domingo, 9 de junio de 2019

"De los ojos de un niño" y otro poema de Alexis Díaz-Pimienta




De los ojos de un niño despegan los aviones.
Si cerrase los ojos caerían.
Solo su asombro los mantiene en vilo,
su manita los alza,
su corazón los mueve y los aleja.
Sin un niño pegado a los cristales,
a las altas barandas de una terraza adulta,
morirían de horror los aeropuertos.
Un niño nunca podría decir la palabra "aeronáutica"
pero de él dependerá la imitación del pájaro.
Un niño no sabrá calcular las distancias
pero es la garantía del retorno.
Cada aeropuerto debe tener un niño pegado a los cristales,
junto a los altavoces, donde quiera que el miedo
se agazape.
Gracias a él tardará menos lágrimas el regreso de todos,
dolerá menos besos el adiós de las madres,
las azafatas podrán prescindir de advertencias insulsas.

Un avión en el aire
son muchos niños mirando el horizonte.

              De Pasajero de tránsito, Excmo. Ayto. de 
Las Palmas de Gran Canaria, 1997
El saxofonista Charlie Parker [uDiscoverMusic]


                                Los músicos de jazz
                                    [FRAGMENTO]
                                 
  I. Saxo      
              
Un saxo es un instrumento demasiado triste
para que bailen los gorriones
sobre el tendido eléctrico.
(No importa que haya pájaros muertos
al pie de los violines.)
Un saxo es para las hojas otoñales
para los divorcios
para las cartas que no llegan.
Si ven llover, saquen el saxo
donde todos lo oigan.
Si hay luto en la ciudad, adórenlo.
Y a nadie se le ocurra tocar el saxo un jueves.
Y nadie ensaye cerca de los jardines.
Acostumbrémonos al gris y al viento en la ventana
al silencio muriendo en espiral.
Un saxo llena el pecho de murciélagos
y nos deja así, con el pecho invadido
con la mujer de siempre doliendo en las paredes.
El saxo no, por favor, Charlie Parker,
¿no ves que cae ceniza?
¿no sientes cómo cantan las ojeras?
El saxo no, por favor, Charlie Parker,
o lloraremos juntos la próxima llovizna.


              De Cuarto de mala música, Ed. Regional
                    de Murcia, 1995



Alexis Díaz-Pimienta
Alexis Díaz-Pimienta  (La Habana, Cuba, 1966) es escritor, repentista (improvisador), investigador y docente. Es Director de la Cátedra de Poesía Improvisada de la Universidad de las Artes y Subdirector del Centro Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado, ambos con sede en La Habana.

Ha publicado unos cuarenta libros de diferentes géneros (poesía, novela, cuento,  teatro, ensayo y literatura para niños), por los que ha recibido numerosos premios nacionales e internacionales. Sus poemas y cuentos han sido traducidos a varios idiomas. De su producción poética destacan Cuarto de mala música (1995, Premio Antonio Oliver Belmás), En Almería casi nunca llueve (Premio Surcos, 1996), Pasajero de tránsito (Premio Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, 1996), Yo también pude ser Jacques Daguerre (Premio Emilio Prados, 2002), Fiesta de disfraces (Premio Los odres, 2008), Un día cualquiera del vendedor de gafas (Accésit del Premio Tomás Morales, 2010), Diario erótico de Robinson Crusoe (2016), Haikus del trópico y Traficantes de oxígeno,  ambos de 2017, El deseo sexual de las estatuas (2018) y Piel de noche (Premio Casa de las Américas 2019 en la categoría de literatura para niños y jóvenes).

Sus investigaciones sobre repentismo se recogen en los libros Teoría de la improvisación poética (2015), galardonado con el Premio Anual de Investigación Cultural que otorga el centro Juan Mainello, y Método Pimienta para la enseñanza de la improvisación (2016). Como repentista ha trabajado durante más de treinta años en la radio y  la televisión cubanas, y ha actuado en decenas de países compartiendo escenario con grandes cantantes como Silvio Rodríguez, Amara Portuondo, Jorge Drexler, Compay Segundo, Amaury Pérez, Kiko Veneno y otros.

[Imagen inicial: Cuéntame un cuento]

3 comentarios:

  1. Qué sorpresa! Muchas gracias por compartir mis versos. Un abrazo desde Sevilla.

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    1. Para nosotros sí que ha sido una auténtica sorpresa su comentario. Muchas gracias, Alexis. Un placer, compartir sus versos. Saludos desde Zaragoza.

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  2. ¡Geniales ¡Y el autor, más, por lo que veo. Así, sin saber de él, me ha caído fenomenal este señor... Tiene que ser la moneda, por lo divertido. Así que comprendo su ambigua relación con el saxo que imagino será todo lo contrario que con el sexo jejeje
    Carlos San Miguel

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