domingo, 12 de mayo de 2019

Dos poemas de Ida Vitale





SOBREVIDA

Dame noche
las convenidas esperanzas,
dame no ya tu paz,
dame milagro,
dame al fin tu parcela,
porción del paraíso,
tu azul jardín cerrado,
tus pájaros sin canto.
Dame, en cuanto cierre
los ojos de la cara, 
tus dos manos de sueño
que encaminan y hielan,
dame con qué encontrarme,
dame, como una espada,
el camino que pasa
por el filo del miedo,
una luna sin sombra,
una música apenas oída
y ya aprendida,
dame, noche, verdad
para mí sola,
tiempo para mí sola,
sobrevida.

De Palabra dada, 1953

FORTUNA

Por años, disfrutar del error
y de su enmienda,
haber podido hablar, caminar libre,
no existir mutilada,
no entrar o sí en iglesias,
leer, oír la música querida,
ser en la noche un ser como en el día.

No ser casada en un negocio,
medida en cabras,
sufrir gobierno de parientes
o legal lapidación.

No desfilar ya nunca
y no admitir palabras
que pongan en la sangre
limaduras de hierro.

Descubrir por ti misma
otro ser no previsto
en el puente de la mirada.

Ser humano y mujer, ni más ni menos.

De Trema, 2005

El pasado 23 de abril la poetisa uruguaya Ida Vitale recogió el Premio Cervantes 2018, el galardón más importante de las letras en español, que le fue concedido -como explicó el Ministro de Cultura de nuestro país- por su lenguaje, "uno de los más destacados y reconocidos de la poesía moderna en español, que es al mismo tiempo intelectual y popular, universal y personal, transparente y hondo". El Premio Cervantes culmina una trayectoria reconocida en los últimos años con galardones tan prestigiosos como el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, en 2015; el Max Jacob, en 2017, y el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances, en 2018.

De esta extraordinaria mujer -la  quinta  en obtener el Premio Cervantes- que a sus 95 años despliega una gran vitalidad, apunta Loreto Mármol (en la entrevista a Ida Vitale publicada en infoLibre, el 22 de abril de 2019): 
No le gusta la división por géneros. Huye de las etiquetas y los estereotipos. No responde con tópicos. A veces es políticamente incorrecta. Su nombre es como una representación de ella misma. Ida proviene del término alemán idis (mujer). En la mitología germánica era la diosa guardiana de las manzanas de oro que daban a los dioses la eterna juventud. Su apellido significa vital en italiano.
El primer poema, que ha dado título a la antología homónima publicada en 2016 y que fue compuesto por la autora a los treinta y cuatro años, es una invocación a la noche pidiéndole que le conceda lo que la autora denomina "sobrevida", concepto explicado por José Montelongo en su entrevista a Ida Vitale publicada en Letras Libres:
Hay una oposición implícita entre vida, la vida a secas, y sobrevida, una especie de don para escucharse a uno mismo y para acceder a una verdad íntima. La sobrevida es también una conquista, algo que procuramos alcanzar y que ella ha buscado a través de la escritura.
Y la ha encontrado en la poesía, que, según ha declarado Ida Vitale,  es para ella la sobrevida.

En el segundo poema, unos de los más divulgados, la autora -quien ha confesado no haberse sentido nunca discriminada por el hecho de ser mujer, ya que la sociedad uruguaya es una sociedad  avanzada, y en su familia las importantes han sido las mujeres- reflexiona sobre la fortuna de ser una mujer con libertad para elegir,  equivocarse y  rectificar. Dicha fortuna se cifra en la presencia en la vida de elementos positivos y en la ausencia de otros negativos, los cuales le sirven para denunciar la violencia y la falta de libertad que todavía sufren muchas mujeres en el mundo actual. La larga enumeración del poema se cierra y resume en un verso final lleno de fuerza y convicción: "Ser humano y mujer, ni más ni menos".
Ida Vitale, el pasado día 23 de abril, pronunciando su discurso durante
la ceremonia de entrega del Premio Cervantes./EFE


[Imagen inicial: Pinterest]

1 comentario:

  1. Me han gustado mucho. Sin necesidad de recurrir a ese extraño término referente a la poesía, el poema dedicado a la Noche ya es muy hermoso.
    Y el segundo muy necesario. Sí, especialmente, ahora, en Afganistán.
    Carlos San Miguel

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