domingo, 13 de marzo de 2022

"Malos tiempos para la lírica" y otro poema de Bertolt Brecht



Anciana ucraniana./ ROGER VELA


Malos tiempos para la lírica

Ya sé que sólo agrada
quien es feliz. Su voz
se escucha con gusto. Es hermoso su rostro.

El árbol deforme del patio
denuncia el terreno malo, pero 
la gente que pasa lo llama deforme
con razón.

Las barcas verdes y las velas alegres del Sund
no las veo. De todas las cosas,
sólo veo la gigantesca red del pescador.

¿Por qué sólo hablo
de que la campesina de cuarenta años anda encorvada?
Los pechos de las muchachas
son cálidos como antes.

En mi canción, una rima 
me parecería casi una insolencia.

En mí combaten
el entusiasmo por el manzano en flor
y el horror por los discursos del pintor de brocha gorda*.
Pero sólo esto último
me impulsa a escribir.

Catón de guerra alemán
         [fragmento]

EL FÜHRER OS DIRÁ: LA GUERRA

dura cuatro semanas. Cuando llegue el otoño
estaréis de vuelta. Pero
vendrá el otoño y pasará,
vendrá de nuevo y pasará muchas veces, y vosotros
no estaréis de vuelta.
El pintor de brocha gorda os dirá: las máquinas
lo harán todo por vosotros. Sólo unos pocos
tendrán que morir. Pero
moriréis a cientos de miles, nunca
se habrá visto morir a tantos hombres.
Cuando me digan que estáis en el Cabo Norte,
y en Italia, y en el Transvaal, sabré
dónde encontrar un día vuestras tumbas.

(En Poemas y canciones. Trad. de Jesús López Pacheco y
Vicente Romano. El Libro de Bolsillo, Alianza Editorial, 1973, 5ª ed.)



Bertolt Brecht. (wikipedia)
Bertolt Brecht  fue un director teatral, dramaturgo y poeta alemán. Hijo de padre católico y madre protestante, nació en Augsburgo (Baviera) en 1898, en el seno de una familia burguesa. Tras acabar el bachillerato en su ciudad natal, en 1917 inició en Munich los estudios de Medicina y Filosofía, pero tuvo que abandonarlos para hacer el servicio militar como sanitario en el hospital militar de su ciudad natal durante la Primera Guerra Mundial, experiencia traumática que lo convertiría en un pacifista convencido. En estos años escribió su primera obra teatral, Baal (1918), y conoció a la joven Paula Banholzer, madre de su primer hijo, Franz, nacido en 1919 y muerto en el frente soviético en 1943. 

En 1921 dejó la universidad sin graduarse para dedicarse a su verdadera vocación, la literatura. Entre 1922 y 1927 estuvo casado con Marianne Zoff, actriz de teatro y cantante de ópera con quien tuvo una hija, Hanne, y un hijo, Stefan. Ejerció la crítica teatral en el Volkswille, órgano oficial del Partido Socialista Alemán, hasta 1924, en que se trasladó a Berlín, donde trabajó con el director teatral Max Reinhardt en el Deutsches Theater. En la capital alemana tuvo frecuentes contactos con artistas socialistas, que influyeron en su pensamiento, y empezó a estudiar El capital, de Karl Marx. En 1928 contrajo matrimonio con Helene Wiegel, madre de su hija Bárbara. Ese mismo año se estrenó en Berlín el drama musical La ópera de los tres centavos, una ácida crítica del capitalismo que se convirtió en su principal éxito teatral.

A comienzos de 1933, con  Hitler ya en el poder, la policía interrumpió la representación de su obra La toma de medidas y los organizadores fueron acusados de alta traición. Tuvo que exiliarse y fijó su residencia en Dinamarca (1933-1939), Suecia (1939), Finlandia (1940-1941) y Estados Unidos (1941-1947), donde intentó sin éxito que sus guiones fueran aceptados por las grandes productoras cinematográficas. Durante estos años de exilio produjo algunas de sus mejores obras dramáticas, como La vida de Galileo Galilei (1938-1939, estrenada en Zúrich en 1943), Madre Coraje y sus hijos (1941) y El círculo de tiza caucasiano (1945).
Bertolt Brecht y Walter Benjamin jugando al ajedrez, Dinamarca, 1934
(Infobae)

 En 1947 fue acusado de actividades antiamericanas y el 30 de octubre fue interrogado por el Comité de Actividades Antiamericanas. Al día siguiente abandonó el país, sin esperar al estreno en Nueva York de La vida de Galileo, y marchó a Suiza, el único país al que podía viajar pues tenía prohibida la entrada en la Alemania occidental. Se estableció en Zúrich, donde permaneció un año y escribió El señor Puntilla y su criado Matti. Tres años más tarde obtuvo la nacionalidad austriaca. En 1949, tras quince años de exilio, pudo viajar, con pasaporte checo, desde Praga a la Alemania oriental. Fijó  su residencia en Berlín Este, donde dirigió el Deutsches Theater. En otoño de ese mismo año fundó con Helene, su segunda esposa, su propia compañía teatral, la  Berliner Ensemble. Fue una figura controvertida en los Países del Este, ya que su pesimismo moral chocaba con el ideal soviético y algunas de sus obras fueron rechazadas. No obstante, en 1954 fue galardonado con el Premio Lenin de la Paz. En 1956 falleció en Berlín Este.
Bertolt Brecht y Helene Wiegel, el 1 de mayo de 1954.
(lavozdegalicia.es)

Bertolt Brecht fue un dramaturgo innovador que rechazó los métodos del teatro realista tradicional y desarrolló una teoría de técnica dramática  denominada  "teatro épico", que incluía una serie de técnicas de distanciamiento (máscaras, apartes, etc.) con las que se pretendía lograr que el espectador reflexionara críticamente sobre lo que veía, evitando que se implicara emocionalmente. 

Imagen de la puesta en escena de Madre Coraje y sus hijos, en el Teatro de Bellas
Artes de Madrid con dirección de José Tamayo (1966). (CDN)
  

A lo largo de su vida escribió también varias colecciones de poemas. Los dos seleccionados pertenecen al grupo de poemas compuestos por Brecht en el exilio, entre 1933 y 1947, y que desgraciadamente siguen teniendo plena vigencia en estos momentos en que la guerra ha vuelto a ensangrentar, una vez más, el continente europeo.

*Hitler fue un pintor frustrado, rechazado por dos veces en la Academia de Artes de Viena. Se ganaba la vida vendiendo postales, como dibujante e incluso se dice que como pintor de brocha gorda (aunque esto parece más discutible).

1 comentario:

  1. El peso de la Historia; cómo naciones que tradicionalmente han estado sometidas al yugo de la dictadura de mil caras diferentes, no pueden escapar de ellas y vuelven a su dinámica. Y cada vez tiene más recursos para controlar al individuo...
    Y yo, pensando que aquella canción de la Ópera de 3 peniques era una genialidad de los Doors...
    Carlos San Miguel

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