) es bióloga de formación y trabaja como profesora de instituto. Vive en Molins de Rei (Barcelona), está casada y tiene cuatro hijos. Ha participado en la redacción de libros de texto de biología y ha escrito, en colaboración con Jordi de Manuel, 100 situacions extraordinàries a l'aula (2014).

Como autora de ficciones ha publicado el libro de relatos Hormonautas (Editorial Nazarí, 2015) y el de microrrelatos Jardinería de interior (Ediciones Enkuadre, 2019), finalista del Premio Setenil 2020. Ha participado en la antología Mar de pirañas, nuevas voces del microrrelato español (Menoscuarto, 2012). Sus relatos y microrrelatos han sido galardonados en diversos certámenes literarios e incluidos en volúmenes recopilatorios de premios, como La microbiblioteca, Esta noche te cuento, Acumán, Grupobuho, Ciudad de Getafe, Mujeres viajeras, El laurel, Caja de Ávila, El bosque y yo, entre otros, y en blogs y páginas web de ámbito literario como Axxón, La nave de los locos, Cuentos para el andén, El jinete insomne, Lectures d'ailleurs, etc.

miércoles, 16 de octubre de 2024

Visitas guiadas a la biblioteca

Durante los meses de septiembre y octubre hemos organizado una serie de visitas guiadas a las bibliotecas del centro para los alumnos de 1.º ESO.

Partimos del mural del patio donde aparecen dibujadas Irene Vallejo y María Moliner. A partir de la información que han recabado los alumnos y las alumnas por su cuenta, relacionamos a estas dos filólogas con el instituto y tratamos acerca de sus logros dentro del mundo de la escritura.


Tras este primer punto de encuentro, nos sumergimos en la biblioteca histórica “María Moliner”; allí pueden comprobar la magnitud del diccionario de la aragonesa con los ejemplares que les mostramos. Además, explicamos la procedencia de sus fondos. A los alumnos les sorprende que haya obras del siglo XVI en su instituto, así que les recordamos brevemente la historia del Goya. Tras un paseo por entre sus vitrinas para poder entender la importancia del lugar, rellenan parte de un cuestionario a fin de comprobar lo que han ido aprendiendo en la visita. Después sabrán que completarla pronto y bien lleva premio.



 Nos trasladamos al tercer espacio de la visita, a la biblioteca escolar “Irene Vallejo” con el objetivo de que entiendan cómo y cuándo pueden utilizar estas instalaciones, hacer uso del servicio de préstamo o sugerir la compra de un ejemplar. Aprovechamos además para repasar las partes del libro con El infinito en un junco, obra que nos traslada a los orígenes de la escritura. Tras recorrer los estantes de esta biblioteca y comprobar dónde se sitúan los libros según sus preferencias, terminan completando el cuestionario con la información recabada. ¡Quienes lo completen bien con rapidez recibirán un marcapáginas donde se recoge un episodio de la historia de nuestro instituto! Los minutos se nos han pasado volando y parece, según nos dicen, que se van a animar a acercarse más a este espacio que es la entrada al mundo de los libros.

                                                                   
      
¿Qué conoces de las bibliotecas de tu instituto?

Intenta completar el cuestionario como hacen los alumnos en cada visita.

1. ¿Qué estudia una persona que se dedica a la Filología?

2.     ¿Por qué se propuso María Moliner escribir un nuevo diccionario?

3.    ¿Cómo se titula la obra más importante de Irene Vallejo? ¿En qué año se publicó?

4.    ¿Qué relación tienen María Moliner e Irene Vallejo con el Instituto Goya?

 Biblioteca histórica “María Moliner”

5.    ¿De qué siglo son los libros más antiguos que se guardan aquí?

6.    ¿Por qué posee tantos libros antiguos?

Biblioteca escolar “Irene Vallejo”

7.    ¿Por qué se titula el libro más importante de Irene Vallejo __________________________?

8.    ¿Cómo se llama la parte trasera de un libro?

9.    ¿De qué color es la pegatina que llevan las novelas juveniles de aventuras en la parte baja del lomo?

