domingo, 29 de octubre de 2017

"Estelas", de Mercedes Escolano

Estela funeraria del uxamense Licinio. Museo de Soria
[los viajes de cayo bracus-wordpress.com]



I

Viajero que llegas de otras tierras 
y pasas al lado de mi tumba,
detén tu litera y mira un breve instante
el mensaje que ha grabado el pedrero:
cuanto atesoré en vida quedó entre vivos,
la hierba que me cubre es toda mi riqueza.

IV

Quien lloró de amor por una mujer
llore conmigo en esta tierra ingrata.
Extranjero fui en su corazón,
extranjero lejos de mi patria.
Dos dolores para un mismo pecho.

XIV

Bajo el tambor de la batalla cayó
mi cuerpo herido y con las pompas
propias de un héroe fui enterrado.
Mas mi espíritu aguarda, despierto,
a que suene la flauta de Dioniso.

XV

Coronado de rosas y jazmines,
bajo el sol radiante de agosto,
la blancura del mármol juega
a imitar la nieve perpetua 
de tus labios. Entre el invierno
y el estío hay una estación
-la añoranza- aún más dolorosa.

XXI

Aprendí de los libros cuanto ellos
quisieron enseñarme. El resto
escrito estaba en las orillas 
del mar: flujo y reflujo constante,
sólo la muerte explica la vida.

       De Estelas, Torremozas, 1991



Estelas, 
tercer libro de Mercedes Escolano, está formado por tres partes o secciones: "Estelas", que da nombre al libro, "Soldado raso" y "Antinomia".  El término estela no hace aquí referencia al rastro que deja en el agua o en el aire un cuerpo en movimiento, sino a las estelas funerarias (monumentos normalmente monolíticos), en cuyas inscripciones  o epitafios se informaba sobre la identidad del fallecido (nombre, edad, profesión) y sobre  el familiar que se la dedicaba; en ocasiones se añadía los logros en vida del difunto o alguna frase afectuosa. Cuando las necrópolis romanas se encontraban a las afueras de las ciudades, principalmente a los lados de las vías, era inevitable que los viandantes leyeran las inscripciones, de forma que el difunto fuera recordado más allá de la muerte; por ello era normal encontrar en los epitafios alusiones a los viajeros (como en I) e incluso pedirles que rogaran "que la tierra te sea leve". La sección "Estelas" consta de cuarenta y cinco breves y hermosas composiciones que son otros tantos cantos funerarios  a la manera de las antiguas inscripciones grabadas en la piedra de las estelas. 


Sobre Estelas, reeditado en 2005 por El toro de barro, ha escrito Carlos Morales [eltorodebarro.blogspot.com.es] que  la autora "utilizó todo su poder evocador de una Roma reducida a escombros tras el paso de la muerte, para resucitar con la delicada y sobria precisión de sus versos las ambiciones, las debilidades y los sueños de los hombres y mujeres que fueron de otro tiempo, pero que en manos de su autora, nos son tan familiares que su sola evocación nos sobrecoge...".

domingo, 22 de octubre de 2017

"Elegía de otoño", de Leopoldo de Luis


Ricardo Beleña, Orillas del Darro


                     
                                   I
                
                                             (Tiempo de otoño)


Las hojas del otoño flotan sobre tu brisa
y caen en el estanque solitario del alma.
Un dolor de ser otros parece que nos pesa
como unas alas rotas.
(Acaso nunca el hombre es el mismo). Escuchamos
la voz honda del tiempo, la palabra
del tiempo que en los labios cobrizos del otoño
pone su dejo antiguo, su amarillez, y pasa.

Escuchamos el tiempo pasar: es un rebaño
invisible que pisa por la hierba mojada;
es una larga ronda de vientos tañedores
entre las flautas rojas de las ramas;

es una herida queja de líquidos metales
por fugitivos corazones de agua.
Escuchamos el tiempo y apretamos los párpados
y sentimos el tiempo en nuestras lágrimas.

El otoño que arde con su lumbre de gloria
presta a las cosas luz misteriosa y dorada;
toda la tierra tiene una triste hermosura
como una dulce evocación de infancia.

También otoño el corazón nos dora
y sus hondos paisajes nos enciende en el alma
y nos sentimos tiempo transitando, fundida
nuestra amarilla cera en las hermosas brasas.

