Las
canciones de mujer, denominadas así por el protagonismo de la mujer, que
expresa el sentimiento amoroso de forma directa, espontánea e intensa, tuvieron un lugar relevante en la primitiva
lírica popular de las lenguas europeas. Surgen en fechas muy tempranas (entre los siglos XI y XIII) a partir de un sustrato folclórico común. Suelen ser anónimas y de transmisión oral. Iban unidas especialmente al canto y a la danza. Posteriormente, cuando los autores cultos empezaron a apreciar la belleza de estas composiciones de temática amorosa y voz femenina, fueron recogidas por escrito, gracias a lo cual se han conservado. Con frecuencia, estos autores utilizaron dichas composiciones como molde para la creación de su propios poemas, de manera que, en ocasiones, es imposible saber si los textos conservados son creaciones populares auténticas o reelaboraciones de poetas cultos.
Más que un género, la canción de mujer es un tipo o arquetipo lírico que da origen a distintos géneros. Así, en Francia, durante los siglos XII y XIII, la chanson de femme genera la chanson de malmarié (canción de malcasada), lamento de la mujer casada contra su voluntad; la chanson de toile (de telar) o d'histoire , denominación que hace referencia a las labores femeninas realizadas por la mujer mientras canta la canción, que narra una breve historia sentimental, y la chanson d'aube (alba), canción de separación, lamento por la llegada del día que pone fin a la furtiva entrevista nocturna de los enamorados.
En la península Ibérica, en las jarchas mozárabes, las cantigas de amigo gallego-portuguesas y los villancicos castellanos encontramos distintas manifestaciones hispánicas de las canciones de mujer.
Las seleccionadas proceden, respectivamente, de los Carmina Burana (1), de un manuscrito bávaro de hacia 1160 (2) o de cancioneros franceses (3).
Más que un género, la canción de mujer es un tipo o arquetipo lírico que da origen a distintos géneros. Así, en Francia, durante los siglos XII y XIII, la chanson de femme genera la chanson de malmarié (canción de malcasada), lamento de la mujer casada contra su voluntad; la chanson de toile (de telar) o d'histoire , denominación que hace referencia a las labores femeninas realizadas por la mujer mientras canta la canción, que narra una breve historia sentimental, y la chanson d'aube (alba), canción de separación, lamento por la llegada del día que pone fin a la furtiva entrevista nocturna de los enamorados.
En la península Ibérica, en las jarchas mozárabes, las cantigas de amigo gallego-portuguesas y los villancicos castellanos encontramos distintas manifestaciones hispánicas de las canciones de mujer.
Las seleccionadas proceden, respectivamente, de los Carmina Burana (1), de un manuscrito bávaro de hacia 1160 (2) o de cancioneros franceses (3).
me has salvado el trasero con esta entrada
ResponderEliminar¡Deliciosa sencillez...! Pero qué pena que no se transmitiera la música que acompañaba estás composiciones medievales...
ResponderEliminarPor cierto, esta mañana en el programa de Radio Clásica sobe folclore, "La Riproposta", han puesto una versión popular cantada por una anciana de un pueblo de León del Romance del Prisionero que, ciertamente, sigue el esquema y el tema de la hermosa versión literaria de todos conocida, pero muy alargada, vulgarizada y "actualizada" -por ejemplo a las dos aves que le cantan por la mañana no las mata un ballestero sino los perdigones de un cazador-. No me ha gustado pero me ha sorprendido porque aumenta el misterio del origen del Romancero.
Carlos San Miguel
Mañana tengo examen de esto, muy buena información esta por cierto.
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