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CASAS VIEJAS CON ALMAS VIEJAS
HEMOS cerrado la casa del pueblo.
Hemos puesto una tabla en la puerta.
Así no entra el viento y el agua,
dice mamá.
Así no se estropea la madera,
dice el abuelo.
Así no nos roban los vecinos,
dice mi hermana.
Hemos cerrado la casa del pueblo.
Hemos bajado las persianas,
apagado las luces,
vaciado la despensa,
recogido las sillas de la huerta.
Habrá que volver a los Santos.
Pero no bajaremos hasta la casa,
dice mamá.
Solo iremos al cementerio,
dice el abuelo.
Como todos los años,
dice mi hermana.
Y yo digo
pobre casa,
todo el otoño sola,
todo el invierno sola,
toda la primavera sola.
TRISTEZA DE AMEBA
NOS pone muy tristes la gente que muere sin haber
visto el mar
y los niños que descubren la nieve cuando ya no
son niños.
Los ancianos que hacen sopas de letras en los
bancos de los parques,
aquellos a los que les tiemblan las manos
y no entienden las películas que echan por las tardes,
justo después de las noticias.
A veces también
nos pone tristes ver a los patos encerrados en los
estanques,
y a las palomas que viven en las plazas sucias
de todas las ciudades.
Luego está la tristeza de los días de lluvia,
pero esta es distinta,
porque no nos hace falta mirar hacia fuera
para sentirla.
De Digan adiós a la muchacha, Rialp, Madrid, 2018
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Alba Flores Robla./Foto: Manuel Cuenya (ileon.com) |
Alba Flores Robla (Madrid, 1992) reside en León, donde se graduó en Literatura inglesa. Imparte clases de Educación Secundaria en un instituto de la localidad leonesa de Bembibre. Es miembro fundador del proyecto literario #PLATAFORMA (León, 2016) y cuelga sus poemas en el blog 'Desequilibrios de medianoche'. En marzo de 2017 se autoeditó el poemario Tu hueco supraesternal, y en junio del mismo año publicó Autorregalo. Ese mismo año logró el Premio Adonáis por Digan adiós a la muchacha, libro galardonado también con el Premio Ojo Crítico de Poesía 2018. Se trata de una obra que expresa el dolor y la tristeza de tener que hacerse adulto, un poemario -leemos en la solapa del libro- cargado de expresiones coloquiales, "de intenso lirismo, directo, vivencial, muy cercano a una tradición de poesía de enorme calado biográfico, escrita desde la verdad de la vida, y en la que poeticidad y emoción se iluminan mutuamente", del que el jurado del Premio Ojo Crítico valoró que es "un libro luminoso, con una imaginería que regresa al origen familiar, más allá de las grandes urbes".
[Imagen principal: Estreno Casa]
Eres una gran poetisa para mi. Cuídate con afecto!!!
ResponderEliminar¡Pero qué buenos que son. Me han encantado con su sencillez y por su mensaje (aunque a mí la lluvia, qué quieres que te diga, me alegra el alma aunque comprendo que una leonesa adoptada lo lleve peor
ResponderEliminarCarlos San Miguel