Sobre este poemario, el quinto publicado por Ana Merino, ha escrito Francisco Díaz de Castro (El Cultural, 14/12/2006):
Entre sueños y sombras, lo colectivo y lo privado, Ana Merino explora las vías de la emoción, tan a menudo imposibles de razonar, conjuga desengaños y deseos y se abraza a la aparente inocencia de sus motivos infantiles cargados de ironía para entregarnos el balance de ese sentimiento de cautiverio en la ciudad carcelaria que alegoriza el vivir.
Y añade que los poemas de Compañera de celda "nos hablan de desamor, dolor y desengaño, de memoria y soledad", pero también del sufrimiento y la explotación ajenos, sin olvidar "los guiños a las canciones infantiles, a la pintura o a la literatura". En el poema elegido Dulcinea se dirige al hidalgo Alonso Quijano, que en el lecho de muerte recobra la cordura, de modo que ya no podrá existir Dulcinea, espejismo creado por la locura de don Quijote.
Precioso ¿eh? Pero pobre Don Quijote, reprendido a ambos lados de la locura, por los cuerdos y por sus creaciones jeje
ResponderEliminarCarlos San Miguel