domingo, 16 de octubre de 2016

"Y abriré, como siempre, la ventana...", de Antonio Carvajal




Y abriré, como siempre, la ventana,
hacia la lluvia o hacia el sol naciente,
hacia una primavera indiferente
en la que tan sólo es flor aún la manzana.

Y yo me iré. Tranquila, la mañana
tendrá pájaros ebrios en su frente:
mi tortura será tu seno ardiente,
tus muslos tibios, tu silencio grana.

Indiferente todo a mi partida,
feliz el cielo en su certero engaño,
terrible el tiempo en su perenne huida,

irás a la ventana:
                                   Te hará daño
la luz. Y sin mis besos en la herida,
al mirarte al espejo, dolorida,
verás tu propio cuerpo como extraño.

                          De Sitio de ballesteros, 1981

Antonio Carvajal (Albolote, Granada, 1943) es poeta español perteneciente a la generación del 68, también llamada de los 70. 
   Doctor en Filología Románica, mereció los premios extraordinarios de licenciatura y de doctorado por la Universidad de Granada, donde hasta su jubilación fue profesor de Métrica. Ha sido director de las colecciones "Pliegos de vez en cuando" y "Corimbo de poesía", ha dirigido el Aula de Poesía y la Cátedra Federico García Lorca de la Universidad de Granada, así como la colección "Genil" de la Diputación granadina. 
    Es autor de los ensayos De métrica expresiva frente a métrica mecánica (1995) y Metáfora de las huellas /Estudios de métrica (2002), de las ediciones comentadas de Sonetos de Azul... a Otoño  de Rubén Darío (2004), Poemas mágicos y dolientes (2005) y Sonetos espirituales de Juan Ramón Jiménez, de una antología de Diego Hurtado de Mendoza, y, en colaboración con Juan Ramón Torregrosa, de las antologías Hoy son flores azules y Mañana serán miel. La tradición oral en la Generación del 27 (2008). 

Como poeta, pertenece a la línea neobarroca de su generación. Es un notable renovador de la tradición lírica andaluza y autor de una versificación depurada e innovadora. Su fidelidad a la tradición se manifiesta tanto en el empleo de recursos técnicos (las combinaciones métricas más complicadas junto a las figuras retóricas más evidentemente gongorinas y quevedianas) así como en algunos aspectos del contenido. No obstante, desde mediados de los 80, sin abandonar las estructuras cultas, cultiva también las propias de la poesía popular. 
   Es autor, entre otros,  de los poemarios Tigres en el jardín (1968), Serenata y navaja (1973), Casi una fantasía (1975), Siesta en el mirador (1979) y Sitio de ballesteros (1981), recopilados en Extravagante jerarquía (1968-1981), 1983; Servidumbre de paso (1982) y Del viento en los jazmines (1982), ambos recogidos en Del viento en los jazmines (1982-1984), 1984; Noticia de setiembre (1984), De un capricho celeste (1988), Testimonio  de invierno (1990, Premio de la Crítica), considerada su obra maestra; Rimas de Santafé (1990), Miradas sobre el agua (1993),  Raso milena y perla (1995), Alma región luciente (1997), Una perdida estrella (1999), Columbario de estío (1999), Los pasos evocados (2004) y Un girasol flotante (2011, Premio Nacional de Poesía)

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[La imagen inicial está tomada de: escrevotecuandochegaracasa.blog]

1 comentario:

  1. Recuerda, cómo no, a El viaje definitivo pero éste es menos devastador porque aquí queda alguien a quien le dolerá la partida...
    Me sorprende la cantidad de poetas granadinos que vienen por aquí últimamente...¿tu apellido será un "patrionímico" jaja
    Carlos San Miguel

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