miércoles, 28 de junio de 2017

Leer juntos Hoy: 'La ley del menor', de Ian McEwan



Grupo de lectura "Leer juntos hoy" del IES “Goya”
Sesión del 12 de junio de 2017
Obra comentada: La ley del menor. Anagrama, Panorama de narrativas, 2015.
Autor: Ian McEwan



Ian McEwan es un escritor británico. Nacido en 1948, estudió literatura inglesa en las universidades de East Anglia y Sussex. Ha recibido, entre otros premios literarios, el Booker Prize por su novela Amsterdam, el WH Smith Literary Award por Expiación, el National Book Award por Chesil Beach. Y también ha recibido el Premio Shakespeare.

En las novelas de McEwan siempre encontramos dilemas éticos, situaciones difíciles derivadas de decisiones controvertidas. En La ley del menor se enfrentan justicia y fe. Es la expresión del conflicto que provocan nuestras creencias y sus consecuencias. Fiona Maye, juez de familia, es el hilo conductor por el que circulan los casos que Ian McEwan nos va presentando.

En primer lugar, aparece un conflicto por las creencias de un matrimonio de judíos ultraortodoxos. Superficialmente, parece un litigio por la custodia de dos niñas tras un divorcio; sin embargo, en el fondo, es un problema de educación: en la religión o al margen de ella. Es una “pelea por sus almas”.

En segundo lugar, surge un conflicto por las creencias de un matrimonio católico que se niega a separar a sus dos hijos siameses. Uno de ellos va a morir irremediablemente, pero, si la operación no se realiza, también morirá el otro, quien, una vez separado, tendría muchas posibilidades de vivir normalmente. Los padres consideran la operación un asesinato.

Y en tercer lugar, se presenta un conflicto por las creencias de la familia de testigos de Jehová que rechaza una trasfusión de sangre para Adam, el hijo enfermo de leucemia. Una trasfusión que salvaría su vida, en opinión del hospital que está tratando su enfermedad. La juez protagonista ve algo de especial en este litigio y decide entrevistarse con Adam, cercano a la mayoría de edad, aunque todavía menor, para recabar más datos sobre si su decisión es auténticamente voluntaria, ya que, ante todo, hay que tener en cuenta “el bienestar del menor”.

Pero este caso en particular y el final trágico de Adam Henry también entran en conflicto no sólo con los sentimientos, sino también con la vida privada de Fiona Maye, cuya dedicación a la judicatura la ha condicionado, igual que la religión a los judíos, a los católicos y a los testigos de Jehová que el autor nos presenta.

La ley del menor es una novela que puede resultar fácil de leer, pero también es capaz de provocar un cúmulo de sentimientos, consideraciones y conflictos en la conciencia del lector. Lo invita a tomar partido. Es difícil quedar indiferente. 

Cristina Baselga Mantecón


Cerramos el curso de nuestras tertulias con una refrescante acuarela que nos envía Inma Martín.


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