domingo, 18 de julio de 2021

"Hacia la felicidad", de Diego Doncel


Playa de Bolonia, Tarifa (Cádiz). [Pinterest]


HACIA LA FELICIDAD

Oye, desde tu muerte, el rumor del jardín
en esta tarde de junio, las flores suspendidas
en las fotos de los turistas, la transparencia
de los brotes como el tejido
que cubre las piernas de esa chica,
toda esta geometría de la fragilidad.

El verano está ebrio porque no ha dejado de beber
desde primeras horas de la mañana. Va feliz
por las mesas de los bares o picotea en el agua
de la fuente un rectángulo de luz.

No hay ninguna arruga en el océano, ninguna huella
del tiempo,
solo una superficie lisa en la que flotan, ingrávidos,
los barcos y los bañistas.

Una mujer con un biquini celeste
sale chorreando la materia color caramelo
del agua, y va donde tiene amontonada la ropa.

La playa huele a crema bronceadora, a marihuana,
a la cerveza de la claridad. La vida muere en una ola
y nace en la ola que se aproxima.

No es posible ningún pensamiento, solo este acontecer
diáfano de los sentidos, esta suspensión del yo.
Tal vez te moriste para que el dolor me haya traído
de nuevo hasta aquí, para encontrar de esta forma
la felicidad.

La calma que nunca tuve se tiende ahora
sobre la superficie de las toallas, la pasión vuelve a volar
como un pájaro marino por los cristales
de unas gafas de sol.

Viví tan lleno de miedo que no tenía refugio,
temí y destruí lo que debía amar. La muerte ensucia
lo que más se quiere, como los perros y los insomnios.

Pero solo quien conoce el agua y la tierra
sabe que guarda el secreto de la germinación.

Las huellas están detenidas en la arena
mirando el horizonte.
La brisa empieza a quitarle ya el polvo al océano
para que pronto luzcan las estrellas.
Los libros están en silencio bajo las sombras,
esperando.

Todo espera porque entre tú y yo
puede haber noche pero nunca muerte,
puede haber lejanía pero nunca ausencia.
Ese trozo de mar me lo enseñaste tú*.
La sabiduría nos lleva a la infancia.

De La fragilidad, Visor, 2021
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*En Portugal se encuentran algunas de las playas  que el padre del poeta le descubrió.

Diego Doncel. (hoy.es)

Diego Doncel
(Malpartida, Cáceres, 1964) es poeta, novelista y crítico literario y teatral. Ha trabajado en la docencia y en el ámbito de la gestión cultural y es colaborador habitual en prensa escrita, labor que ha sido reconocida con el Premio Internacional de Periodismo "Mercedes Calles-Carlos Ballesteros". Ha publicado los libros de poesía El único umbral (1991, Premio Adonáis 1990), Una sombra que pasa (1996), En ningún paraíso (2005, Premio Gil de Biedma) y Porno ficción (2011, Premio Ciudad de Burgos), libros que reúne en Territorio bajo vigilancia (2015),  al que siguen El fin del mundo en las televisiones (2015, Premio Tiflos) y La fragilidad (XXXIII Premio Loewe).  Es autor, además,  de las novelas El ángulo de los secretos femeninos (2003), Mujeres que dicen adiós con la mano (2010) y Amantes en el tiempo de la infamia (2013, Premio Café Gijón de novela 2012).

La fragilidad es un libro sobre la vulnerabilidad del ser humano, como indica su título. Un libro de duelo que  surge como homenaje al padre del poeta, fallecido por una negligencia médica tras ocho meses en coma. Pero también quiere ser un tributo a la generación del padre, aquellos que vivieron la posguerra siendo niños, según explica el autor en entrevista con Carmen R. Santos para ABC:
Para mí es la generación más importante de nuestra historia última: heredaron un país en ruinas, vieron cómo los pueblos se vaciaban por la emigración, se adaptaron a las nuevas costumbres para las que nunca fueron educados, crearon una familia, consiguieron que sus hijos llegaran a la universidad... Y, finalmente, muchos de ellos han muerto en residencias de ancianos por un virus terrible, sin poder despedirse de nadie, absolutamente abandonados. Por eso, al hablar de la vida de mi padre, de una u otra forma, también estaba hablando de toda una generación.
A pesar de todo, según  su autor, "La fragilidad" no es un libro sobre la muerte sino sobre la vida, porque está lleno de recuerdos y de amor, un libro contra el dolor con el que el autor se propone "crear un territorio moral para que la felicidad sea posible, para que mediante la poesía entremos en un territorio donde la mirada encuentre reposo y pueda descansar". No es extraño, por tanto, que el poemario se cierre con el poema "Hacia la felicidad", la composición preferida por el autor.

1 comentario:

  1. Bonito el poema y precioso el texto dedicado a la generación de la Guerra y la Posguerra a la que también mis padres pertenecen. Especialmente el poema, dedicado al padre muerto me emociona porque también está dedicado al mío.
    Ah, claro, nunca había pensado que los extremeños tienen la playa portuguesa a tiro de piedra. Eso une a todos peninsulares.
    Carlos San Miguel

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