domingo, 19 de junio de 2016

"Cerca de la mar. Tenía...", de Salvador Espriu

Pintura de Eliseo Meifren i Roig



Cerca de la mar. Tenía
una casa, mi sueño,
cerca de la mar.

Alta proa. Por libres
caminos del agua, la esbelta
barca que yo gobernaba.

Los ojos sabían
todo el reposo y el orden
de una pequeña patria.

¡Necesito contarte este pavor
que produce la lluvia
en los cristales!
Hoy cae noche oscura
sobre mi casa.

Las rocas negras
me atraen a naufragios.
Prisionero del cántico,
mi esfuerzo inútil,
¿quién puede guiarme al alba?

Cerca de la mar tenía
un lento sueño, una casa.

            De Cementerio de Sinera


VERSIÓN ORIGINAL EN CATALÁN:

A la vora del mar. Tenia
una casa, el meu somni,
a la vora del mar.

Alta proa. Per lliures  
camins d'aigua, l'esvelta
barca que jo manava.  

Els ulls sabien
tot el repòs i l'ordre
d'una petita pàtria.

Com necessito
contar-te la basarda
que fa la pluja als vidres!
Avui cau nit de fosca
damunt la meva casa.

Les roques negres
m'atrauen a naufragi.
Captiu del càntic,
el meu esforç inútil,
qui pot guiar-me a l'alba?  

Ran de la mar tenia  
una casa, un lent somni.

        De Cementiri de Sinera, 1946. En Antología
de Salvador Espriu. Ed. bilingüe de Enrique Badosa.
El Bardo Colección de poesía, 2005

Salvador Espriu fue un poeta, novelista y dramaturgo español en lengua catalana, considerado una de las grandes figuras de las letras catalanas contemporáneas.

Nació en 1913 en Santa Coloma de Farners (Girona), donde su padre era notario. La familia se trasladó a Barcelona en 1915, pero  veraneaban en Arenys de Mar, población de donde era originaria  la familia y espacio esencial en el universo literario del poeta, que la mitifica con el nombre de Sinera. La epidemia de sarampión de 1922 causó la muerte de su hermana María Isabel y obligó al autor   a una larga convalecencia, tiempo dedicado a la lectura de los libros de la biblioteca familiar. Dos años después de la muerte de su hermana, fallece el hermano mayor, víctima de un accidente.

En 1930, tras obtener el premio extraordinario de bachillerato, ingresa en la universidad de Barcelona para estudiar Derecho e Historia Antigua. En 1933 participa en un viaje por Oriente, organizado por el Gobierno de la República para estudiantes y profesores, visitando Egipto, Turquía, Palestina, Italia y Grecia, lugares que ocuparán un papel relevante en su obra. En estos años se relaciona con escritores e intelectuales como Carles Riba, Bartomeu Rosselló-Pòrcel o Ferran Soldevila. En 1935 se licencia en Derecho y en 1936 lo hace en Historia, pero la Guerra Civil frustra su proyecto de estudiar lenguas clásicas y egiptología.

Acabada la guerra, trabajó durante veinte años como ayudante en una notaría, mientras sufría el exilio interior y continuaba su producción literaria. El hecho de que el cantautor Raimon musicara algunos de sus poemas y que sus obras dramáticas se representaran en el Teatre Lliure, lo   convirtieron en un símbolo de la resistencia frente a la dictadura. Fue uno de los cuatro miembros fundadores de la Asociación de Escritores en Lengua Catalana. Durante los últimos años de su vida se dedicó a revisar y corregir su obra y recibió distintos reconocimientos oficiales, incluso llegó a ser candidato al Premio Nobel (1971 y 1983). Falleció en Barcelona en 1985, pero fue enterrado en el cementerio de Arenys de Mar.
Salvador Espriu y  Raimon (1966)/Archivo picab-jordi fornas

Escritor precoz, con dieciséis años publicó su primer libro, Israel, el único escrito en castellano. Josep Maria Castellet ha destacado de la extensa obra de Espriu su capacidad de asimilación de la herencia mítica de la humanidad: el Libro de los muertos del antiguo Egipto, la mitología griega o  la Biblia. En sus obras se interroga sobre las grandes cuestiones humanas, crea una geografía mítica, muestra su compromiso ético ante la guerra y la posguerra, así como la defensa de la cultura catalana, y una visión de España ("la piel de toro", Sepharad) basada en el diálogo y la tolerancia. 

Sus primeras novelas (Doctor Rip, 1931, y Laia, 1932, llevada al cine con Nuria Espert como protagonista) lo muestran como un narrador original que se aparta del noucentisme vigente. Aspectes (1934), Ariadna al laberint grotesc (1935), Miratge a Citerea (1936) y Les rognes i el mar, el blau (1981) lo convierten en uno de los renovadores de la prosa en catalán. Para el teatro escribió Antígona (escrita en 1939 y publicada en 1955), Primera història d'Esther (1948) y Una altra Fedra, si us plau (1978).

Sobre su poesía -de gran calidad formal, intenso lirismo y contenido simbólico-, Salvador Espriu ha escrito que es, esencialmente, una meditación sobre la muerte, la cual  reúne "los elementos de la meditación religiosa y la filosófica: el cordial y el mental", según Enrique Badosa, quien añade que en los poemas "no se ignora ni se calla la experiencia de la rebelión, de la protesta, del lamento", pero finalmente el hecho de la muerte es aceptado y su poesía "alcanza una serenidad sólo posible con la plena  aceptación de la muerte".

Inicia su producción poética con Cementiri de Sinera (1946), que forma  el llamado ciclo lírico con Les hores (1951), Mrs. Death (1952), El caminant i el mur (1954) y Final del Laberint (1955). La problemática personal se transforma pronto en colectiva:  La pell de brau (La piel de toro; 1960) es para algunos críticos el gran libro sobre la guerra civil en España, sobre la lucha fraticida de las gentes de Sepharad. Llibre de Sinera (1963) cierra su meditación sobre la muerte.

Cementerio de Sinera es un libro compuesto por treinta poemas breves en versos de arte menor. El nombre de "Sinera" surge de la lectura inversa de Arenys, pueblo costero situado al nordeste de Barcelona donde vivieron los antepasados del poeta. En él, como explica E. Badosa, el poeta expresa "estupor ante la realidad de la muerte sentida en la vecindad dolorosa de los seres queridos, y, por tanto, sentida como personal agresión". La Sinera que se vislumbra en los poemas, ese espacio de juventud, lleno de vida y alegría es en el presente un lugar de tristeza, de contemplación de la muerte. De manera que, añade Badosa, "Sólo es posible la elegía. El recordar, el evocar, el hacer presentes las cosas perdidas".


Cementerio de Arenys de Mar (www.cabrejunqueras.cat)

1 comentario:

  1. Sí, también me pasa a mí; podría ser tan feliz porque no me falta de nada necesario y, en lugar de disfrutarlo, me atenaza la idea de la muerte, la enfermedad o la desgracia, si no las mías sí las de mis seres queridos, y no me deja disfrutar de mi casita de felicidad...
    Vaya, otra vez me encuentro aquí al señor Death; el otro día era doctor: el Doctor Death de Azorín, y ahora es míster con Salvador Espriú.
    Carlos San Miguel
    Carlos San Miguel

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