Caminamos pisando un corazón de hojas.
Pisando lentamente una esperanza.
Y miramos al cielo. Y abatimos la frente.
Y decimos: -Mañana.


                  De Elegía en otoño, 1952
En Obra poética (1946-2003). Tomo I, Visor, 2003


Leopoldo de Luis
Leopoldo Urrutia de Luis, conocido como Leopoldo de Luis, fue un poeta y crítico español nacido en Córdoba en 1918.  Hijo del abogado republicano Alejandro Urrutia,  fue padre del también poeta, profesor y ensayista Jorge Urrutia; tío de la traductora María Teresa Gallego Urrutia, y medio hermano (por parte de padre) del escritor Francisco Umbral.

Al año de nacer, su familia se trasladó a Valladolid, donde el poeta vivió hasta los diecisiete años, cuando se trasladó a Madrid para estudiar Magisterio. En la capital se alojó en la sección de menores de la Residencia de Estudiantes. La ruina familiar le obligó a trabajar en una compañía de seguros hasta que, al estallar la Guerra Civil en 1936, se alistó en el ejército republicano y profundizó en su amistad con Miguel Hernández, a quien había conocido en 1935; también trató a León Felipe. En 1937 colaboró en Nuestra Bandera de Alicante y en La Hoja del Lunes de Madrid. Ese mismo año publicó "Romance" con el nombre de Leopoldo Urrutia, si bien su primera publicación puede considerarse Alba del hijo, editada en 1946 con el apellido materno, que adoptaría para evitar represalias de los vencedores. Terminó la guerra como capitán del estado mayor del general Escobar, en el frente de Extremadura. En la posguerra sufrió cautividad en la plaza de toros  de Ciudad Real y en el penal de  Ocaña; posteriormente pasó por los batallones de trabajadores esclavos del franquismo en el Campo de Gibraltar hasta ser liberado en 1942. Ya en Valladolid empezó a escribir  en  revistas literarias como Garcilaso y Espadaña, pero también en Cántico de Córdoba y en Revista de Occidente de Madrid. En esa época consolidó su larga amistad de cuarenta años con el poeta Vicente Aleixandre. Recuperó su trabajo en la compañía de seguros, de la que llegó a ser director. Como crítico destacó especialmente en las revistas madrileñas Ínsula y Revista española, así como en Papeles de Son Armadans de Palma de Mallorca.

Escribió más de treinta libros de poesía, de los que destacan  Teatro Real (1957), De aquí no se va nadie (1971, Premio Ausias March), Otra vez con el ala en los cristales (1976, Premio Álamo de poesía), Igual que guantes grises (1979, Premio Nacional de Literatura), Entre cañones me miro (1881, Premio Francisco de Quevedo), Generación del 98 (2000, Premio Pablo Menassa de Lucía) y Cuaderno de San Bernardo (2003, Premio Paul Beckett de poesía), con el que decidió poner fin a su labor literaria, si bien póstumamente apareció Respirar por la herida (2012). En 2003 recibió el Premio Nacional de las Letras por el conjunto de su obra, y Visor publicó su Obra completa (1946-2003). En 2004 fue nombrado Hijo Predilecto de Andalucía. Murió el 20 de noviembre de 2005.

Realizó, además, un reconocido trabajo crítico en Poesía española contemporánea. Antología (1939-1964) y Poesía social (1965, ampliada en 1969), y es autor (junto con  Jorge Urrutia) de la edición de Obras completas de Miguel Hernández (1979). Entre sus ensayos, sobresalen Antonio Machado, ejemplo y lección (1975) y Poesía aprendida: poetas españoles contemporáneos (1975).

La poesía de Leopoldo de Luis se caracteriza por su preocupación social, su conciencia del tiempo y la hondura expresiva. Su producción poética evoluciona desde una honda preocupación existencial y social hacia una aguda conciencia del tiempo y de la muerte  y una posición esencialmente humanista.  Como observa Anchor Ladoire, aunque la crítica actual tiende a relegarlo a un segundo plano dentro de la poesía social de posguerra, "su obra brilla por la preocupación técnica, el cuidado del lenguaje, la riqueza imaginaria y la sincera conmoción por el mundo que le rodea y el momento que le ha tocado vivir".

