jueves, 24 de noviembre de 2016

Aniversario de Roald Dahl

Ayer se cumplieron 26 años de la muerte de Roald Dahl y el pasado mes de septiembre se cumplió el centenario de su nacimiento. Como los alumnos de 2º de ESO estamos leyendo Boy, relatos de la infancia, novela basada en sus recuerdos de niño, hemos investigado sobre la vida de este escritor y sobre su personalidad. Os presentamos los datos más interesantes de su biografía y también su rutina y sus manías.
 Roald Dahl nació en Llandaf (Gales, Gran Bretaña). Sus padres, de origen noruego, le pusieron Roald como nombre en honor al explorador Roald Amundsen, todo un héroe nacional en esa época. Desde muy pequeño tuvo pérdidas en su entorno: perdió a su hermana a los tres años por apendicitis y, unas semanas después, perdió a su padre por una neumonía. Cuando su padre murió comenzaron los problemas económicos y tuvieron que mudarse a una casa más pequeña. La madre prefería seguir viviendo en Inglaterra antes que mudarse a Noruega, para cumplir el sueño de su padre de poder educar a sus hijos en las escuelas británicas.
Asistió a la Escuela de la Catedral, pero a los ocho años fue expulsado por dejar un ratón muerto en el tarro de los dulces. A partir de ese momento, tuvo que ir a otra escuela, St. Peter’s School, un colegio privado. A los trece años empezó a estudiar en otra escuela, la Repton School. Una fábrica de los alrededores enviaba barritas de chocolate a esa escuela para que las probaran los alumnos. Desde ese momento, su sueño fue inventar una nueva barrita de chocolate, la cual le sirvió como inspiración para su libro Charlie y la fábrica de chocolate.
A los 18 años se hizo explorador. Luego trabajó como vendedor en la compañía multinacional petrolífera Shell, en África, en contra de las recomendaciones de su madre para que cursara estudios universitarios.
En noviembre de 1939 se unió a la Royal Air Force, después de un entrenamiento de casi ocho meses. Desafortunadamente, fue derribado en combate y se fracturó el cráneo, se rompió la nariz y quedó ciego. Fue rescatado y llevado a un puesto de primeros auxilios en el que recuperó la consciencia, pero no la vista. Le trasladaron al hospital Royal Navy, donde después de ocho semanas de ceguera, recuperó la vista. Empezó a escribir cuando fue trasladado a Washington como militar aéreo.
Estuvo casado treinta años, con la actriz estadounidense Patricia Neal, con la que  tuvo 5 hijos. También tuvo pérdidas, ya que su hija pequeña Olivia falleció de encefalitis por el virus de sarampión. Tres años después su esposa Patricia Neal sufrió una peligrosa enfermedad que estuvo a punto de dejarla ciega e inválida. Además, su hijo Theo sufrió un grave accidente de carretera que le causó daños en el cerebro cuando tenía tan solo tres años. Dahl pasó meses trabajando en una válvula especial que sirviera para sacar líquidos de la cabeza de su hijo y le permitiera vivir sin necesidad de estar conectado a una máquina, aunque sin éxito.
Su entrada en el mundo de la literatura infantil estuvo motivada por los cuentos que leía a sus hijos. En 1964 publicó su primera obra Charlie y la fábrica de chocolate. Escribió también guiones para películas; concibió a famosos personajes como los Gremlins, y algunas de sus obras han sido llevadas al cine.
 
LA RUTINA Y LAS MANÍAS DE ROALD DAHL
Roald Dahl tenía una rutina muy estricta. Se tomaba el desayuno en la cama y abría su correo (también en la cama). A las 10:30 se iba a su casita en el jardín y trabajaba hasta las 12.00, cuando se iba de vuelta a su casa para comer. Cuando llegaba a casa (antes de comer) se tomaba un gin-tonic, seguido de gambas noruegas con ensalada y mayonesa. Al final de cada comida, Roald y su familia tomaban de postre una barrita de chocolate sacada de una caja roja de plástico. A continuación dormía un poco y después, de 4 a 6, volvía al trabajo. A las seis en punto exactas volvía a casa, donde le esperaba la cena.
Siempre escribía a lápiz, pero con un tipo de lápiz en concreto, un lápiz amarillo con una goma al final. Antes de empezar a escribir siempre comprobaba que tenía 6 lápices preparados (con su punta sacada). Solo le duraban 2 horas.

Roald Dahl también era especial en cuanto al tipo de papel que usaba. Escribió todos sus libros en papel amarillo americano, que le mandaban desde Nueva York. Escribía y reescribía, hasta que estaba seguro al cien por cien de que todo estaba perfecto. Un montón de hojas amarillas acababan tiradas a la papelera. Una vez al mes, cuando su papelera ya estaba rebosando de papeles tirados en ella, los echaba a la hoguera.
Cuando Roald Dahl terminaba de escribir un libro, le daba la pila de hojas amarillas a su secretaria, Wendy, y ella lo transformaba en un impreso manuscrito, para enviarlo a su editor.

Susana Frankland García, 2º B de ESO



En la biblioteca del instituto podemos encontrar varios libros de Roald Dahl. Además, de Boy, relatos de la infancia, que estamos leyendo, tenemos
Charlie y la fabrica de chocolate, Charlie y el gran ascensor de cristal, El Gran gigante Bonachón, Volando solo, Matilda, Las brujas y Relatos escalofriantes. Todos ellos recomendables para niños y jóvenes.


Lucía de Inza Abadía, 2º B de ESO


Si queréis saber más de Roald Dahl, no os perdáis el siguiente mini-documental de poco más de 3 minutos que el programa Página 2 de RTVE le dedicó hace un año en el 25 aniversario de su muerte: http://www.rtve.es/alacarta/videos/pagina-dos/pagina-dos-aniversario-25-anos-muerte-roald-dahl/3385945/
 

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