domingo, 20 de mayo de 2012

Canciones de mujer



El bosque está todo en fronda.

¿Dónde mi amor se demora?

A caballo se fue ya.

Ay, ¿ahora quién me amará?


                   *

Tú eres mío, yo soy tuya:

Sábelo y no tengas duda.

Cerrado te llevo

dentro de mi pecho.

Perdiese la llave:

de ahí ya no sales.


              *

He amado y amaré.

Cada día de mi vida,

tanto más feliz seré.

¡Qué gentil mi amigo es!

He amado y amaré.

Él me ama, yo bien lo sé:

hace bien, pues soy su amiga,

y mi ley le guardaré.


(Canciones de mujer, siglos XI-XIII)


[Selección de Nathiely Villegas Pérez, 1º Bachillerato G]


Las canciones de mujer, denominadas así por el protagonismo de la mujer, que expresa el sentimiento amoroso de forma directa, espontánea e  intensa, tuvieron un lugar relevante en la primitiva lírica popular de las lenguas europeas. Surgen en fechas muy tempranas (entre los siglos XI y XIII) a partir de un sustrato folclórico común. Suelen ser anónimas y de transmisión oral. Iban unidas especialmente al canto y a la danza. Posteriormente, cuando los autores cultos empezaron a apreciar la belleza de estas composiciones de temática amorosa y voz femenina, fueron recogidas por escrito, gracias a lo  cual se han conservado. Con frecuencia, estos autores utilizaron dichas composiciones como molde para la creación de su propios poemas, de manera que, en ocasiones, es imposible saber si los textos conservados son creaciones populares auténticas o reelaboraciones de poetas cultos.

Más que  un género, la canción de mujer es un tipo o arquetipo lírico que da origen a distintos géneros. Así, en Francia, durante los siglos XII y XIII,  la chanson de femme genera la chanson de malmarié (canción de malcasada), lamento de la mujer casada contra su voluntad; la  chanson de toile (de telar) o d'histoire , denominación que hace referencia a las labores femeninas realizadas por  la mujer mientras canta  la canción, que narra una breve historia sentimental, y la chanson d'aube (alba), canción de separación, lamento por la llegada del día que pone fin a la furtiva entrevista nocturna de los enamorados.

En la península Ibérica, en las jarchas mozárabes, las cantigas de amigo gallego-portuguesas y los villancicos castellanos encontramos  distintas manifestaciones hispánicas de las canciones de mujer.  

Las seleccionadas proceden, respectivamente, de los Carmina Burana (1), de un manuscrito bávaro de hacia 1160 (2) o de cancioneros franceses (3).

3 comentarios:

  1. me has salvado el trasero con esta entrada

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  2. ¡Deliciosa sencillez...! Pero qué pena que no se transmitiera la música que acompañaba estás composiciones medievales...
    Por cierto, esta mañana en el programa de Radio Clásica sobe folclore, "La Riproposta", han puesto una versión popular cantada por una anciana de un pueblo de León del Romance del Prisionero que, ciertamente, sigue el esquema y el tema de la hermosa versión literaria de todos conocida, pero muy alargada, vulgarizada y "actualizada" -por ejemplo a las dos aves que le cantan por la mañana no las mata un ballestero sino los perdigones de un cazador-. No me ha gustado pero me ha sorprendido porque aumenta el misterio del origen del Romancero.
    Carlos San Miguel

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  3. Mañana tengo examen de esto, muy buena información esta por cierto.

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