domingo, 27 de noviembre de 2022

"El ayer" y otro poema de Ángeles Mora


Playa de la Victoria, Cádiz. Foto: Josefina López


                         EL AYER

Estos días azules y este sol de la infancia

ANTONIO MACHADO

ESTOS días azules y este sol de la infancia,
que tan vivos me arañan con la melancolía
de una vieja canción.
Estos días azules, este sol desbordando
las sombras de otro tiempo,
desnudan mis heridas, haciéndolas sangrar.

Pues la mujer que soy sabe que nunca más
volverá aquel inmenso, ancho horizonte
a desplegar su luz.
Pues la mujer que soy
sabe que nunca, nunca, volverá
la fe ciega, la ingenua expectativa
de la niña que añora el porvenir.

Pero a veces ocurre en el recuerdo:
la belleza y la dicha parece que regresan
y lloran de alegría mirándome llegar.
Pero a veces ocurre que me encuentro
besando aquella ardiente rosa de mi pasión.
La vida es desafío, dolor y rabia y lucha.
Sin duda desengaño, también felicidad.

La vida, siempre, siempre,
nos lleva hacia el mañana,
mientras en el bolsillo, con cuidado,
para que no se arrugue,
guardamos el ayer.


             MI VIDA SECRETA
                 (Las chicas)


                       ¿Y por qué hablaba 
                       como si el silencio fuera un muro...?
              
                                              ALEJANDRA PIZARNIK


YO tenía un cuaderno,
tenía libros,
una habitación propia
arriba en el desván.
Solo para escribir 
lo que dentro me hería.
Solo para leer, abrir las puertas,
clavarme las aristas,
escarbar en la luz
de aquellas páginas,
desvelar sus misterios.

Tímidamente luego
fui bajando las escaleras.
Las chicas nos sabíamos
en el filo de la navaja,
solas ante el peligro.
Blanco muro de blanco
silencio, hilo envolvente
haciéndose madeja:
vivos colores,
vestidos estampados,
dulces melenas.

Y sin embargo nada pudo nunca
traicionar mi camino,
atravesar mi noche.
Los senderos son muchos,
pero el destino es uno
y corre entre peñascos y arboledas,
sin parar, como un río
donde saltan los peces
y las ondas murmuran.

Nada puede impedir al pensamiento,
esa agua subterránea,
anegar el silencio, bucear en lo oscuro
desgarrando los velos del engaño:
la conciencia no tiene marcha atrás
y el dolor va desnudo.

Así rodó mi historia
y sus cuchillas afiladas,
llevando siempre a cuestas
el peso y los afanes de mi sexo,
abriendo grietas en el muro
de los días. A golpes.
Hurtándole minutos a las horas.
A veces pienso en el porqué
de esta usura del tiempo,
cuando tanto le gusta al tiempo
fluir y derramarse sin descanso.

Así rodó mi vida
secreta,
como ruedan los libros,
los sueños, los cuadernos
manchados de palabras
robadas, letras que nos dicen
lo que somos,
lo que nos dejan ser.

(De Soñar con bicicletas,Tusquets, 2022)


Soñar con bicicletas es el primer libro publicado por Ángeles Mora tras recibir en 2016 el Premio Nacional de Poesía por Ficciones para una autobiografía. Es también su primer libro tras la muerte de su esposo, el profesor y ensayista Juan Carlos Rodríguez, acaecida en octubre de ese mismo año. Y por último, su primer poemario después de la pandemia de la Covid-19. Pero a pesar de los infortunios, el poema que da título al libro nos invita a "Buscar la luz, / no mirar por los rotos / donde el rencor oculta / su negrura infinita".

Se trata de un libro en el que se vuelven a hacer patentes las preocupaciones de la autora: el paso del tiempo, el amor, la luz que habita la poesía, los rotos que se abren en nuestra propia carne, la intensidad y la emoción del poema, el submundo que nos ahoga. La mujer toma aquí la palabra para decirse y decir la vida, esa vida que día a día se nos escapa entre los dedos "como el agua traspasa el colador", leemos en la solapa del libro.

El poemario se divide en cuatro partes (Mi vida secreta, La luz del poema, Underworld y El largo adiós), a las que precede un breve poema previo titulado "Unbalanced" (Desequilibrado). En la primera parte, la autora nos sumerge en el ámbito privado de la intimidad femenina. En la segunda, más metaliteraria, rememora a García Lorca y a María Zambrano, y rinde homenaje a Machado, Chopin o a las mujeres de la Generación del 27; mientras que en la tercera el yo poético se asoma a las pesadillas de la propia conciencia. En la última parte, dedicada a Juan Carlos Rodríguez, "El largo adiós" no es solo una referencia a su pérdida sino también un guiño a la novela de  Raymond Chandler, una de las favoritas del profesor, que la definía como "el Quijote de las novelas policiacas", como recuerda Francisco Piedra.