Leopoldo de Luis con su hijo, Jorge Urrutia, en 1946

[Las fotografías de Leopoldo de Luis están tomadas de isladerobinson.blogspot.com.es  e ignaciotrillo.wordpress.com, respectivamente.]

viernes, 20 de octubre de 2017

Día de la Biblioteca 2017


El 24 de octubre es el Día de la Biblioteca. En España se celebra desde 1997 por iniciativa de la Asociación de Amigos del Libro Infantil y Juvenil. La propuesta de esta celebración surgió en memoria del incendio de la biblioteca de Sarajevo en 1992, durante la guerra de los Balcanes, para trasladar a la opinión pública la importancia de las bibliotecas como lugar de encuentro de los lectores con la cultura, así como la importancia de los libros para conservar la memoria colectiva y como instrumento de mejora de la formación y la convivencia humana.

Con la celebración de este día se quiere concienciar a la sociedad de la importancia de la lectura, y agradecer la labor de  los profesionales de las bibliotecas, difundiendo la existencia de un servicio público de proximidad que contribuye a facilitar una vía de acceso al conocimiento a todos los ciudadanos.

Cada año un escritor y un ilustrador de reconocido prestigio se encargan  de la redacción del pregón y el diseño del cartel. Este año se ha contado para ello con el escritor Alejandro Palomas, ganador del Premio de Literatura Infantil y Juvenil 2016 por Un hijo, y con el ilustrador Manuel Marsol, ganador del Premio Internacional de Ilustración Feria de Bolonia-Fundación SM.


Texto del pregón: “Como Mary Poppins, pero sin volar”

Soy sobrino de bibliotecaria. Desde que tengo memoria, mi tía, que acaba de cumplir ochenta años, me ha regalado un libro el día de mi cumpleaños. Primero fue la serie de Osear, con su Kina y su láser, de la gran Carmen Kurtz; llegaron después las aventuras de Los Cinco, algunos clásicos ilustrados, la gran Nada de Carmen Laforet… La lista es larga y el disfrute ha sido mágico, porque mi tía entiende la lectura como algo que cura, que aleja al inocente de lo que agrede, y yo -y ella lo sabe- siempre he sido demasiado vulnerable a lo que daña, sea o no imaginado, sea o no real.

Mi tía se llama Nuria y desde niña sufre mucho de la vista. Aun así, trabajó durante décadas fomentando el amor por la lectura en hombres y mujeres, chicos y chicas a los que no conocía, pero cuya mirada no tardó en aprender a leer, a identificar y a descifrar. Ella decía -y a veces dice todavía- que “repartía refugio”, y se emociona al recordarlo. La he oído también confesar en algunos momentos de nuestra historia común, que no fueron fáciles y que vivimos juntos: “Decidí ser bibliotecaria porque así me aseguraba de que, por muy mal que nos fueran las cosas, aunque faltara el agua caliente o la calefacción, siempre tendríamos un libro en casa”. Ahora, quince años después de su jubilación, soy yo quien le recomienda lecturas. Leemos un libro a la vez y nos juntamos cada quince días a comer y a comentar lo leído, en lo que hemos bautizado como “El club de las 2”, porque intentamos en lo posible que coincida con el día 2 de cada mes, a las 2, y porque somos dos almas lectoras que no tienen freno. Durante estos años de club, ella me ha contado cosas, muchas cosas de su vida en la biblioteca, y desde que la oigo hablar como lo hace sobre su amor por esa vocación, que no decrece a pesar del tiempo, no puedo dejar de maravillarme y de preguntarme cómo definiría yo a una bibliotecaria -o a un bibliotecario- llegado el caso.

Hasta hace unos meses no di con la respuesta.

Fue a raíz de la publicación de Un hijo, durante una charla en un centro de enseñanza de una capital andaluza. Y fue precisamente gracias a un niño de diez años que, junto con otros 1OO, había leído la novela y quería conocer a su autor. Por motivos de espacio, el acto tuvo lugar en la biblioteca del centro, con un par de profesoras y la encargada de la biblioteca. La charla fue muy intensa, mucho más de lo que yo esperaba, y se alargó. Cuando por fin llegamos al final del turno de preguntas, un niño que estaba sentado en la primera fila levantó la mano.