10. ¿Cuál es el contenido de las novelas juveniles que llevan en el lomo una pegatina negra

11. ¿Cuántos libros puedo llevarme en préstamo? ¿Cuántos días?

12 ¿Qué puedo hacer si pasa el tiempo de préstamo y no me he terminado el libro o lo necesito para clase?

13. ¿De qué manera puedo proponer que se compre un libro en la biblioteca?

¿Cuántas respuestas conoces? Pásate por la biblioteca durante el recreo de la mañana o de la tarde si quieres saber más. Estamos para ayudarte. ¡Los libros te están esperando!

                                                                                                

                                                                                                                                              Marily Gómez

                                                                                    Encargada de la biblioteca



domingo, 13 de octubre de 2024

"Otoño" y otro poema de Rubén Martín Díaz


La Pardina del Señor, Fanlo (Huesca). (vuelaviajes.com)


Otoño

A menudo me empleo en escribir poemas
a resguardo del viento o de la lluvia.
El otoño ha llegado con un pan bajo el brazo
y la solemnidad del que busca un culpable
para justificar el ciclo indiferente de la vida.
Yo acepto el mundo tal y como viene
y recojo las migas que ese rayo de sol
arranca de las nubes y vierte en transparencia.
Apenas ya recuerdo la estela del verano
en el aire viciado de símbolos hostiles.
En mis versos se escriben los restos de una huida.

(De Fracturas, Nausícaä, 2016)

Polígono industrial

Amaneció con lluvia en el polígono;
la luz de las farolas descolgándose
en hilos infinitos,
como hojas de palmera
bajo el sol vertical del mes de agosto.
Pero no era verano, sino invierno.
Y sin duda llovía en esas calles.
El alba derramaba contra el mundo
-un mundo con sus prisas, sus atascos-
los oscuros depósitos del cielo
a la manera de las ubres duras,
rebosantes y líquidas
de una vaca vaciándose despacio
en la boca sedienta del ternero.
Me detuve en silencio a contemplar
los dones ignorados;
vi mares derrumbarse sobre mí:
mi cuerpo bajo el agua,
los ojos conmovidos de pureza.
Pensé que en el repique de la lluvia
contra el suelo de asfalto,
también contra el tejado de las fábricas,
lo vivo festejaba su existencia:
el triunfo natural de lo absoluto
sobre el marco impostado de los hombres.

(De Lírica industrial, Rialp, 2023)


Rubén Martín Díaz
Rubén Martín Díaz (Albacete, 1980) es un poeta español.  Trabaja en turno de noche como técnico de mantenimiento industrial, actividad que compagina con la creación literaria. Es autor de los libros de poemas Contemplación (2009), El minuto interior (2010, Premio Adonáis y Premio Ojo Crítico de RNE), El mirador de piedra (2012, Premio Internacional de Poesía Hermanos Argensola), Arquitectura o sueño (2015), Fracturas (2016, Premio Internacional de Poesía Barcarola), Un tigre se aleja (2021) y Lírica industrial (2023, Premio Alegría del Ayuntamiento de Santander). Ha publicado, además, el libro de relatos Azul nocturno (2016).

martes, 8 de octubre de 2024

Grupo de lectura "Leer juntos" del IES Goya - curso 24/ 25

Presentamos el plan de lecturas con el calendario de las tertulias del grupo “Leer juntos en el Goya” en su XIV edición.

Quedáis invitados todos los miembros de la comunidad educativa (alumnado, madres y padres, profesores, personal de servicios, antiguos alumnos y profesores jubilados). Los interesados debéis dirigir vuestra solicitud de participación a la dirección electrónica de la biblioteca.

11 de noviembre: Guillermo el Mariscal, de Georges Duby (1985). Alianza, 2019, 208 págs.


