Flor de saúco
Al aroma finísimo, un punto
empalagoso, de la flor
del saúco, la brisa de la tarde
orea el huertecillo. El agua viva
de la acequia regala su murmullo,
cuanto más simple, más hondura, como
querría uno transcurrir, casi
en silencio, con mucho cuidado.
Desde crío me ha tirado
la tierra, removerla, sembrar,
vivir el crecimiento, la recogida.
Regresar, regresar a ella, oírla.
De Sin ir más lejos, Hiperión, 2016
VER, OÍR, CALLAR
Cada instante es un don, cualquier palabra, cada
afecto, cada árbol, cada pájaro que oigo
o veo. Al empezar octubre es cuando más
lo siento, sin alivio posible estoy en cada
hoja, en cada latido, en cada desvelo que el tiempo
ha de archivar. Me dan cobijo. Estoy vivo, luego
estoy acompañado, su destino es mi voz
y es mi consuelo. Abandonados a su suerte
son la mía, pues lo que tiene raíz procura
fruto; lo que cariño, entrega. Y el que recibe, goza.
De Endechas del consuelo, Junta de Castilla y León, 2006
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