domingo, 25 de julio de 2021

"Princesa Leia, vestida de novia", de Federico Díaz-Granados


Princesa Leia (Carrie Fisher). Foto: Lucsfilm Ltd


Princesa Leia, vestida de novia

                       Y sé que a  la princesa
                                           Leia irán dirigidas mis últimas palabras
                                           cuando la luz se apague, y que repetiré
                                           su nombre en mi agonía, como si ella tuviese
                                           un nombre, antes de hundirme en la noche total.

                                                                    LUIS ALBERTO DE CUENCA


Te conocí en las noches de mi infancia.
Tenías 18 años y eras una sola mujer:
Leia Organa,
Senadora y Princesa de este corazón más roto y fragmentado
que tu soberana Alderaán.

Te perseguí por los viejos cines de barrio,
tuve tus posters en los muros de mi cuarto stickers en mi ventana
y repetí de memoria cada una de tus palabras.
Tú eras mía y desde entonces siempre lo has sido
Eras la primera, la única y la última de mis mujeres.

Algo de ti tiene hoy mi soledad.
Algo de tu belleza este rencor y cobardía
frente a postales de planetas con dos soles
y naves que huyen con aprendices, piratas mercenarios y viejos guerreros.

Princesa Leia, regresas vestida de novia.
Por qué ese ademán de tristeza cuando oyes la suite de la Batalla de Yavín
Por qué esos gestos si a este amor lo pronuncia un idioma que no nos pertenece
Cuántos siglos, cuántas millas y a qué velocidad viajaron tus lágrimas
para llegar a este cuerpo.
Ante cuál religión te persignas cada día,
ante qué rituales inclinas tu cabeza, pequeña princesa.

Ahora que la vejez llega con sus finos deterioros, 
a esta edad que es más lenta que la tuya.
Ahora que llega con sus polvos en las estanterías
yo deseo cantar, pequeña princesa
del mismo modo que te amo:
igual que una gota de aceite extraviada en el universo
más y más lejos de mi muerte.

Si de niño
jugaba a encontrar tesoros en el centro de la tierra
o gigantes criaturas y grandes minerales en el espacio
y pintaba mapas en cuadernos cuadriculados
Qué diré de este amor de lápices de colores y papel mantequilla
Que nunca tuvo horóscopos, canciones ni peluches.

Qué diré de ese amor que pronuncia tu nombre y dibuja tu rostro
mientras me recoges una vez más,
         como ayer, como en el cine matinal,
como en los sueños que nunca pude atrapar,
como la primera navidad o el último halloween.
Me recoges como antes y como hoy,
Leia Organa de Alderaán, 
la primera, la única y la última de mis mujeres

y siempre vestida de novia.

En Las horas olvidadas, Valparaíso, 2014  


El poeta colombiano Federico Díaz-Granados expresa en este poema un  amor adolescente  e imposible por un mito del cine, la princesa Leia, personaje de ficción de la saga Star Wars, de la que el autor es un verdadero fanático. La actriz estadounidense Carrie Fisher (1956-2016) interpretó el papel de Leia Organa en La guerra de las galaxias (1977), El imperio contraataca (1980), El retorno del Jedi (1983) y, treinta y dos años después, en El despertar de la Fuerza (2015), así como en Los últimos Jedi (2017) y El ascenso de Skywalker (2019), estrenadas póstumamente.

En el artículo "Apuntes de un fanático de La guerra de las galaxias" (El tiempo, 16 / 12/ 2015), escrito con motivo del estreno de El despertar de la Fuerza,  ha explicado lo que significó en su infancia esta saga, que para él tiene evidentes similitudes con la del rey Arturo y con la tragedia griega:
No recuerdo bien si fue en el cine Palermo o en el Royal Plaza de Bogotá donde vi por primera vez, en 1977, La guerra de las galaxias. Y la llamo así porque para los primeros fanáticos de esta saga en América Latina y España con ese nombre reconocíamos todo un universo de mitos, cartografías, religiones y batallas. 
Mi niñez tuvo una razón de ser y un matiz particular gracias a ese amor genuino por los personajes de aquel episodio. Y es que para muchos de los que fuimos niños a finales de los años 70 y comienzos de los 80 La guerra de las galaxias se convirtió en toda una religión y una fe de a puño cerrado. Mis primeros ídolos se personificaban en los juguetes de Kenner de esta saga, elaborados a mano y con gran precisión en el detalle y el color. De igual forma, el vinilo con la banda sonora de John Williams, interpretada por la Orquesta Sinfónica de Londres, se transformó en la música que definió la sensibilidad de una época y el carácter de una generación.

Y en declaraciones a la revista Arcadia (11 / 12 / 2015) confiesa que Star Wars fue el gran mito de su infancia:

Todos tenemos un mito  al que nos aferramos, y años después vine a entender que La guerra de las galaxias tenía toda la estructura mítica y literaria que tienen los grandes clásicos. Tiene la estructura de las historias griegas, el viaje del héroe, la búsqueda del héroe... También una estructura bíblica, porque hay una profecía. Hay política, democracia, un frente a los sistemas totalitarios, educación, novelas de caballería, una princesa que es rescatada y un pirata que se enamora de ella.

 
Federico Díaz-Granados. (circulodepoesia.com)

1 comentario:

  1. Y yo sin ver ninguna de esas pelis. Y el caso es que no sufro lo más mínimo...
    Carlos San Miguel

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