Héroe a la vez histórico y legendario, nacido de un modesto linaje a mediados del siglo XII, Guillermo el Mariscal (1145?-1219) fue ascendido en rango y honores a lo largo de los tres cuartos de siglo durante los cuales la aristocracia anglonormanda estuvo vinculada a Inglaterra. Esta prodigiosa monografía de Georges Duby logra una brillante y rigurosa reconstrucción del mundo de la caballería, del ritual medieval de la guerra y del sistema de valores de una sociedad que rindió especial culto a la lealtad y al heroísmo de sus hombres de armas.



16 de diciembre: Años de vida, de Marta Borraz. Xordica, 2024, 352 págs.


Vibrante y emotiva, Años de vida narra la historia de una familia aragonesa marcada por la Guerra Civil en la que el amor y la lealtad intentan triunfar por encima de todo. La autora, tras una ardua labor de documentación histórica y personal, ha trazado una apasionante narración basada en hechos y personajes reales destacando las luces y las sombras de sus antepasados más queridos y de aquellas personas que formaron parte de su entorno.




20 de enero: Tiempo para contar (Relatos y microrrelatos), de Carmen Sancho Hernández. Vivelibro, 2014, 60 págs.


Tiempo para contar es un conjunto de relatos que juegan a ser microrrelatos o microcuentos que añoran mayores dimensiones -no siempre es fácil domeñar la pluma- en ese límite mágico y difuso en el que se suceden las peripecias literarias. En donde objetos cotidianos presentan estados de ánimo, metáforas y metonimias se pelean, traviesas, por ver cuál de las dos se erige en protagonista de un breve pensamiento, y vivencias personales se entremezclan con divertidos jugueteos gramaticales. 

Contaremos con la presencia de la autora.


17 de febrero: Adoniada, de Adonis. Vaso Roto Poesía, 2011; 312 págs.

En 1943 nace la república Siria. Ese mismo año, durante la gira de celebración, el presidente, Shukri al-Quwatil, visita una pequeña aldea agrícola. Allí conoce a Alí, un joven de 13 años que le regala un poema escrito para la ocasión. Impresionado por las palabras del chico, el presidente le hace llamar al palacio presidencial, se interesa por su vida y le ofrece su ayuda. «Quiero ir a la escuela», pide Alí. «Considéralo hecho», responde el presidente.

Así, con esta historia fantástica, es como Alí Ahmad Said Esber, hoy conocido en todo el mundo como Adonis, consigue ir a la escuela; y así es como lo que su padre le había enseñado sobre literatura y escritura se convierten para siempre en su manera de entender la realidad, de cuestionar sus reglas y de plantear otras nuevas. Adoniada es el resultado de toda una vida vivida a través de la literatura y, especialmente, de la poesía.


24 de marzo: Léxico familiar, de Natalia Ginzburg (1969). Lumen, 2022, 272 págs.


Léxico familiar es la narración de los recuerdos de infancia y juventud de la gran Natalia Ginzburg, capturados en retazos de conversaciones, en frases familiares e íntimas o en las charlas que los intelectuales del Turín de los años treinta mantienen en la penumbra de los salones, mientras comienza a alzarse el fantasma del fascismo.




5 de mayo: El invencible verano de Liliana, de Cristina Rivera Garza. Random House, 2021, 304 págs.

El 16 de julio de 1990, Liliana Rivera Garza, mi hermana, fue víctima de un feminicidio. Era una muchacha de 20 años, estudiante de arquitectura. Tenía años tratando de terminar su relación con un novio de la preparatoria que insistía en no dejarla ir. Unas cuantas semanas antes de la tragedia, Liliana por fin tomó una decisión definitiva: en lo más profundo del invierno había descubierto que en ella, como bien lo había dicho Albert Camus, había un invencible verano. Lo dejaría atrás.

Hace apenas un año decidí abrir las cajas donde depositamos las pertenencias de mi hermana. Su voz atravesó el tiempo y, como la de tantas mujeres desaparecidas y ultrajadas en México, demandó justicia.


2 de junio: “Mustang in love” y otros cuentos de encrucijada, de José Miguel Guallar. Tesaria Transiciones, 2024, 272 págs.