Soñar con bicicletas es, en definitiva,  "Palabra que se adentra en las profundidades del ser y la existencia, poniendo en evidencia nuestra cotidianidad, nuestras contradicciones", como se expresa en la solapa del libro.

martes, 22 de noviembre de 2022

'La isla del árbol perdido', de Elif Shafac

Grupo de lectura “Leer juntos” del IES Goya 
Sesión del 7 de noviembre de 2022
Autora: Elif Shafac.
Obra comentada: La isla del árbol perdido, traducida del inglés por Inmaculada C. Pérez Parra, Lumen, 2022.

 

Mis impresiones de la novela, por Ino Torres

Un libro de muy fácil y amable lectura que toca muchos temas (todos) de interés: el amor, la guerra, el exilio, las relaciones interraciales y culturales; además del tema de la memoria histórica, el reencuentro con la cultura perdida o abandonada a causa del exilio. Y, también, el tema tan actual de la preocupación por la crisis del cambio climático. Es hermosa la relación con el mundo natural, la relación con las aves, con las plantas y, sobre todo, con una higuera, eje y centro de la historia.

Me ha resultado muy hermoso y enternecedor que sea una higuera la narradora y la que nos expresa a través de monólogos todo un mundo de emociones, de sentimientos, además de lo original, “una higuera que habla”. (En realidad, si supiéramos ver y escuchar, todo lo vivo puede hablarnos y decirnos bellas palabras, si fuéramos capaces de traducir e interpretar su lenguaje). Desde mi punto de vista, los textos que crea la autora, Elif Shafac, a través de esa higuera, son los más hermosos y atractivos.

Existen autores que escriben y nos presentan obras de difícil lectura, creo que no tanto por el tema, el fondo, el contenido que nos quieren transmitir, sino por la forma oscura y enrevesada de su expresión. Yo firmo y me afirmo en aquello que nos transmitió el filósofo Ortega y Gasset: “La claridad es la cortesía del filósofo”. Creo que hasta la oscuridad se puede ver y transmitir con luz. Esta novela es, desde mi punto de vista, un libro luminoso escrito desde una profunda humanidad y amorosa percepción de la vida.

 

LA ISLA DEL ÁRBOL PERDIDO


Este libro nos sumerge en una dura y hermosa historia que trata de amores casi imposibles, de guerras civiles y conflictos por razones de etnia, religión y nación, trata de exilio e inmigración, trata de dolorosos secretos personales y familiares y de recuperación de la memoria. Pero, al mismo tiempo, envolviendo todo ello, escuchamos un mágico canto a la Naturaleza, una llamada a los seres humanos a no darle la espalda, a quebrar nuestra indiferencia -cuando no nuestro desdén- hacia ella, porque, desde la arrogancia se nos olvida a menudo la humilde condición de nuestra especie dentro de ella.

Y, como portavoz de la naturaleza, actúa a lo largo de toda la novela, siendo una de las más destacadas voces narrativas, un árbol, una higuera concretamente. Este personaje, en una suerte de realismo mágico, es testigo y narrador de todo cuanto acontece:

     a) De los amores furtivos entre Defne, una jovencita turca musulmana, y Kostas, un adolescente griego cristiano, en el convulso Chipre de los años 70.

   b) De las tensiones sociales y políticas de aquellos años, de los atentados terroristas, de la guerra civil y la partición de la isla en dos mitades, norte y sur, para separar las dos comunidades,

    c) Y también testigo de cómo, en un barrio del norte de Londres, a finales de la década de 2010, Ada, una muchacha inglesa de dieciséis años, de origen chipriota, a la que sus padres le han privado del contacto con su familia y de la visita a la isla de sus antepasados -no habla las lenguas de sus padres, solo inglés-, siente la necesidad vital de conocer sus orígenes y, a partir de un trabajo del instituto y de una visita incómoda para ella de la hermana de su madre, entrará en un proceso de indagación en el conocimiento del pasado familiar, doloroso pero necesario.

Dos escenarios -dos islas, Chipre y Gran Bretaña- y dos épocas -1974 y finales de la década de 2010- en que la higuera está presente acompañando las alegrías y las tribulaciones de los personajes principales:

     a) En la primera época, en el interior de la taberna “La Higuera feliz”, regentada por dos socios chipriotas, Yiorgos y Yusuf, pareja mixta -griego y turco- y homosexual (amor doblemente prohibido), la higuera es testigo de la diversidad de la clientela: griegos, turcos, armenios, soldados de la ONU y visitantes de paso por la isla que recalan en el local, y también de las citas clandestinas de los jóvenes enamorados Kostas y Defne. Pero, además, es cronista de los acontecimientos políticos fundamentales que ha vivido Chipre desde que vino al mundo en 1878.

     b) En la segunda época, a través de un esqueje trasplantado por Kostas, es testigo, desde un jardín en el norte de Londres, de los conflictos personales de la adolescente Ada y de los problemas de comunicación con su padre, un año después de la terrible muerte de la madre.

