domingo, 1 de enero de 2023

"Viaje de los Magos" (The Journey Of The Magi), de T. S. Eliot


Gozzoli, El viaje de los Reyes Magos a Belén

 

El viaje de los Magos


     

   "Buen frío que pasamos con aquello,

exactamente el peor momento del año

para un viaje, y un viaje tan largo:

los caminos ahondados y el tiempo que mordía,

lo peor mismo del invierno.»

Y los camellos irritados, llagados en las patas, recalcitrantes,

tirándose en la nieve que se fundía.

Hubo veces que añorábamos

los palacios de verano en laderas, las terrazas,

y las muchachas sedeñas trayendo sorbetes.

Además, los camelleros maldiciendo y gruñendo

y escapándose, y queriendo sus tragos y mujeres.

Y las hogueras nocturnas apagándose, y la falta de cobijo,

y las ciudades hostiles y los pueblos poco amistosos

y las aldeas sucias y cobrando precios altos:

muy duro que lo pasamos.

Al final preferíamos viajar toda la noche,

durmiendo a trechos,

con las voces que cantaban en nuestros oídos, diciendo

que todo eso era locura.

 

   Entonces, al amanecer bajamos a un valle templado,

húmedo, bajo la línea de las nieves, oliendo a vegetación,

con un arroyo que corría y una aceña golpeando la oscuridad,

y tres árboles en el cielo bajo.

Y un viejo caballo blanco salió al galope por el prado.

Entonces llegamos a una taberna con hojas de vid sobre el dintel,

seis manos en una puerta abierta jugándose a los dados monedas de plata,

y pies dando patadas a cueros de vino vacíos.

Pero no hubo información, así que seguimos

y llegamos al anochecer, ni un momento antes de tiempo

para encontrar el sitio: fue (podría decirse) satisfactorio.

 

   Todo eso pasó hace mucho, lo recuerdo.

Y lo volvería a hacer, pero escribid

esto escribid

esto: ¿se nos llevó tan lejos a buscar

Nacimiento o Muerte? Había un Nacimiento, es cierto,

tuvimos pruebas sin duda. He visto nacimiento y muerte,

pero había creído que eran muy diferentes; este Nacimiento fue

dura y amarga angustia para nosotros, como Muerte,

nuestra muerte.

Volvimos a nuestros sitios, estos Reinos,

pero ya no más a gusto aquí, en el viejo estado de cosas,

con una gente extraña aferrándose a sus dioses.

Me alegraría de otra muerte.


De Poemas de Ariel (1932). En Poesías reunidas (1909-1962)

Versión española e introducciónde José María Valverde, 

Alianza Editorial, 1999


VERSIÓN ORIGINAL:

The Journey Of The Magi

«A cold coming we had of it,
Just the worst time of the year
For a journey, and such a long journey:
The ways deep and the weather sharp,
The very dead of winter.»
And the camels galled, sorefooted, refractory,
Lying down in the melting snow.
There were times we regretted
The summer palaces on slopes, the terraces,
And the silken girls bringing sherbet.
Then the camel men cursing and grumbling
and running away, and wanting their liquor and women,
And the night-fires going out, and the lack of shelters,
And the cities hostile and the towns unfriendly
And the villages dirty and charging high prices:
A hard time we had of it.
At the end we preferred to travel all night,
Sleeping in snatches,
With the voices singing in our ears, saying
That this was all folly.

Then at dawn we came down to a temperate valley,
Wet, below the snow line, smelling of vegetation;
With a running stream and a water-mill beating the darkness,
And three trees on the low sky,
And an old white horse galloped away in the meadow.
Then we came to a tavern with vine-leaves over the lintel,
Six hands at an open door dicing for pieces of silver,
And feet kiking the empty wine-skins.
But there was no information, and so we continued
And arriving at evening, not a moment too soon
Finding the place; it was (you might say) satisfactory.

All this was a long time ago, I remember,
And I would do it again, but set down
This set down
This: were we led all that way for
Birth or Death? There was a Birth, certainly
We had evidence and no doubt. I had seen birth and death,
But had thought they were different; this Birth was
Hard and bitter agony for us, like Death, our death.
We returned to our places, these Kingdoms,
But no longer at ease here, in the old dispensation,
With an alien people clutching their gods.
I should be glad of another death.

De The Ariel Poems (1927-1932)

 

"Viaje de los Magos" es un poema escrito por encargo. En 1927 el director de producción de la prestigiosa editorial londinense Faber and Faber pidió a escritores e ilustradores que contribuyeran con poemas y dibujos de temas navideños para una serie de folletos que se enviarían a los clientes a modo de felicitación de Navidad y se venderían al público por un módico precio. Este es el primero de los cinco poemas ("Viaje de los Reyes Magos", "Una canción para Simeón", "Animula", "Marina" y "El cultivo de los árboles de navidad") escritos por T. S. Eliot para la serie de 38 folletos  de varios autores publicada por Faber  and Faber y titulada Poemas de Ariel.

El poema, en verso libre, fue compuesto en 1927, un año importante para el estadounidense Eliot, educado en la religión católica,  porque obtuvo la ciudadanía británica y pasó a ser miembro de la iglesia anglicana. El poema trata sobre el viaje que (según Mateo, 2. 1-12) habrían realizado los tres Reyes Magos de Oriente siguiendo la estrella que los conduciría hasta Belén, donde había nacido el niño Jesús. El hablante es uno de los tres Magos que, muchos años después, narra su viaje  y el impacto que tuvo en sus vidas a un escriba ("pero escribid / esto escribid / esto") para que conserve el registro del mismo por escrito. El poema  se centra en la transformación que el viaje opera en quienes lo realizan y se divide en tres partes claramente diferenciadas que son otros tantos momentos de esa transformación. 