A las personas que vivieron un tiempo en plenitud se las reconoce por el número de encrucijadas que atravesaron. La forma en que las reconocieron, los titubeos para tratar de evitarlas y el estilo de saber dejarlas atrás una vez superadas, son la sustancia de estos once cuentos.

domingo, 6 de octubre de 2024

"¿Por qué te vas tan lejos?" y otro poema de Sara Herrera Peralta




¿Por qué te vas tan lejos?,
me preguntó la abuela.
Tengo que trabajar, le dije.

Nosotros también nos fuimos,
igual nuestros hermanos:
ellos no volvieron.

Te vas tan joven y sola, decía,
serás extranjera.
Y señaló el mapa.

¿Por qué te vas tan lejos?,
repetía, con lo bien que estabas
aquí —coche, hipoteca, préstamo—.

Voy a buscar una vida grande, abuela.
Y la abuela me miró a los ojos,
acariciando mi cara con sus manos:

que el viaje no sea duro,
que el país sea una casa,
que los amigos te duren para siempre.

(De Hay una araña en mi clavícula,
La Garúa Libros, 2012)

El árbol

Lo que escribo
no tiene la longitud
de un camino.
Suele escribirse solo.
Las palabras son las migas
que alguien deja
para alimentar al pájaro,
a las ardillas,
al niño que las confunde
con una hoja.
Lo que escribo
juega en el vacío 
de una garganta hueca.
Resuena en la boca del lobo.
Existe porque está. 

Lo que escribo
sobrevivirá a la muerte,
respeta el duelo.
Lo que escribo coloca a la hoja 
frente a la charca, el agua fresca,
con su sonido
al caer el sol en una tarde de verano
mientras los niños corren.
Lo que escribo
les alimenta a ellos.
Lo que escribo es
la vida,
los dedos de esos niños
abriendo la avellana
ya en el suelo.

Lo que escribo
es lento, es corto.
Se parece a un árbol,
a ese que perdura,
que se mantiene en pie
a través de generaciones:
da sombra, alimenta, cobija,
permite el baile alrededor.

Lo que escribo pretende ser
un árbol quieto,
paciente,
frente al seísmo.

(De Un mapa cómo, La Bella Varsovia, 2022)


Sara Herrera Peralta. /Foto: Carolina Cebrino (revistadeletras.net)

Sara Herrera Peralta nació en Trebujena (Cádiz) en 1980 y vivió su infancia y adolescencia en Jerez de la Frontera. Tras residir en distintas ciudades europeas, se instaló en Cazals, un pueblo del sur de Francia donde reside actualmente. Poeta y diseñadora gráfica, ha publicado los poemarios La selva en que caí (2007), De ida y vuelta (2009), Sin cobertura (2010), Shock (2011), Mamá era Ilsa Lund al principio de todo (2012), Hay una araña en mi clavícula (2012), Quien mire hacia abajo, pierde (2013), Documentum (2014), Hombres que cantan nanas al amanecer y comen cebolla (2016), Provocatio (2017),  Caramelo culebra (2019) y Un mapa cómo (2022). 

Ha recibido el Premio de Poesía Voces Nuevas, el Premio Internacional de Poesía Joven Martín García Ramos, el Premio Ana de Valle, el Premio Carmen Conde, el XXIX Premio de Andalucía de la Crítica y y el II Premio Nacional de Poesía Ciudad de Churriana. Sus poemas han sido incluidos en numerosas antologías y en revistas de España, Francia, Italia e Hispanoamérica. Su obra ha sido parcialmente traducida al inglés, francés, portugués e italiano. Su primera novela, Arroz Montevideo (2016), fue seleccionada en la 31ª edición del Festival du premier roman de Chambéry (Francia) como una de las mejores óperas primas del año en español.

Titular de un máster en Literatura General y Comparada por la Universidad de la Sorbona, donde actualmente realiza un trabajo de investigación sobre el bordado y la escritura de Louise Bourgeois, es también titular de un MBA especializado en Comunicación y Medios por el Graduate School of Management de París, Graduada en Diseño Gráfico por el Shillington College de Londres y Diplomada en Turismo por la UNED.


[Imagen inicial: Oximesa]