A lo largo de la novela, la narración en primera persona de la higuera se va alternando con un narrador en tercera, que igualmente va saltando de una localización a otra y de una época a otra, incluyendo lo que sucede tanto en Chipre como en Londres a principios de la década de 2000 y que será determinante en la recuperación de la memoria social e histórica de la isla mediterránea y de la memoria familiar de la joven británica de origen chipriota.

Aunque pueda parecer compleja esta urdimbre narrativa, es admirable la maestría con que la autora teje un hermoso relato cuya lectura no nos resulta nada complicada sino más bien muy placentera, especialmente por la belleza de su prosa.

Otro valor destacable es la capacidad de la autora de sintetizar, asimilar y plasmar toda una ancestral cultura del Mediterráneo oriental que abarca desde la mitología, pasando por la impronta del cristianismo y el conocimiento de la Biblia, hasta saberes más terrenales como la gastronomía. La tradición culinaria, por ejemplo, se refleja en la preparación de comidas turcas por parte de la tía Meryem, lo que constituye un interesante ingrediente costumbrista de la obra. La mitología griega, por su parte, lo impregna todo; por citar dos muestras: Defne educa a su hija con los mitos de Afrodita y otros dioses del Olimpo, y ya en las últimas páginas de la obra, ella misma, después de haber dejado este mundo, nos habla como narradora a través de la higuera porque, según nos explica, se ha transmutado en árbol para seguir aferrada al amor, dando así un giro completo al conocido mito divulgado en Las Metamorfosis de Ovidio, en el que, a la inversa, Daphne se transformó en laurel para evitar a Apolo.

La propia higuera utiliza el mito bíblico del pecado original para darnos su propia versión reivindicándose un papel protagonista:

            Ya iba siendo hora de que alguien corrigiese ese grave malentendido. Adán y Eva se rindieron al encanto de un higo, la fruta de la tentación, el deseo y la pasión, no al de una manzana crujiente. […] compartieron un higo tierno, maduro, deliciosamente atrayente, aromático, lo abrieron justo por la mitad y, mientras la carnosa y opulenta dulzura se disolvía en sus lenguas, empezaron a ver el universo que los rodeaba bajo una luz completamente nueva, porque eso es lo que les sucede a los que alcanzan el conocimiento y la sabiduría” (pág. 47).

La higuera, un árbol mediterráneo que tendrá que adaptarse a otro clima, se asocia en la novela a la isla de Chipre, pero también a los días felices de la juventud, a la taberna, un espacio de alegría y tolerancia, que cobija el naciente amor de Defne y Kostas. En definitiva, al paraíso de donde la pareja se ha visto expulsada. [Josefina López]

Son numerosos los paralelismos que se advierten en la obra entre el mundo de los árboles y el mundo de los humanos, que van desde lo temático hasta lo estructural, y que nos hablan de nuestra íntima relación con la Naturaleza. Así, una de las enseñanzas que Kostas transmite a su hija (de “sabiduría popular”, podríamos decir), consiste en que puede conocer el carácter de una persona si se fija en cómo esta mira a un árbol: si pone atención en primer lugar en el tronco, es una persona de orden, que valora la seguridad y las normas; si lo hace con las ramas, anhela el cambio y la sensación de libertad; y si lo hace con las raíces, es que tiene apego emocional a su herencia, su identidad y sus tradiciones.

Pero el paralelismo es mucho más profundo. De hecho, deberíamos hablar más bien de simbolismo: ya la dedicatoria de la novela nos avisa del significado que van a tener los árboles en relación a uno de los temas fundamentales: “A los inmigrantes y exiliados de todas partes, a los desarraigados, a los vueltos a arraigar, a los sin raíces y a los árboles que dejamos atrás, enraizados en nuestros recuerdos”. La higuera, trasplantada a Inglaterra, simboliza a todas las personas que han tenido que echar raíces en otra tierra para sobrevivir. Como a ellas, la embarga la nostalgia de su tierra: “hui de aquella tierra […] pero no pasa un solo día en que no anhele volver. A casa. A la tierra natal.” (pág. 11); “Soy proclive a la melancolía, soy una planta inmigrante, llevo conmigo la sombra de otra tierra.” (pág. 235). El personaje de Defne es de los que definitivamente no consiguen arraigar. Dominada por la tristeza, no sobrevive. Su hija cree que ha heredado también esa tristeza. [Josefina].

