domingo, 1 de agosto de 2021

Dos poemas de Pablo Moreno Prieto


© Epifanio Serna



El sur y la ceniza

Zaguán, dehesa, limonero, patio,
cisco, jazmín, enjambres. Cal y forja.
Alcores, huertos, adoquín y recuas.
Ropa tendida, muros, clavel, sombra,
pinos, brisa, castaño, dunas, brea,
noche oscura. Fanales, luna rota,
vega, olivar, agosto, vides. Altos
cerros, adobe, pena, luces, loma,
fuentes, racimo, tasca, verso y zéjel.
Plegaria, jueves, almenara, aroma,
bronce, torretas, vino, luto y siesta.
Todos tus nombres y hasta mí retorna
tu ancho pasado, el negligente olvido.
Y tú siempre doliendo —fuego y roca
sin yo saber que te quisiera tanto.

(De Discurso de la ceniza, Rialp, 2008)


Atardecía

Omnia mea mecum porto

Si el día se adelanta y precipita
su sombra
y ves por la ventana a los vencejos
coronando la luz en su inicial caída.
Si al corazón te asomas y es noche cerrada
cuando el café expande su aroma evocador
de otra tarde que nunca tuvo fin
porque eras feliz o al menos lo sentías,
espérate.
Levanta la cabeza,
no escribas nada. Busca paciente en la repisa
un disco —por ejemplo de Scarlatti
y detente en la música: la armonía del clave,
en su allegro y después en el adagio,
cómo te va diciendo la manera de estar
solo.
Cómo dentro de ti, sin darte cuenta,
vas llevando a la gente que alguna vez quisiste.
Y al momento congregas,
junto a la mesa de tu cuarto
a una muchedumbre.
Y al final de la quinta sonata, en el compás
que antecede al silencio, estás hablando
contigo.
Pero qué compañía la de ahora:
serenos arreboles, la luz amoratada.
Y entonces, sí, el folio preparado
y la mano dispuesta al verso que querías:
nunca estaremos solos.

(De Clara contraseña, Númeror, 2002)



Pablo Moreno Prieto

Pablo Moreno Prieto (Sevilla, 1977) es licenciado en Derecho por la Universidad Hispalense y trabaja como  profesor en un colegio de su ciudad natal. Miembro del consejo de redacción de Númenor, ha colaborado en publicaciones literarias como Renacimiento y Nadie Parecía. Poemas suyos han sido recogidos en la antología de poesía joven sevillana La búsqueda  y la espera (Kronos,2001), en Los cuarenta principales (Renacimiento, 2002) y en Andalucía poesía joven (Plurabelle, 2004). En 1999 publicó el cuaderno de poesía De alguna manera, en Númenor, donde también apareció su primer libro de poemas, Clara contraseña (accésit del Premio Luis Cernuda 2001), al que siguieron Discurso de la ceniza (2008, accésit Premio Adonáis 2007) y Lauda (2011, III Premio de poesía Fundación Ecoem).

1 comentario:

  1. Ahora habrá que incluir también en ese paisaje solar las enormes negras manchas de las placas fotovoltaicas que se expanden como la lepra para alimentar el consumismo "limpio" de Europa, cuando lo que debiéramos hacer sería no producir ni consumir tanto y volver a una economía más de subsistencia o bien planificada por el Estado o, mejor, por los poderes locales (a pesar de los burócratas y sus tics funcionarialistas)
    Pensaba que la soledad era indispensable para pensar y escribir jeje
    Carlos San Miguel

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