domingo, 19 de diciembre de 2021

Dos poemas de Alejandro Simón Partal





Oración de hoy

No necesita mucho
la vida para transcurrir,
para sucederse.

Quizá alguien que atienda
el abandono de sus nidos
o la broza en sus caminos;

alguien que la ame,

como aman los dioses
a los cielos antiguos,

profundamente.


Bendecidos

Y de pronto, del suelo,
se han alzado los tomates,
como una pasarela de luces rojas
con las que se inaugura el verano.
El animal en celo. Alguien escala la casa.
De repente, un exceso de vida
se ha impuesto a nuestra rutina.
Podemos saltar al vacío o amar sin cautela,
desaparecer hasta que no podamos más,
pero solo salimos a la puerta
y nos sentamos al fresco.

Quiero decírtelo de la forma más sencilla,
sin laberintos: estamos bendecidos.

Ya nada va a poder con nosotros.

De Una buena hora, Visor, 2019


Alejandro Simón Partal. (diariodelaltoaragon.es)
Alejandro Simón Partal (Estepona, Málaga, 1983) es doctor en Filología hispánica y profesor universitario. Su obra incluye poemarios (El guiño de la chatarra [2010], Nódulo Noir [2012], Los himnos abdominales [2015], La fuerza viva [2017, Premio Arcipreste de Hita] y Una buena hora [2019, Premio Hermanos Argensola]),  ensayos (A cuerpo gentil: belleza y deporte en la poesía de González Iglesias, 2017, y Las virtudes de lo ausente: fe y felicidad en la poesía española, 2018, con el que obtuvo la XII Beca de Investigación Literaria Miguel Fernández),  la novela La parcela (2021) y teatro. Su obra dramática Resistencia y Sumisión (2019) fue seleccionada por la Factoría Echegaray y se estrenó en Málaga, dirigida por Sigfrid Monleón. Ha sido autor residente en Etopia Centro de Arte y Tecnología, en Zaragoza. También ha trabajado en universidades francesas y checas. Tras años de colaboración con Cristina Rosenvinge, ha desarrollado con Tulsa el proyecto musical 'Centauros vivos'.

[Foto inicial: El tomavistas de Santander]

1 comentario:

  1. La Vida sólo necesita una víctima en la que prender...
    Verdaderamente, la Vida está sobrevalorada; es algo inexplicable pero que se da muy fácilmente. No hay más que ver la infinita variedad de siglosformas que ha adoptado en sus millones de años de evolución. Y sólo aquí en la Tierra, que la que haya por ahí fuera...
    Pues será en Málaga, porque aquí los tomates, cuando maduran, al verano apenas le queda ya recorrido...jajaja
    Carlos San Miguel

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