En la primera parte se nos habla de las penalidades del viaje y de la tentación de abandonar que acecha a los viajeros. Los cinco primeros versos, entrecomillados, son una adaptación de un sermón pronunciado por Lancelot Andrewes, arzobispo de Winchester, en 1622. La segunda parte es el final del viaje, el encuentro de lo que se buscaba, en la que sorprende* que tras una descripción minuciosa del valle, de la taberna con jugadores y de la falta de información, "se emplean tan solo dos versos para referirse al acontecimiento" que ha provocado el viaje:

El lector sabe bien,  por el título, lo que pasó entonces; pero el poema apenas nos dice nada: llegamos al anochecer, en el momento justo. Y ese suceso extraordinario, sorprendente, que inicia un tiempo nuevo (incluso funda un calendario), que habría justificado tan largo y penoso viaje, se nos describe como simplemente satisfactorio y añadiendo además un matiz de duda: "fue (podría decirse) satisfactorio". Es como si un halo de melancolía, de tristeza o desasosiego quedara flotando en el aire.

La tercera parte trata sobre el recuerdo, muchos años después, y el significado de aquel viaje que les vino impuesto ("se nos llevó tan lejos"): por qué ese Nacimiento supuso para ellos la muerte, lo que explica A. Manent:

Los Reyes Magos vuelven a su reino removidos por la presencia del Dios-Niño. El Nacimiento ha sido para ellos como una muerte. Ya no tendrán sosiego asentados en sus viejas creencias. Es la expresión poética del hombre nuevo que, según San Pablo, para existir en plenitud ha de dejar morir al hombre antiguo, al hombre viejo.

El "Nacimiento" representa la muerte de las antiguas creencias y, tras su viaje, los Magos se debaten entre dos mundos: uno muerto (aquel al que pertenecían los viajeros testigos del prodigio) y otro por nacer. En su poema "Occidente", el poeta rumano Mircea Cartarescu compara la experiencia de los Magos con la suya propia cuando en el año 1994 pudo salir de su país y viajar a Estados Unidos: se vio suspendido entre dos mundos, sin pertenecer a ninguno de ellos. 

*P. Hilario Silva, A. Crespo Massieu, R. Bravo de la Varga, F. Cañamares Leandro: Una mano tomó la otra. Poemas para construir sueños. Textos y propuestas didácticas para un marco intercultural.  Comunidad de Madrid, Consejería de Educación, 2002. En: http://www.madrid.org/bvirtual/BVCM001510.pdf

El poeta José Carlos Llop recoge en su libro Cuando acaba septiembre (2007-2011) el siguiente poema que hace referencia a la mañana del día de Reyes y a la composición de T. S. Eliot:


EL PETIRROJO

La mañana de Reyes posee la magia
de lo inaugural. Todos los años,
a primera hora, paseo por la finca
de un amigo. Todos los años,
después del paseo, leo el poema de Eliot
que evoca las penurias de los magos
en su travesía por tierras extrañas.
Éstas no lo son para mí. Cerca
de cuarenta años hace que no lo son,
pero lo serán a partir de ahora.
Otra pérdida, en fin, un capricho más
de la vida, que en esto es obsesiva
como un jugador de azar
al que nunca se le acaba el crédito
-que somos todos nosotros.
Hoy, en un alambre, se ha posado
un petirrojo y he recordado
la vieja canción de Cohen,
un estanque circular, los amores
de verano, el fragmento
de una calzada romana.
Nos hemos mirado durante un rato,
el petirrojo y yo.
Después, ha alzado el vuelo,
como para despedirse: sabía
lo que yo sé. Que era la última 
mañana de Reyes que ando
entre estos olivos y encinas;
la última que contemplo desde aquí
las palmeras del huerto donde vi
un viejo automóvil negro, atrapado
por las zarzas y los insectos y, luego,
entre las páginas de una novela mía;
la última mañana que observo
al solemne carnero color tabaco,
balando al aire azul; o que juego
con los helechos de la fuente,
como cenefas modernistas
entre mis dedos. La naturaleza
es generosa con los que saben
mirar y se admiran de aquello
que para otros es sencillo o vulgar.
Los adioses, el crepúsculo, la hora prima,
la mirada del petirrojo, incorporada
ahora a los versos de Eliot
en la mañana del seis de enero,
o el espejo que siempre hallamos,
atónitos, detrás de lo perdido.

En Mediterráneos. Poesía 2001-2021, Fundación
José Manuel Lara, 2022

2 comentarios:

  1. Me ha gustado la idea del poema pero no la traducción; sobre todo la de las últimas estrofas, que han quedado traducidas de forma tan poco coherente.
    Realmente, no parece muy ortodoxo porque parece que los Reyes lamentan la conversión a su nueva creencia, pero esa duda queda realista y humana.
    El poema, visto así, otorga trascendencia a los protagonistas de la Epifanía, que siempre parecen como unos personajes anecdóticos y fabulosos para atraer a los niños.
    No me extraña, pues, que este Llop encontrara interesante el poema.
    Carlos San Miguel

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  2. Ah, la pintura...¡magnífica y digna de Reyes, claro jejeje
    Carlos

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