-A mí lo que más me ha gustado del libro es María -dijo refiriéndose a la orientadora del centro, que es, junto con el pequeño Guille, la protagonista del libro.

Quise saber por qué. El niño, llamado Ismael, se rio un poco y luego, mirando a una de las tres mujeres que estaban junto a la puerta, dijo:

-Porque es igual que la seño Lourdes. -Una de las tres mujeres que estaban junto a la puerta se encogió un poco y negó con la cabeza, incapaz de reprimir una sonrisa. Ismael no había terminado-. Vive en la biblioteca porque si no los libros a lo mejor se van. O se mueren.

Se hizo el silencio en la biblioteca. Nadie se rio. Nadie dijo nada. Fueron segundos llenos de respiraciones contenidas, de tensión y de infancia.

-Es que es bibliotecaria -volvió a hablar Ismael. Y al ver que yo lo miraba sin saber qué decir, debió de entender que necesitaba explicarse mejor, y añadió-: O sea, como Mary Poppins, pero sin alas.

Hoy es un día especial. Celebramos el Día de las Bibliotecas y celebramos también que cientos, miles de Mary Poppins sin alas velan por los libros que las habitan para que no se mueran ni se vayan, e Ismael siga creyendo que la vida está en los libros y su reflejo fuera. Hoy es el día en que, un año más, la magia se renueva y todas las bibliotecarias y bibliotecarios del mundo se saludan con una mirada cómplice y un largo, hermoso y tierno:

“Supercalifragilísticoespialidoso”.




domingo, 15 de octubre de 2017

"Tantas ciudades a las que debimos haber ido", de Joan Margarit



TANTAS CIUDADES A LAS QUE DEBIMOS HABER IDO


Es de ciudades cultas nuestro sueño,
con música y cafés hospitalarios,
la majestad de un puerto y estaciones
de hierro y de cristal
con los trenes bruñidos por la noche
y por la lluvia, por la misma lluvia
que nos arrulla en un pequeño hotel
o desde las ventanas de un museo.
Hay lugares tranquilos al amparo
de grandes árboles, gente educada,
callada, bien vestida, librerías
donde los ojos vagan mientras cae la tarde.

Tantas ciudades a las cuales
debimos haber ido, amada mía.
La luna sale tras aquellos puentes
de hierro de los años
en los que fue cambiando nuestra ley.
Desde entonces el tiempo es una lluvia
que nos inunda como a los tejados.
Pero en la luz del patio están los templos
de mármol blanco y travertino de oro.
Y por las calles de pequeños pueblos
encontramos estucos color tierra,
fastuosos, esgrafiados por el viento.
La casa del balcón posee aún
luz de conversaciones y refugio,
y cuando de los dos quede uno solo,
tendrá por compañía a los recuerdos,
la hiedra y el ciprés hasta encontrarnos
en las ciudades de este sueño.

                      De El orden del tiempo, 1985. Versión 
de Joan Margarit


Versión original en catalán:

TANTES CIUTATS ON HAVÍEM D'ANAR

El nostre somni és fet de ciutats cultes
amb música i cafès hospitalaris,
la majestat d'un port i estacions
de ferro i vidre
amb trens brunyits pels vespres
i per  la pluia, la mateixa pluja
que ens acompanya en un petit hotel
o des de les finestres d'un museu.
Hi ha recers a l'empara de grans arbres,
gent callada, educada i ben vestida,
i les silencioses llibreries
on els ulls vaguen mentre cau la tarda.

Tantes ciutats on havíem d'anar, oh estimada.
La lluna surt damunt dels ponts de ferro
dels anys quan canvià la nostra llei.
Des de llavors el temps és una pluja
que ens ha amarat igual que una teulada.
Però en la llum del pati hem vist els temples
de marbre blanc i travertí daurat.
Hem trobat, als carrers de petit pobles,
fastuosos estucs de color terra
esgrafiats pel vent. Aquesta casa 
del balcó i de l'eixida té una llum
de conversa i refugi. De nosaltres,
el qui quedi tindrà el xiprer i les heures
per fer-li de record y companyia
fins que ens trobem a les ciutats del somni.


