domingo, 11 de septiembre de 2022

"Un balance de cosas adorables", de Ileana Espinel

Foto: Josefina López


UN BALANCE DE COSAS ADORABLES

La Poesía —su vuelo, sus raíces—,
el universo del Amor que crea.
La democracia. Dios. La madre. Un niño.
El mar indetenible y desterrado.
Tus ojos pardos, tus dorados brazos,
el fulgor de tu estatua,
mi desvestido corazón amándolos.
César Vallejo —el hondo, el desolado
sangrándome, sangrándome, sangrándome.

Infinidad de cosas que adoro —que adorables
mido en silencio— como 
leer un libro puro —puro de fiel belleza—,
oír en mis pestañas el leve son del viento,
ver caer lentamente la lluvia recordando
tiempos idos —perdidos— vividos en la sangre,
escribirte una carta profundamente tierna,
fumar un cigarrillo, suspirar añorándote.

Cosas, seres, ensueños adorables que adoro
como las nueve letras de mi puerto cálido,
Dostoiewski, Oscar Wilde, Peter Tchaikowsky, Whitman,
Mozart, Rodin, Beethoven, Goya,
la libertad, la libertad, la libertad sagrada,
el espíritu, las cumbres, las mesetas
de mi Ecuador febril y sus milagros,
Medardo Ángel Silva y su lira de estrellas
soñando aún fulgores, hasta siempre cantando,
los poemas de Emily Dickinson, Delmira,
Miguel Ángel Osorio —azul Porfirio oceánico—,
el tiempo rosacruz, Charlot, Sophia Loren,
las flores, Baudelaire, Rimbaud, Sapho,
el evangelio de San Juan, el puñal de Alfonsina
y la lumbre de Fausto entre las sienes.

Seres puros, rebeldes, desnudamente humanos:
Simón Bolívar liberando pueblos,
Don Alonso Quijano en la quimera,
Jesús —el alma de la luz— reinando,
posiblemente yo si tú me amaras.

De La estatua luminosa, 1959


Ileana Espinel. (eluniverso.com)

Ileana Espinel Cedeño (Guayaquil, Ecuador, 1931-2001) fue poeta, periodista y crítica literaria. Como poeta, pertenece a la Generación del 50 y está considerada la poeta ecuatoriana más importante del siglo xx y una de las voces femeninas más innovadoras de la poesía ecuatoriana de la segunda mitad de siglo.

Comenzó a escribir desde muy joven y formó parte del 'Club 7' de poesía. Fue redactora de la sección "Meridiano de la Cultura" del diario El Universo y de la sección "Artes y Letras" del diario El Telégrafo. Escribió también para La Nación y colaboró con la gaceta mexicana Nivel o la  Revista de Economía Latinoamericana de Venezuela. Gran animadora cultural y catalizadora de las inquietudes intelectuales de su generación, fue abriendo paso a la mujer en espacios reservados casi exclusivamente a los hombres. Con 23 años la nombraron miembro de la Casa Cultural Ecuatoriana y fue concejal principal del Cantón Guayaquil (1967-1970). En 1960 se le concedió la Medalla de Oro al Mérito Literario y en 1989 la Medalla de Oro al Mérito Cultural. A finales de los ochenta trabajó en el Instituto Nacional del Niño y la Familia INFA. Para homenajearla y rememorar su legado, desde 2008 el "Festival Internacional de Poesía Joven Ileana Espinel Cedeño", que se celebra cada año del 18 al 22 de noviembre, congrega  en Guayaquil a poetas de todo el mundo.

Su poesía abarca temas políticos, amorosos, sociales y sobre todo se sumerge en el tema de la muerte y de la enfermedad y nos muestra el horror del cuerpo y de la vida. Está recogida en los siguientes poemarios: Piezas líricas (1957), La estatua luminosa (1959), Arpa salobre (1966), Diríase que canto (1969), Tan solo trece (1972), La corriente alterna (1978) y Solo la isla (1995). En 2018 Visor publicó la antología La canción sin retorno. Poemas suyos han sido traducidos al inglés, portugués, francés e italiano.

5 comentarios:

  1. Coincido en su gusto por Chaplin (o quizá sólo se refiera a su personaje Charlot), la Loren, la lluvia, los clásicos -pero, por favor, llamar Peter a Tchaikovski es un insulto a la cultura rusa- y en otras muchas cosas; lo que ya no entiendo tanto es esa pasión por ese Dios que no deja de ser incierto y, si lo hay, caprichoso, poco fiable y hasta desalmado.
    Me ha gustado y me encanta que te hayas traído a una poeta ecuatoriana porque sabemos muy poco de la vida cultural de ese país hermano.
    Y también me gusta ese puente que has fotografiado y que no nos dices qué es.
    Carlos San Miguel

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    1. Es el pantalán del Puerto de Sagunto.

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    2. He tenido que mirar qué es un pantalán; de ahí que esté cortado y no sea continuo como un puente jejeje. ¡Gracias

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    3. Creo que se debe al estado de abandono en que se encuentra, pues cuando cerró Altos Hornos dejó de utilizarse.

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  2. Pues entonces, aún es más poético así.
    Carlos

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