Kikí Dimulá (Atenas, 1931) está considerada la más grande poetisa griega después de Safo. Trabajó como administrativa en el Banco de Grecia y contrajo matrimonio con el matemático y poeta Athos Dimulás (1921-1985), con quien tuvo dos hijos. Premio Nacional de Poesía de su país y primera mujer miembro de la Academia de Atenas, su obra ha sido reconocida, además, con los premios Kostas, Elenis Ouranis y el Premio Europeo de Literatura 2009, que distingue la obra completa de un escritor europeo de talla internacional.
Es autora de una poesía muy personal que sorprende al lector por su lenguaje innovador, retorciendo la frase y usando el léxico de un modo nada convencional, añadiendo nuevos matices. La ausencia, la pérdida, la soledad y el tiempo se encuentran entre los temas constantes de su producción. Ha publicado, entre otros poemarios, Poemas (1952), Sobre la pista (1963), Adiós nunca (Premio Nacional de Poesía 1989), La adolescencia del olvido (Premio de la Fundación Urani de la Academia de Atenas 1995), Un minuto juntos (1998), El sonido de la partida (2005), El césped del invernadero (2005), Nos trasladamos al local de al lado (2007) y Hallazgos (2010).
La pasión de la lluvia es una antología bilingüe que, en treinta y cuatro poemas, traza un recorrido por los cincuenta años de producción poética de Dimulá. El poema elegido, que tiene también algo de denuncia, trata el tema de la nostalgia, encarnada en la cariátide procedente del Erecteon (o Erecteion) y el relieve de Dionisos del Partenón, que cobran vida cuando la sala del museo queda vacía y recuerdan entre lágrimas los templos de donde fueron arrebatados. Ambas piezas forman parte de los mármoles de Elgin (subtítulo del poema), conjunto de esculturas y relieves procedente de varios edificios de la Acrópolis de Atenas (del Partenón, principalmente) expuesto desde 1939 en una sala del Museo Británico de Londres. Los mármoles de Elgin se retiraron de los edificios atenienses y fueron llevados a Inglaterra en los primeros años del siglo XIX por orden de Thomas Bruce (1766-1841), conde de Elgin, con autorización, supuestamente, del sultán del Imperio Otomano, del que entonces formaba parte Grecia. Tras unos años almacenados en penosas condiciones, en 1916 fueron adquiridos por el Gobierno inglés. Grecia lleva más de cuarenta años reclamando su devolución.
Actualización:
Kikí Dimulá falleció en Atenas el 22 de febrero de 2020 a los 89 años.
Espero que algún día la Cariátide y Dioniso dejen de sentir nostalgia de su hogar, del que los arrebataron a la fuerza y lejos del cual los tienen todavía secuestrados, escudándose en argumentos tan falaces como aquel que los raptó.
ResponderEliminarOjalá sea así y un día regresen a Atenas.
ResponderEliminarJajaja Por un lado me divierte, y por otro, me indigna y apena ese expolio de nuestra madre Grecia.
ResponderEliminarAyer mismo pusieron un documental sobre los artesonados mudéjares españoles (muchos aragoneses, de Teruel, Barbastro, Calatayud,Tarazona...) expoliados en los años veinte por cuatro perras por un agente sin escrúpulos y que pasaba por insigne hispanista amante de nuestro país, para el Hearts ése de la prensa norteamericana que en 1898 había invitado a la opinión pública estadounidense contra España...¡Qué rabia y qué impotencia! ¡Y desde luego, los más culpables los propietarios, funcionarios y autoridades españoles.
Me sorprende que en 2800 años de historia, esta señora sea la segunda poetisa en importancia griega ¿de verdad no ha habido más
Carlos San Miguel