ODA AL LIBRO (II)LIBRO hermoso, libro, mínimo bosque, hoja tras hoja, huele tu papel a elemento, eres matutino y nocturno, cereal, oceánico, en tus antiguas páginas cazadores de osos, fogatas cerca del Mississippi, canoas en las islas, más tarde caminos y caminos, revelaciones, pueblos insurgentes, Rimbaud como un herido pez sangriento palpitando en el lodo, y la hermosura de la fraternidad, piedra por piedra sube el castillo humano, dolores que entretejen la firmeza, acciones solidarias, libro oculto de bolsillo en bolsillo, lámpara clandestina, estrella roja. Nosotros los poetas caminantes exploramos el mundo, en cada puerta nos recibió la vida, participamos en la lucha terrestre. Cuál fue nuestra victoria? Un libro, un libro lleno de contactos humanos, de camisas, un libro sin soledad, con hombres y herramientas, un libro es la victoria. Vive y cae como todos los frutos, no sólo tiene luz, no sólo tiene sombra, se apaga, se deshoja, se pierde entre las calles, se desploma en la tierra. Libro de poesía de mañana, otra vez vuelve a tener nieve o musgo en tus páginas para que las pisadas o los ojos vayan grabando huellas: de nuevo descríbenos el mundo los manantiales entre la espesura, las altas arboledas, los planetas polares, y el hombre en los caminos, en los nuevos caminos, avanzando en la selva, en el agua, en el cielo, en la desnuda soledad marina, el hombre descubriendo los últimos secretos, el hombre regresando con un libro, el cazador de vuelta con un libro, el campesino arando con un libro. (De Odas elementales, 1954) |
¡Qué bonito homenaje el de Neruda al libro...
ResponderEliminarY observo que pese a ser un poeta social, parecía seguir teniendo un interés por, o recordaba cin cariño, aquellas lecturas primerizas que a todos nos entusiasmaron y nos hicieron amar la lectura; me refiero a los libros de aventuras que nos trasladaban a lugares exóticos como la selva o las montañas. Claro que, como el cuenta aquí, luego vino todo lo demás.
Carlos San Miguel
Aunque considero que, realmente, mi generación, la de mis padres de la posguerra y alguna otra posterior a la mía, a lo que deben el comienzo de su amor a la lectura es al tebeo... bueno , tal vez no, que el cuento ilustrado siempre fue primero.
ResponderEliminarCarlos