domingo, 8 de enero de 2023

"En una estación de metro" y otro poema de Óscar Hahn

Foto de una campaña publicitaria de METRO DE MADRID,
cartel de la exposición 'Un viaje en el tiempo'./ Público


En una estación de metro


Desventurados los que divisaron
a una muchacha en el Metro

y se enamoraron de golpe
y la siguieron enloquecidos

y la perdieron para siempre entre la multitud

Porque ellos serán condenados
a vagar sin rumbo por las estaciones

y a llorar con las canciones de amor
que los músicos ambulantes entonan en los túneles

Y quizás el amor no es más que eso:

una mujer o un hombre que desciende de un carro
en cualquier estación del Metro

y resplandece unos segundos
y se pierde en la noche sin nombre

De Versos robados, 1995

Muerte de mi madre

El Papa ha muerto
y todos los televisores del mundo
están mostrando la noticia
Ahora vemos el traslado del cuerpo
a través de los aposentos del Vaticano
Yo sé que a usted
le hubiera gustado ver todo esto mamá
y que se hubiera emocionado
y que hubiera seguido la transmisión
desde su cama

Y los restos del Papa
fueron trasladados desde la capilla
hasta la catedral de San Pedro
Pero a usted
tuvimos que bajarla hasta el sótano del edificio
en una silla de ruedas
porque el ataúd no cabía en el ascensor

En estos momentos
los mil millones de católicos
que hay en el mundo
expresan su dolor por la muerte del Papa
pero la suma de todo ese dolor
no puede compararse
con el dolor que sintieron sus hijos
cuando la levantaron de la silla de ruedas
y la pusieron en el ataúd

El hecho de que me esté dirigiendo a usted
aunque no pueda responderme
me dice que usted no está muerta
que está en alguna parte del universo
escuchándome
porque existir no puede ser algo tan pobre
como vivir metido adentro de un cuerpo
que se hace escombros que se hace cenizas

Recuerdo que cuando era niño
y tenía pesadillas con el diablo
corría a meterme en su cama
y ahora a veces tengo mucho miedo mamá
y no quiero tener más miedo
quiero que todo el universo sea como una gran cama
en la que pueda meterme cuando tenga miedo
y usted esté a mi lado aunque no pueda verla

De En un abrir y cerrar de ojos, 2006


En este blog puedes leer otro poema del autor, "Los fantasmas de Lisboa": AQUÍ.

1 comentario:

  1. ¡Encantadores! Especialmente emotivo el de la madre y el Papa (muy oportuno, tras la muerte del Papa emérito, que estás siempre pendiente de la actualidad jejeje.
    Y el primero...sí, ese es el amor ideal, inocuo y sin efectos secundarios; un Rayo de luna como el de la Leyenda de Bécquer pero mejor, porque no da tiempo a mostrar su evanescente realidad, tal cómo le ocurrió a Manrique.
    Carlos

    ResponderEliminar