     De L'ordre del temps , 1984

Entradas relacionadas:

[La imagen está tomada de: www.muralesyvinilos.com]

domingo, 8 de octubre de 2017

"A las órdenes del viento", de Raquel Lanseros




 A las órdenes del viento

Para todos los que sienten que no están al mando


Me habría gustado ser discípula de Ícaro.
Hubiera sido hermoso festejar
                                       las bodas de Calixto y Melibea.
Me habría gustado ser
              un hitita ante la reina Nefertari
              el joven Werther en Río de Janeiro
              la deslumbrante dama sevillana
                                  por la que Don José rechazó a Carmen.

Yo quisiera haber sido el huerto del poeta
              con su verde árbol y su pozo blanco*
                           el inspector fiscal 
                                         con el que conversara Maiakovski.*

Me habría gustado amarte. Te lo juro.

Sólo que muchas veces la voluntad no basta.

                      De Croniria, Hiperión, 2009


El poema está plagado de referencias culturales que los lectores identificarán sin dificultad.


*Entradas relacionadas:

-Juan Ramón Jiménez:

-Maiakovski:

Otros poemas de la autora en este blog:
http://elhacedordesuenos.blogspot.com.es/2016/06/el-dia-que-milu-invento-tintin-de.html

miércoles, 4 de octubre de 2017

Grupos de lectura: curso 2017-2018





Presentamos el plan de los grupos de lectura del IES Goya para este curso. 
Los grupos de lectura están abiertos a la participación de alumnos, madres y padres, profesores y personal de servicios.






Grupo I - “Leer juntos Hoy


6 de noviembre: Campos de Níjar, de Juan Goytisolo. Galaxia Gutenberg

A finales de los años cincuenta, la región de Níjar en Almería era una de las más pobres de España. Las explotaciones mineras en manos de compañías españolas o extranjeras no habían dejado ningún poso de desarrollo económico ni social, la agricultura seguía anclada en técnicas pretéritas, la artesanía malvivía escasa de mercados y el turismo no había descubierto aún la extraordinaria belleza de la región. Juan Goytisolo viajó a los pueblos de los alrededores de Níjar y el Cabo de Gata para narrar con técnica novelística sus encuentros con un paisaje de soledades ásperas y sus habitantes, que se debatían entre la búsqueda de la supervivencia diaria y el sueño imposible de la emigración, bajo la omnipresente vigilancia de la guardia civil franquista.



11 de diciembre: Navío en aguas turbias, de Pablo Gómez Soria (ed. Dauro) y Nefelibata (Poema en 31 actos), de Fernando Vallejo Ágreda.

Los poetas zaragozanos Pablo Gómez Soria y Fernando Vallejo Ágreda nos presentarán sus respectivos poemarios publicados en este año y después se leerá y comentará una selección de poemas de cada obra.





     15    de enero: El cuento de la criada, de Margaret Atwood. Salamandra.

Amparándose en la coartada del terrorismo islámico, unos políticos teócratas se hacen con el poder y, como primera medida, suprimen la libertad de prensa y los derechos de las mujeres. Esta trama, inquietante y oscura, que bien podría encontrarse en cualquier obra actual, pertenece en realidad a esta novela escrita por Margaret Atwood a principios de los ochenta, en la que la afamada autora canadiense anticipó con llamativa premonición una amenaza latente en el mundo de hoy.




19 de febrero: Encuentro con Javier Fernández López para charlar en torno a su novela Aragón en guerra. Ed. Mira.

El año pasado se cumplieron ochenta años desde que se produjo la sublevación militar que desembocó en la Guerra Civil de 1936-1939. En esta novela se ponen de relieve los hechos principales de la lucha fratricida en toda España, pero el foco se sitúa especialmente, tal como indica su título, en Aragón, territorio que termina siendo un personaje más. Un recorrido completo por las batallas que salpicaron nuestra geografía ayudará a los no expertos a hacerse una idea de conjunto y a entender enigmas como el de Belchite, localidad tristemente célebre por la masacre allí acaecida a causa de la incompetencia de algunos mandos republicanos.



19 de marzo: Encuentro con Sergio del Molino para charlar sobre su ensayo La España vacía, Viaje por un país que nunca fue. Ed. Turner.