La novela se estructura de manera externa en seis partes: la primera se titula “Cómo enterrar un árbol”; le suceden “Raíces”, “Tronco”, “Ramas, etc. hasta concluir con la titulada “Cómo desenterrar un árbol”. En el primer sentido, se nos cuenta al principio la labor que lleva a cabo Kostas de proteger la higuera enterrándola en su jardín durante el invierno y, en la última parte, se nos detalla el desenterramiento del árbol cuando, con la llegada de la primavera, puede volver a la superficie sin sufrir las inclemencias invernales del clima británico. A la par, vamos conociendo al principio de la obra “las raíces” familiares de la muchacha inglesa que se le han ocultado, el pasado de heridas familiares que se le “ha enterrado” y el trauma por no haber resuelto tantos enigmas, acentuado con el de la muerte de su madre y exteriorizado en un angustioso e involuntario grito en la última clase del instituto antes de las vacaciones de Navidad, hasta que, al final de la novela, el desenterramiento de la higuera coincide con el conocimiento por parte de Ada de su historia, la de sus padres y la de la isla de sus antepasados, y la reconciliación con su familia y consigo misma. En el medio, el exilio de su padre a Inglaterra conllevó el trasplante o el injerto del árbol en un nuevo jardín, en un nuevo país al que ambos tuvieron que adaptarse. Ada, hija de inmigrantes pero nacida ya en Londres, representa una nueva generación que, al menos en su caso, ha superado viejos conflictos y anhela visitar la isla de sus antepasados para sentirse isleña, sin más adjetivos (a pesar de que social y políticamente el problema de convivencia sigue enquistado en Chipre).

Como bien señaló Josefina en la tertulia, el título “La isla del árbol perdido” hace referencia a Chipre (el original en inglés, The Island of Missing Trees, ¿evoca los seres humanos allí desaparecidos por la violencia?), porque también es una novela sobre Chipre, sobre una parte de su historia, que culmina con el trauma de la división en dos comunidades. A lo largo del relato seguimos, en ese vaivén de saltos temporales a que nos llevan los narradores,  las peripecias y los recorridos emocionales de los personajes y a la vez el acontecer histórico de la isla en tres épocas: 1974 (y seis años atrás, incluso se remonta hasta 1956, con el Noviembre Negro), los comienzos de la década de 2000 y los finales de la de 2010.

En relación con este aspecto de la novela, agradecemos la esclarecedora introducción histórica con que inició la tertulia nuestra compañera Concha Gaudó. Una vez más la pluralidad de perspectivas con que se abordó la obra leída fue sumamente enriquecedora para todos los asistentes.

Javier Aznar




domingo, 20 de noviembre de 2022

Dos poemas de 'La belleza del marido', de Anne Carson


     
La escritora Anne Carson. (rtve.es)


II. PERO UNA DEDICATORIA SOLO ES
AFORTUNADA SI SE REALIZA EN PRESENCIA
DE TESTIGOS. ES ESENCIALMENTE UNA
PÚBLICA RENDICIÓN COMO LA DE
 ESTANDARTES EN UNA BATALLA


Sabes que hace años estuve casada y cuando se fue mi marido 
    se llevó mis libretas.
Libretas con espiral.
Ya sabes ese frío y ladino verbo escribir. Le gustaba 
     escribir, no le gustaba tener que empezar
él mismo cada pensamiento.
Utilizaba mis comienzos con varios propósitos, por 
    ejemplo en un bolsillo encontré una carta que había
    empezado
(a su amante de aquel momento)
que contenía una frase que yo había copiado de Homero:
    ΄εντροπαλιζομένη, es como cuenta Homero 
que Andrómaca se fue
cuando se separó de Héctor: "mirando a menudo hacia
    atrás"
bajó
de la torre de Troya y se fue a través de la  calles 
    empedradas hasta la casa de su leal 
marido y ahí
con sus mujeres entonó un lamento por un hombre con 
    vida en su propia morada.
Leal a nada
mi marido. ¿Entonces por qué le amé desde la temprana 
    adolescencia hasta entrada la madurez
y la sentencia de divorcio llegó por correo?
La belleza. No tiene mucho secreto. No me da vergüenza 
    decir que le amé por su belleza.
Como volvería a hacerlo
si se acercara. La belleza convence. Ya sabes que la
    belleza hace posible el sexo.

La belleza hace el sexo sexo.
Tú lo entiendes mejor que nadie... silencio, pasemos

a las situaciones naturales.
Otras especies, que no son venenosas, a menudo tienen
    coloraciones y estampados
parecidos a las especies venenosas.
Esta imitación de una venenosa por otra especie que no
    lo es se llama mimetismo.
Mi marido no era mimético.
Hablarás sin duda de los juegos de guerra. Me oíste
    quejarme a menudo
cuando estaban aquí toda la noche 
con los tableros tirados y tapetes y lucecitas y cigarrillos
    como la tienda de Napoleón,
supongo, ¿quién podía dormir? Después de todo mi
    marido era un hombre que sabía más
acerca de la batalla de Borodino
que sobre el cuerpo de su propia mujer, mucho más. La
    tensión se derramaba por las paredes
y el techo,
a veces jugaban desde el viernes por la noche  hasta la 
    mañana del lunes sin parar,
él y sus pálidos  y furiosos amigos.
Sudaban mucho. Comían carne de los países en los que
    jugaban.
Los celos
no eran precisamente una pequeña parte  de mi relación 
     con la batalla de Borodino.
Lo odio.
¿Ah, sí?
Por qué jugar toda la noche.
Es en  tiempo real.
Es un juego
Es un juego real.
Es eso una cita.
Ven aquí.
No.
Necesito tocarte.
No.
Sí.

