Andrés García Cerdán (Puenteálamo, Albacete, 1972) es doctor en Literatura por la Universidad de Murcia y profesor de la UCLM. Ha publicado los poemarios Los nombres del enemigo (1997), Los buenos tiempos (2000, Segundo Premio de Poesía 1999 Ayuntamiento de Ciudad Real), La cuarta persona del singular (2003, XVI Premio Internacional de Poesía Antonio Oliver Belmás), Curvas (2009, III Premio de Poesía Ciudad de Pamplona), Carmina (2012), La sangre (2015, III Premio Internacional de Poesía Ciudad de Almuñécar), Barbarie (2015, Premio Alegría de poesía del Ayuntamiento de Santander), Punto de no retorno (2017, I Premio de Poesía San Juan de la Cruz Academia de Juglares de Fontiveros), Defensa de las excepciones (2018, Premio de Poesía Hermanos Argensola), Grunge 1997-2022 (2022, recoge sus poemas sobre música y electricidad), Químicamente puro (2022, ganador del II Certamen de Poesía Francisco Brines) y Equipos de respiración subacuática (2023, Premio Kutxa Ciudad de Irún) . Fundador de las revistas Thader, Los deseos y La magia verde, es responsable de las antologías de poesía contemporánea El llano en llamas (2013) y El peligro y el sueño. La escuela poética de Albacete (2016). También es autor de los ensayos El árbol del lenguaje (2021, sobre la poesía de Julio Cortázar) y La mirada salvaje. Poética del espejo y el espejismo (2023), y del antiensayo La muerte del lenguaje. Para una poética de lo desconocido (2019). Colabora habitualmente en Jot Down, ABC Artes y Letras, Quimera o La Galla Ciencia. Rimbaud Company es su proyecto de poesía eléctrica. Dirige el festival Oh Poetry!
Me ha gustado el de la laguna de Horna. El que sea tan reciente, da cierta esperanza en este contexto de sequía generalizada al menos en la vertiente mediterránea que es de la que nosotros dependemos. Por cierto que hace unos días vi en El Hombre y la Tierra que en los años setenta se habían reducido mucho las poblaciones de flamencos pero que al final de la década estaban recuperándose en Doñana. Lo malo de un flamenco es su pico que echa por tierra la belleza de cisne del resto del ave. Bueno, y poéticamente, me han gustado las preguntas que se hace sobre esas aves y el interés que siempre tiene alguna persona en disfrutar de los prodigios de la Naturaleza y en enseñar a sus hijos el respeto por ella.
ResponderEliminarSupongo que el segundo poema lo escribió en algún momento de euforia. Aunque deseo lo contrario, dudo que su percepción de la vida sea la misma pasados estos años.
Carlos San Miguel