Un viaje histórico, biográfico y sentimental por un país deshabitado dentro de España. En solo veinte años, entre 1950 y 1970, el campo español se vació. Las consecuencias de este éxodo marcan el carácter de la España de hoy. Un ensayo emocionante y necesario sobre las raíces de un desequilibrio que hace tanto daño a la ciudad como al campo. Un viaje a los pueblos de la España vacía y un análisis de la literatura, el cine y la historia que los relata. Hay que viajar muy al norte, hasta Escandinavia, para encontrar en Europa unas densidades de población tan bajas como las de la España vacía.



    16 de abril: Regreso a Berlín, de Verna B. Carleton. Periférica & Errata Naturae

Como las viejas y buenas historias, esta fascinante novela comienza en un buque repleto de pasajeros muy distintos entre sí. Tras un largo viaje por el Caribe, lleno de complicidades, el londinense Eric Devon, su esposa Nora y una lúcida periodista estadounidense deciden viajar a un Berlín que se recupera de los desastres de la última guerra y de los perversos efectos del nazismo. Vacilante y presa de los fantasmas de otro tiempo, Eric, por fin, se enfrentará allí a su pasado, oculto durante décadas. En una ciudad devastada por la guerra, pero llena de vida, a nuestros protagonistas les espera una gran sorpresa. Nada es lo que parecía ser: Eric irá asistiendo, página a página, capítulo a capítulo, a una serie de revelaciones que lo cambiarán ya para siempre.



21 de mayo: Sumisión, de Michel Houellebecq. Anagrama.

Francia, en un futuro próximo. A las puertas de las elecciones presidenciales de 2022. Los partidos tradicionales se han hundido en las encuestas y Mohammed Ben Abbes, carismático líder de una nueva formación islamista moderada, derrota con el apoyo de los socialistas y de la derecha a la candidata del Frente Nacional en la segunda vuelta. François, un profesor universitario hastiado de la docencia y de su vida sexual, que a sus cuarenta años se había resignado a una vida aburrida pero sosegada, ve cómo la rápida transformación que sucede a la llegada del nuevo presidente al Elíseo altera la vida cotidiana de los franceses y le depara a él un inesperado futuro. Los judíos han emigrado a Israel, en las calles las mujeres han cambiado las faldas por conjuntos de blusas largas y pantalones, y algunos comercios han cerrado sus puertas o reorientado el negocio. Y la Sorbona es ahora una universidad islámica en la que los profesores conversos gozan de excelentes salarios y tienen derecho a la poligamia.



11 de junio: La vida negociable, de Luis Landero. Tusquets.

Hugo Bayo, peluquero de profesión y genio incomprendido, les cuenta a sus clientes la historia de sus muchas andanzas, desde su adolescencia en un barrio de Madrid hasta el momento actual, ya al filo de los cuarenta, en que sigue buscándole un sentido a la vida. Y así, recordará la relación tormentosa y amoral con su madre, el descubrimiento ambiguo de la amistad y del amor, sus varios oficios y proyectos, sus éxitos y sus fracasos, y su inagotable capacidad para reinventarse y para negociar ventajosamente con su pasado, con su conciencia, con su porvenir, en un intento de encontrar un lugar en el mundo que lo reconcilie finalmente consigo mismo y con los demás.



Grupo II - “Leer juntos a los clásicos


24 de octubre: Las troyanas, de Eurípides.

Considerado generalmente el más moderno de los tres grandes dramaturgos clásicos griegos, Eurípides (ca. 484-406 a.C.) se distinguió por plantear en sus obras los conflictos morales más permanentes de la condición humana. La experiencia de la guerra del Peloponeso, de la que fue testigo en el postrer tramo de su existencia, le movió, como bien testimonia Las Troyanas, a tomar una posición antibelicista que, desgraciadamente, al cabo de los siglos, no ha perdido vigencia. En efecto, aunque centrada en el amargo destino de las mujeres dependientes de los héroes vencidos en la guerra de Troya, la obra versa sobre el desastre que suponen las guerras, cualquier guerra, así como sus detestables secuelas.