Aquella noche hicimos el amor "de manera real", cosa
    que no habíamos intentado
aunque lleváramos seis meses casados.
Gran misterio. Ninguno de los dos sabía dónde poner la 
    pierna y hasta hoy aún no sé
si lo hicimos bien.
Parecía feliz. Eres como Venecia dijo encantador.
A la mañana siguiente temprano
escribí  una breve conferencia ("Sobre la desfloración")  
    que me robó y publicó
en una pequeña revista trimestral.
Por encima de todo esa era una característica  interacción
    entre nosotros.
O debería decir ideal.
Ninguno de los dos había estado nunca en Venecia.


XI. HAZ TUS DIVISIONES DE ACUERDO CON
LAS ARTICULACIONES NATURALES DE LA
FORMA LE DIJO SÓCRATES A FEDRO CUANDO
ESTABAN DISECCIONANDO UN DISCURSO
SOBRE EL AMOR


Por qué la naturaleza me entregó esta criatura; no digáis
    que lo elegí
sino que me aventuré:
por cierta pura gravedad de la propia existencia,
¡una conspiración del ser!
Éramos quince.
Era en clase de latín, primavera tardía, al final de la
    tarde, perifrástica pasiva,
por alguna razón me giré en mi sitio
y ahí estaba él.
Ya sabes dicen que un carnicero zen hace un solo corte
    preciso y el buey entero se derrumba
como un puzle. Sí un tópico
y no pido perdón porque como digo yo no tuve la culpa,
    estaba sin escudo
cara a cara con la existencia
y la existencia depende de la belleza.
Al final.
La existencia no parará
hasta que alcance la belleza y entonces ahí seguirá con
    todas las consecuencias hasta el final.
Inútil interponer análisis
o hacer sugerencias contrafácticas.
Quid enim futurum fuit si... Qué hubiera ocurrido si, etc.
La voz del profesor de latín
subía y bajaba en suaves oleadas. Una perifrástica pasiva

puede ocupar el lugar del imperfecto o del subjuntivo
    pluscuamperfecto
en una situación contraria a los hechos.
Adeo parata seditio fuit
ut Othonem rapturi fuerint, ni incerta noctis timuissent.
Tan avanzada estaba la conspiración
que hubieran podido capturar a Otón si no hubieran 
    temido los peligros de la noche.
¡Por qué conservo
esta frase en la memoria
como si hubieran pasado tres horas y no treinta años!
Sin escudo aún, de noche ya.
Cuánta razón tenían de temer sus peligros.

De La belleza del marido. Trad. de Andreu Jaume. 
Lumen, Barcelona, 2019

 La belleza del marido ('The Beauty of the Husband: A Fictional Essay in 29 Tangos', 2001), le valió a la escritora canadiense Anne Carson -Premio Princesa de Asturias de las Letras 2020- el Premio T.S. Eliot. Fue el primer libro de esta autora publicado en España, traducido por Ana Becciu y editado por Lumen, sello que en 2019 lo reeditó con una nueva traducción y un clarificador prólogo de Andreu Jaume. Subtitulado "un ensayo narrativo en 29 tangos",  este libro, en el que se aprecia la característica mezcla de géneros de Carson, resulta inclasificable pues, como  explica Andreu Jaume en el prólogo, "a la dimensión crítica se añade un elemento narrativo que se diluye en una alusión popular y musical como es el tango". Es un ensayo sobre la idea de Keats, procedente de la "Oda a una urna griega", de que la belleza es verdad y también  la historia de un matrimonio contada en 29 tangos ya que, según se indica en la contraportada, "Un tango (como el matrimonio) es algo que hay que bailar hasta el final". A lo largo de estos 29 tangos, otras tantas escenas con saltos en el tiempo, Anne Carson nos introduce en la historia íntima de un matrimonio que se desmorona, sobre la que observa Andreu Jaume:

Toda la historia se construye a través de un espacio de intimidad en la que la voz de ella resuena en la ausencia de él, pasando del detalle episódico a la meditación moral, apoyándose a menudo en referencias literarias y filosóficas, siempre muy precisas y perfectamente engastadas en la corriente de emoción que atraviesa los poemas. Pero más que el matrimonio, el asunto que se explora en el libro es el deseo, el deseo como movimiento, indeseable en sí mismo.

