domingo, 29 de septiembre de 2013

"Inacabado", de Guillermo Carnero



INACABADO

Te quisiera mirar y que tú me miraras
como el salvaje ve la tersura del mar,
sorprendido del don que no comprende
en agradecimiento misterioso;
tocarnos como acerca la mano hasta la llama
entre asechanzas* de la noche,
que con temor bajáramos los ojos
al caer hasta el suelo nuestras ropas.
Tendríamos el don de la torpeza
y no, como dos textos muchas veces escritos,
el de la funeral sabiduría
que nos impide ser la bendición del agua.
El agua se concede siempre nueva,
no la marca la quilla ni la lesiona el viento
y en su profundidad no late la memoria.
No queda nombre escrito sobre el agua.
Los cuerpos que nos siguen en la sombra
arañan por debajo de la puerta
si nos oyen reír.
                           Este poema
se está volviendo triste por momentos,
sentimental, intolerable.
Lo acabaría si fuera una canción.

           (Guillermo Carnero, de Verano inglés, 1999)

*asechanza, engaño o artificio que se hace para perjudicar a otro.

Guillermo Carnero (Valencia, 1947) es poeta, ensayista y crítico español. Licenciado en
Ciencias Económicas y doctor en Filología  Hispánica, es catedrático de Literatura española en la universidad de Alicante, especialista en Literatura española y Literatura comparada de los siglos XVIII y XIX y en las vanguardias. Fue incluido en la antología Nueve novísimos poetas españoles (1970) de José María  Castellet.  Su poesía se aleja del realismo y se convirte en una compleja reflexión sobre el hecho poético. Ha publicado El sueño de Escipión (1971), Variaciones y figuras sobre un tema de La Bruyère (1974), El azar objetivo (1975), Música para fuegos de artificio (1989), Verano inglés (1999, Premio de la Crítica y Premio Nacional de Literatura en 2000, Premio Festenrath de la Real Academia Española en 2002), Espejo de gran niebla (2003) y Fuente de Médicis (2006). Verano inglés, considerada su mejor obra, recorre una historia de amor desde el entusiasmo inicial hasta el inevitable desencuentro.

1 comentario:

  1. No me extraña que le concedieran ese premio si el resto de poemas del libro son así...Me ha gustado mucho esa imagen de "la bendición del agua, que se concede siempre nueva", sin marcas de las quillas de los barcos o de la erosión que el viento provoca en su superficie o sin la memoria de los naufragios en sus profundidades; así quisiera el poeta que fuera el amor: nuevo en cada ocasión. Magnífico poema.
    Carlos San Miguel

    ResponderEliminar