Sesión del 10 de febrero de 2020
Obra comentada: Marx y la muñeca (Marx et la poupée). Traducción de Palmira Feixas. Minúscula, 2018
Autora: Maryam Madjidi
¿Quién es Maryam Madjidi?
Maryam Madjidi es una escritora franco-iraní en lengua francesa nacida en Teherán en 1980. Dejó Irán a la edad de seis años para vivir en París, primero, y después en Drancy. Sus padres eran comunistas por lo que su padre se vio obligado a exiliarse tras la revolución iraní que derrocó al Shah e instauró la República islámica. En 1986 la familia pudo reunirse en Francia. Madjidi estudió Letras en la Universidad de la Sorbona y escribió su tesis en literatura comparada sobre dos autores iraníes: el poeta Omar Khayyam (o Jayyam) y el novelista Sadegh Hedayat. Del primero dice que le ha influido en su concepción de la vida, por ser crítico con la religión y por su afán de disfrutar el presente ante la certeza de la finitud de la vida. Hoy la autora enseña francés a menores no acompañados después de haberles dado clase a estudiantes de secundaria de barrios ricos y pobres, a discapacitados físicos y psíquicos, a estudiantes chinos y turcos, y a presos. Vivió cuatro años en Pekín y dos en Estambul antes de regresar a Francia. Maryam Madjidi se presentó como independiente en las listas del Partido Comunista Francés para las elecciones europeas de mayo de 2109. Además de Marx et la poupée (2017), ha publicado Je m'appelle Maryam (210), un libro para niños.
Sobre Marx y la muñeca
Es la primera novela de Maryam Madjidi. Con ella ganó en 2017 el Premio Goncourt a la Primera Novela y el Premio Éttonnants Voyageurs, así como el Prix Soroptimist de la Romancière Francophone 2018. Ha sido traducida a catorce idiomas.
La novela se estructura en tres partes que, bajo los títulos de Primer, Segundo y Tercer Nacimiento, contienen textos cortos con recuerdos de su vida en Irán y en el exilio de París, algunos de ellos en forma de cuentos.
Si estos relatos tuvieran fecha, podrían ser un diario. Al saltar en el tiempo, se tiene la sensación de que escribe y reinventa su vida cuando, en algún momento, va a la búsqueda de sí misma, de su quién es, y reelabora su memoria acompañada de poemas de Omar Jayyam, astrónomo, astrólogo, matemático, filósofo, médico y entendido en música (1048-1132). La memoria no nos devuelve fielmente lo vivido, sino que la imaginación hace reconstruir, recrear y, a veces, inventar la vida. Necesitamos un relato de vida, saber quiénes somos, y el "quién" es lo creado, la persona realizada a través de la acción. El qué somos (la fecha, el lugar de nacimiento) nos viene dado y, por tanto, nos cosifica.
La novela se puede leer como un relato de la melancolía, de la nostalgia, de la vivencia de la pérdida de la fusión con la totalidad, que nos puede conducir a la depresión (doliéndonos por la pérdida) o a un mundo de creación a la búsqueda de ampliar la vida con el amor, la creación como ruptura de límites en la música, poesía... Estas dos actitudes las podemos ver en la madre y el padre de Maryam al llegar a su exilio en París, en sus cartas (pág. 101). La actitud de la hija es la búsqueda y, de alguna manera, en cuanto este libro puede ser una cierta autobiografía, su salida es la creación a través de la escritura.
La novela nos pone en contacto con algunas ideas relevantes para reflexionar en los momentos actuales. Una de ellas es la experiencia traumática del exilio, con la visión de dos actitudes posibles de integración: negando su origen, su cultura, o bien armonizando el origen con la nueva cultura, sin perder totalmente la identidad cultural. Otra idea expresada por la autora es la vivencia del desarraigo de ambos espacios de vida: el del origen y el de la llegada. Imposible volver a las raíces. Imposible salvarlas totalmente (pág. 202).