Respecto al tópico de Keats de que "La belleza es verdad y la verdad, belleza", observa Andreu Jaume que la rotundidad del mismo es puesta en duda por las citas del autor que Carson intercala al principio de cada poema, citas de obras menores, cartas o notas, y por el hecho de que el verso del tópico proceda de su "Oda a una urna griega", un objeto que representa un ideal perdido de perfección, con lo que parece decirnos que la verdad de esa belleza ha muerto.

jueves, 17 de noviembre de 2022

XIV Semana de la literatura de misterio y terror

Por segundo año consecutivo, la Semana de la literatura de misterio y terror ha estado dedicada a las leyendas -en esta ocasión específicamente aragonesas- sobre “ánimas y almetas”Ya dimos cuenta, en la reseña del año pasado, de las tradiciones regionales y nacionales en torno a la celebración de Todos los Santos y la Noche de difuntos que habíamos difundido entre el alumnado, el cual suele en gran medida desconocer, a diferencia del expandido Halloween. En esta ocasión hemos ahondado en los relatos de tradición oral que, desde todos los rincones de Aragón, nos llegan sobre apariciones, almas en pena y espíritus llegados del más allá para aconsejarnos o, en el peor de los casos, para atormentarnos. Almetas se les llama en Aragón a los espíritus descarnados de difuntos que no han podido llegar al cielo ni tampoco al infierno, y que pueden tomar forma de espectros o, en otras ocasiones, de orbes luminosos, denominándose en este caso lumbretas -nuestra “santa compaña”- vistas de noche en los más inhóspitos parajes aragoneses. Pero tampoco han faltado en nuestro repertorio divertidos relatos populares de “fantasmas” que a la postre resultaron pertenecer a este mundo y no al otro.


Leyendas como la de la Muerte en la despoblada aldea de Rocafort (La Litera), la de almas en pena en el castillo de Bueña (comarca del Jiloca), la de los fantasmas de Lécera, Letux y Lagata (campo de Belchite), la batalla espectral en el barranco de Monroyo (Matarraña), la del abad de Alquézar, la del fantasma de Sariñena o las diversas historias legendarias vinculadas a la Aljafería de Zaragoza fueron narradas por los profesores de Lengua y literatura y escuchadas atentamente por los estudiantes de ESO en nuestra biblioteca histórica, que había sido oportunamente decorada por los alumnos y alumnas de 3ºE. De este modo, recuperamos, tras dos años de obligada interrupción, el mejor escenario del instituto para escuchar las inquietantes leyendas.





domingo, 13 de noviembre de 2022

"Huelen las rosas", de Leopoldo de Luis


Joaquín Sorolla, Rosas del jardín de casa, 1919


HUELEN LAS ROSAS

Sobre la mesa han puesto un barro humilde
con unas rosas que lo justifican
igual que justifica el hombre
un claro destello, una esperanza, una sonrisa.
Huelen las rosas, y sentir su aroma
también es dar constancia de la vida,
es percibir la realidad que llega
en su increíble y breve maravilla,
huelen las rosas, qué delgado mundo
de fragancia nos deja su caricia,
qué prodigioso mecanismo se hace necesario
hasta dar con esa mina sutil de olor,
cuántos secretos reinos botánicos,
qué incógnitas provincias de vegetal acción,
desde la tierra suben elaboradas, resumidas,
adelgazadas hasta lo indecible
para ser un milagro entre la brisa de la mañana,
un invisible copo de aroma hacia la tarde,
un terciopelo de perfume solar al mediodía.

Trabajaron obreros diminutos y subterráneos
por las galerías donde la gota de agua
y las sustancias germinales se alían.
La nieve puso un dedo entre los labios,
el viento golpeó las ramas niñas,
deshilvanó la lluvia sus collares, y entre tanto,
en la arcilla, porosa y maternal,
manos minúsculas manipulaban
ciegas en la alquimia del delgado perfume de las rosas,
para que al fin se derramara un día
desde esta mesa en la que he puesto un barro humilde,
y nos regale su delicia. ¿Por qué? ¿Por qué?
¿Las hemos merecido?
¿Merecemos que sea así la vida tan hermosa y fragante,
que penetre por los sentidos su verdad sencilla
tan misteriosa y generosamente?
Algo hay que nos responde por las rosas,
una respuesta de perfume, escrita en el aire,
las cosas que manejan nuestras manos
¿por qué han de ser distintas de los rosales?
Con amor ¿por qué no son también aroma concedida?
Vivir no es más difícil que un rosal,
lo que anula su aroma es la injusticia.

De Con los cinco sentidos, Javalambre,1970

-Otro poema de Leopoldo de Luis, "Elegía de otoño": AQUÍ.

jueves, 10 de noviembre de 2022

En recuerdo de Miguel Hernández, el poeta que quiso ser viento del pueblo


El hacedor de sueños recuerda al poeta Miguel Hernández en el 80 aniversario de su muerte, acaecida en el Reformatorio de Adultos de Alicante el 28 de marzo de 1942, con la publicación de un número extraordinario de sus 'Cuadernos de biblioteca' que reúne los carteles de la exposición celebrada en el IES "Goya" de Zaragoza en diciembre de 2010, con motivo del centenario del nacimiento del poeta. Con diseño de Pilar López Pérez, los carteles aquí recogidos trazan un breve recorrido por la vida y la obra del autor de Orihuela, desaparecido a los 31 años, en plena madurez creativa.