21 de noviembre: Decamerón, de Giovanni Boccaccio. (Selección de diez cuentos)

Huyendo de la peste de 1348, diez jóvenes florentinos -siete mujeres y tres hombres- deciden refugiarse en la villa de uno de ellos situada en el campo. A lo largo de su ausencia de catorce días, para pasar el rato durante las calurosas horas de sobremesa deciden contarse diariamente -salvo sábado y domingo- cuentos por turno. De ello resulta una colección de cien relatos deliciosa y que reúne los más diversos aspectos de la vida humana, muchas veces con humor, otras con espanto o con un delicado guiño lascivo, mas siempre de una forma que no deja indiferente.


9 de enero: El doble, de F. Dostoievski.

Una noche, Goliadkin es expulsado de una cena en casa de su jefe a la que supuestamente había sido invitado y este hecho le produce una profunda conmoción. Al día siguiente se topa por la calle con un individuo completamente idéntico a él: el otro Señor Goliadkin. Aunque físicamente son iguales, su carácter es totalmente opuesto, ya que el falso Goliadkin es un ser alegre, seguro, triunfador y siempre rodeado de amigos. A partir de ese momento el falso Goliadkin se introducirá en la vida del verdadero como si siempre hubiera estado en ella, de la manera más normal. El señor Goliadkin se ve sometido a una dura tortura psicológica, que Dostoievski refleja con maestría mediante los desquiciados monólogos interiores del protagonista, al intentar buscar una explicación a lo sucedido durante toda la narración.


13 de febrero: El origen, de Thomas Bernhard.

El origen es una excavación en los años de adolescencia de Thomas Bernhard. Una invectiva salvaje contra el sistema educativo en general, contra el nacionalismo y el catolicismo —estas "enfermedades" que el autor sitúa en pie de igualdad como dos rituales igualmente lesivos para la dignidad humana—, y contra Salzburgo, su ciudad adoptiva y cuasinatal, una ciudad símbolo de la belleza, el arte y la cultura, pero en realidad un atroz dispositivo para el suicidio, un museo de la muerte. Se trata de un libro espeluznante en el que la palabra más frecuente quizá sea "horror": no en vano, escribir, para Bernhard, consiste en una metódica y posiblemente catártica exploración del horror. Pero es, a su vez, un libro admirablemente escrito, una muestra concluyente del virtuosismo verbal del autor. 


13 de marzo. “Teatro en la pantalla”: Esperando a Godot, de Samuel Beckett. (Teatro Estudio TVE, 1978).

Es una de las obras más representativas del teatro del absurdo, posiblemente la más reconocible del género y, sin duda, la más popular de Samuel Beckett. Es una pieza compleja, que necesita una cierta experiencia como espectador teatral y una mente abierta a la experimentación artística. En la TVE de finales de los setenta los dramáticos eran una constante en la programación y ya no tenían miedo a probar cosas nuevas, por eso el 7 de marzo de 1978 se emitió una nueva adaptación televisiva en la 2 (por entonces conocida como la UHF). Esta versión dirigida por José Osuna se incluía dentro del espacio divulgativo literario "Encuentro con las letras" que una vez al mes representaba un texto (aparentemente minoritario) bajo el epígrafe "Teatro Estudio". 


17 de abril: Homenaje a Cataluña, de George Orwell.

Es sin duda uno de los libros más importantes del siglo xx y un texto clave sobre la Guerra Civil española, ensayo general a la Segunda Guerra Mundial. Sus páginas recogen la experiencia personal de George Orwell, quien, en diciembre de 1936, llegó a una Barcelona en plena efervescencia revolucionaria y menos de un año después tuvo que huir de la implacable maquinaria soviética por su pertenencia a las milicias del POUM. La honestidad y el coraje con que Orwell narra lo que allí vio y vivió convierten a este autor en el escritor moral por excelencia, y a esta obra en un poderoso manifiesto contra las abstracciones que acaban conduciendo inevitablemente al terror.




29 de mayo: Las flores del mal, de Charles Baudelaire.

La actitud decadente y dandy de Baudelaire le sirve para establecer distancias, para intentar distinguirse, alcanzar en el aspecto más superficial aquella perfección que le caracteriza. En Las flores del mal crea un espacio que inclina al hombre hacia lo más bajo, un espacio sin horizonte, que aboca al abismo, al pecado, a la hipocresía, sin posibilidad de salir.