Luis López Anglada. (diariodeleon.es) |
Luis López Anglada (Ceuta, 1919-Madrid, 2007) fue un escritor y militar español nacido en el seno de una familia de militares. En 1928 su familia se trasladó a Zaragoza y posteriormente a Valladolid, donde estudió bachillerato e inició su carrera literaria bajo la tutela del poeta Narciso Alonso Cortés. Con catorce años dirigía la revista Valor y Fe y publicó sus primeros versos en El Diario Español de Buenos Aires. En 1936, al estallar la guerra, se incorporó al frente como alférez provisional y resultó herido al final de la contienda. Inicia en Valladolid la carrera de Filosofía y Letras, que abandona para ingresar en la Academia de Transformaciones de la Infantería en Zaragoza y es promovido al empleo de teniente de infantería. Destinado en León, formó parte de la revista literaria Espadaña, editada por el poeta Victoriano Crémer, fundó la emisora de radio La voz de León y estrenó su comedia en verso A mis soledades voy. En 1941, en compañía de otros autores, fundó la revista y colección de libros Halcón. Posteriormente fundó y dirigió en Madrid las colecciones de libros de poesía Palabra y Tiempo y Arbolé. Fue secretario del Ateneo de Madrid (1969-1972). Se retiró con el empleo de coronel en 1985. Sus cenizas descansan en Fontiveros (Ávila), localidad natal de san Juan de la Cruz.
En 1961 obtuvo el Premio Nacional de Literatura por Contemplación de España y en 1987 el Premio Jorge Manrique por El bosque y otros poemas. También poseía los premios Boscán, Ciudad de Barcelona de Poesía Castellana, Francisco de Quevedo del Ayuntamiento de Madrid (por Ciudadano del alba), Antonio Machado de Sevilla y Ausiàs March de Gandía (Valencia).
[Imagen inicial: okdiario.com]
A mí me ha gustado porque uno no puede sustraerse a recordar y sentir algo de las sensaciones propias de la Navidad. Y no de esta Navidad tan consumista en que se habido transformando paulatinamente desde hace cincuenta y tantos años (yo doy fe de los últimos cuarenta), yo hablo del sentimiento tierno y bondadoso que uno sentía al contemplar un belén o escuchar los emotivos villancicos, antes de tantas luces, tantos escaparates, regalos, canciones en Inglés y otras porquerías.
ResponderEliminarDel poeta me ha sorprendido la vocación literaria sincera que se anteponía a la carrera militar. Me ha caído muy simpático.
Carlos San Miguel