No falta en la novela la crítica del totalitarismo con el fanatismo impuesto por la pérdida de libertad y la tortura. Los que permanecen en Irán intentan salvarse con una vida banal vivida en la clandestinidad.
Las sombras, a modo de "realismo mágico", acompañan los recuerdos de la niña Madjidi.
La sesión de "Leer juntos", en esta ocasión con Marx y la muñeca, resultó interesante. Los lectores celebraron el grato encuentro con esta novela. La sesión se terminó con la lectura de los versos del Rubaiyat, que la autora reproduce en ambos idiomas en su novela, como homenaje a la cultura iraní cuando, al final del libro, un conductor de taxi recita un poema y le dice a Maryam: "Pues le voy a decir una cosa, señorita: lo único que hemos sabido preservar es nuestra poesía, y es lo único que se puede salvar de Irán"(pág. 202). Los participantes en la tertulia completamos este homenaje a la poesía con la lectura de otros poemas de Omar Jayyam.
La escritora Maryam Madjidi (ouest-france.fr) |
Es la primera novela de Maryam Madjidi. Con ella ganó en 2017 el Premio Goncourt a la Primera Novela y el Premio Éttonnants Voyageurs, así como el Prix Soroptimist de la Romancière Francophone 2018. Ha sido traducida a catorce idiomas.
La novela se estructura en tres partes que, bajo los títulos de Primer, Segundo y Tercer Nacimiento, contienen textos cortos con recuerdos de su vida en Irán y en el exilio de París, algunos de ellos en forma de cuentos.
Si estos relatos tuvieran fecha, podrían ser un diario. Al saltar en el tiempo, se tiene la sensación de que escribe y reinventa su vida cuando, en algún momento, va a la búsqueda de sí misma, de su quién es, y reelabora su memoria acompañada de poemas de Omar Jayyam, astrónomo, astrólogo, matemático, filósofo, médico y entendido en música (1048-1132). La memoria no nos devuelve fielmente lo vivido, sino que la imaginación hace reconstruir, recrear y, a veces, inventar la vida. Necesitamos un relato de vida, saber quiénes somos, y el "quién" es lo creado, la persona realizada a través de la acción. El qué somos (la fecha, el lugar de nacimiento) nos viene dado y, por tanto, nos cosifica.
La novela se puede leer como un relato de la melancolía, de la nostalgia, de la vivencia de la pérdida de la fusión con la totalidad, que nos puede conducir a la depresión (doliéndonos por la pérdida) o a un mundo de creación a la búsqueda de ampliar la vida con el amor, la creación como ruptura de límites en la música, poesía... Estas dos actitudes las podemos ver en la madre y el padre de Maryam al llegar a su exilio en París, en sus cartas (pág. 101). La actitud de la hija es la búsqueda y, de alguna manera, en cuanto este libro puede ser una cierta autobiografía, su salida es la creación a través de la escritura.
La novela nos pone en contacto con algunas ideas relevantes para reflexionar en los momentos actuales. Una de ellas es la experiencia traumática del exilio, con la visión de dos actitudes posibles de integración: negando su origen, su cultura, o bien armonizando el origen con la nueva cultura, sin perder totalmente la identidad cultural. Otra idea expresada por la autora es la vivencia del desarraigo de ambos espacios de vida: el del origen y el de la llegada. Imposible volver a las raíces. Imposible salvarlas totalmente (pág. 202).
La sesión de "Leer juntos", en esta ocasión con Marx y la muñeca, resultó interesante. Los lectores celebraron el grato encuentro con esta novela. La sesión se terminó con la lectura de los versos del Rubaiyat, que la autora reproduce en ambos idiomas en su novela, como homenaje a la cultura iraní cuando, al final del libro, un conductor de taxi recita un poema y le dice a Maryam: "Pues le voy a decir una cosa, señorita: lo único que hemos sabido preservar es nuestra poesía, y es lo único que se puede salvar de Irán"(pág. 202). Los participantes en la tertulia completamos este homenaje a la poesía con la lectura de otros poemas de Omar Jayyam.