Vicente Hernánez, hermano del poeta, detalló en una carta cedida a la SER el
abandono que su hermano sufrió en la cárcel de Alicante./ Francisco Escudero

Y puesto que recordar a Miguel Hernández es un deber de España, según Pablo Neruda, queremos reproducir también la carta que Vicente Hernández, hermano del poeta, dirigió en 1975 al médico Vicente Escudero para darle a conocer el abandono que Miguel sufrió en la cárcel de Alicante. Francisco Escudero, hijo del citado médico, ha entregado esta carta manuscrita, publicada por la SER el pasado 24 de octubre,  al Museo Miguel Hernández-Josefina Manresa de Quesada (Jaén). La carta se ha publicado en respuesta a las  falsas informaciones sobre la muerte del poeta que tratan de suavizar la desatención sufrida por Miguel Hernández y liberar de responsabilidad a algunas personalidades de la España franquista, entre ellas el obispo Almarcha.
En la misiva cuenta Vicente Hernández sus reuniones con Almarcha para pedirle que intercediera por Miguel y lo enviara al sanatorio para tuberculosos de Valencia y la negativa del obispo: "Me dijo que no podía hacer nada porque él no le quiso hacer caso cuando le propuso que rectificara de sus ideas y de sus escritos".
Elvira y Vicente, sus hermanos, fueron los que con más frecuencia visitaron a Miguel en la cárcel, ya que Josefina Manresa, su mujer, no era considerada familiar directo  porque el matrimonio civil no era reconocido por las autoridades franquistas. Por ello, el testimonio más directo sobre la salud de Miguel y las condiciones de su lugar de encierro es el de su hermano Vicente, quien recuerda con horror: 
Cuando mi hermano estaba ya con un pulmón quitado por don Antonio Barbero, estando tan malo en aquella enfermería donde había 90 o 100 hombres tendidos quitándose las puses los unos a los otros con trapos sucios, pues allí no entraba un médico o un practicante en siete u ocho días, aquello era inhumano.

Miguel Hernández podría haberse evitado todo este sufrimiento si hubiera renunciado a sus ideas, cosa que no hizo a pesar de ser consciente de que se estaba muriendo, dando ejemplo de honestidad e integridad. Su única concesión, por amor a su esposa y a su hijo,  fue la de contraer matrimonio religioso para que este fuese reconocido legalmente. 

Miguel Hernández, a la salida del Ayuntamiento  al finalizar la sesión de apertura
del congreso de intelectuales antifascistas celebrado en Valencia en 1937.
©Walter Reuter. Fondo Guillermo Fernández Zúñiga


domingo, 6 de noviembre de 2022

"Hojas muertas" y otros dos poemas de Antonio Jiménez Millán


   
©Danish Ismail. REUTERS (elpais.es)


HOJAS MUERTAS

                      (Juliette Greco, Les feuilles mortes)

                                                            A Ana

En aquella ciudad la noche ardía,
incluso con el alba del frío en la mirada.
Cruzó por las desiertas avenidas,
por los barrios modernos, tan vulgares
como en cualquier otro lugar,
y por las calles altas, silenciosas,
con los muros cubiertos de pintadas
y alguna jeringuilla por el suelo.

Fueron cerrando todos los locales:
la Sala Europa,
donde sonaba música de jazz,
los bares sórdidos en las afueras,
para acabar en casa de un amigo.
Y por primera vez hicieron el amor.
Después vinieron más casas ajenas,
llegadas en el tren a media noche,
hoteles en ciudades luminosas,
proyectos de futuro que acabaron en nada.

No se debe culpar a la distancia
de los efectos de la cobardía.

Una canción francesa le recuerda
que la vida separa a los amantes
sin hacer ruido. Y así fue.
Pero cómo olvidar su cuerpo joven,
sus ojos tan oscuros. Queda un rastro
de ceniza, de historia inacabada
que vuelve a los paisajes de extrarradio,
a las noches de hotel. Las hojas muertas
ya no las barre el viento: en la memoria
son vestigios confusos de otra edad.

(De Noche en París, Fundación José Manuel Lara, 2022)


AULAS

                             No són distints la vida i l'art, vas dirme
                            Joan Margarit ("Els primers freds")

Olvidarán la luz de una tarde de octubre,
la claridad que llega hasta el fondo del aula
y más tarde la lluvia, el primer frío,
cuando el otoño avance con su caudal de sombras,
porque aún tienen tiempo,
todo el tiempo del mundo,
y puede que el olvido sea también
reino de juventud, como dijo el poeta.

Quién sabe si algún día, lejos ya de las clases,
volverán a los versos que yo les explicaba
entre manchas de tiza y un viejo borrador
que pasa sobre nombres, fechas, títulos,
imágenes nocturnas,
metáforas de nieve y desencanto,
islas perdidas, fértiles, donde aguardan enigmas.

