El poeta Luis Cernuda fotografiado en 1935
Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo como una nube en la luz; si como muros que se derrumban, para saludar la verdad erguida en medio, pudiera derrumbar su cuerpo,
dejando solo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo, que no se llama gloria, fortuna o ambición, sino amor o deseo, yo sería aquel que imaginaba; aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos proclama ante los hombres la verdad ignorada, la verdad de su amor verdadero. Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío; alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina por quien el día y la noche son para mí lo que quiera, y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu como leños perdidos que el mar anega o levanta libremente, con la libertad del amor, la única libertad que me exalta, la única libertad por que muero. Tú justificas mi existencia: si no te conozco, no he vivido; si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.
[Luis Cernuda, “Si el hombre pudiera
decir”, en Los placeres prohibidos
(1931)]
[Selección de la profesora Esther
Ortas Durand]
Puedes escuchar el poema leído por el autor en:
http://youtu.be/hQSj_rpq4LA Otro poema del autor en este blog: |
Lo bueno de esta condena de amor es que, cada cual, elige a su carcelero-a. Y también se puede cambiar.
ResponderEliminarCarlos San Miguel