Ahora,
esta tarde tranquila es como un brindis
por el príncipe oscuro en su torre abolida,
por la infinita vanidad de los ritos solemnes,
por todas las palabras que han convertido en oro
el barro suburbial de las ciudades,
por el aire de vidrio
que cruza la mañana frente al mar
y se parece a un sueño.

Quise decirles
que el arte no es distinto de la vida 
y a veces nos reserva,
en medio de la noche más cerrada,
una pasión antigua, un gesto cálido
igual que el sol de octubre
a principio de curso.


RIADA

Así termina a veces el amor. 
Una corriente turbia lleva fotos antiguas,
muñecas sin vestido,
muebles desvencijados.
No se notan las grietas al principio,
pero el muro es más débil cada día.
Y de pronto el silencio
se parece a una nube de tormenta,
y el futuro les dice que ya es tarde,
que van a la deriva
sentimientos mezclados con el barro,
afectos y traiciones 
hundiéndose en un mar color de olvido.

(De Clandestinidad, Visor,  2011)

Antonio Jiménez Millán./ANTONIO PIZARRO (diariodesevilla.es)

 Antonio Jiménez Millán (Granada, 1954) es ensayista, poeta y catedrático de Literaturas Románicas en la Universidad de Málaga. Fue profesor invitado en las universidades de Rennes y Aix-en-Provence. Aparte de numerosos estudios, ediciones y traducciones, ha publicado los siguientes libros de ensayo: Los poemas de Picasso (1983), La poesía de Rafael Alberti 1930-1939 (1984), Vanguardia e ideología (1984), Entre dos siglos. Estudios de literatura comparada (1995), Promesa y desolación. El compromiso en los escritores de la Generación del 27 (2001), Amor y tiempo. La poesía de Joan Margarit  (2005), Poesía hispánica peninsular (2006) y Poetas catalanes contemporáneos (2019). Entre sus libro de poemas destacan Restos de niebla (1983), Ventanas sobre el bosque (1987, Premio Internacional de Poesía Rey Juan Carlos I en 1986), Casa invadida (1995), Inventario del desorden (2003, Premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla 2002), Clandestinidad (2011, Premio Generación del 27 en 2010), Biología, historia (2018) y Noche en París (2022, XII Premio Iberoamericano de Poesía Hermanos Machado), además de las antologías La mirada infiel (2000), Ciudades. Antología 1980-2015 (2016), Línea de sombras (Poemas en prosa 1981-2019) (2019) y Memoria del agua. Poemas sobre Granada (2022).

-Puedes escuchar la canción "Les feuilles mortes" interpretada por Juliette Greco: AQUÍ.
-Interpretada por Yves Montand, con subtítulos en castellano: AQUÍ


sábado, 5 de noviembre de 2022

Vuelve "Poesía para llevar"

         Por fin vuelve  Poesía para llevar: este año participan en el programa nada menos que 108 centros de toda la Comunidad. Que ppll se renueve, crezca con el compromiso de  profesores y alumnado, y llegue cada día a más rincones es, sin duda, una gran noticia. 

         Este es el cartel que estrenamos este curso: 


            Y el logo vuelve a lucir, por fin, sin mascarilla. 

         Cada semana iremos poniendo un poema nuevo, con sus comentarios y un montón más de actividades en un classroom.  Tus  profesores de Lengua castellana y Literatura te darán el código de acceso. Ya está publicado el número 0. No olvides que  se pueden coleccionar on line o si lo prefieres, en papel. Por eso, cada semana encontrarás, además, ejemplares en papel en la biblioteca y en otras dependencias del Centro. ¡Búscalos y haz la colección! Compártelos y disfruta de su lectura con tus amigos y tu familia. 
 

          El IES Goya está feliz por retomar un curso más este proyecto tan bonito. Por eso se ha engalanado con los expositores informativos y se han llenado de citas poéticas algunas paredes de ambos pabellones del instituto, para recordarnos el valor de la palabra poética.




          





           Pero Poesía para Llevar no es solo el coleccionable semanal. Contamos también contigo para…

-         los concursos poéticos y de Slam;

-         para los especiales;

-         para el Día y la Hora de la Poesía;

-         para que comentes, dibujes, expreses, recites y difundas;

-         para que podamos disfrutar también de tu poesía.  

             Además, y como ya venía haciéndose, el blog de ppll y su presencia en redes sociales (Facebook, Twitter, Instagran…) nos permitirán conocer las actividades realizadas en otros centros aragoneses.

Recuerda que puedes acceder directamente al blog de ppll desde el de nuestra biblioteca: elhacedordesueños.blogspost.

         … Y ya sabes: “no dejes de creer que las palabras y las poesías sí pueden cambiar el mundo”, como dijo el poeta  W. Whitman.

 Isabel Abanto y Marisa Mateo